La ofensiva judicial contra Kirchner se acerca ya a una novela de espionaje
Los jueces buscan delatores y no se descarta que la expresidenta vaya a prisi¨®n. Localizado un hombre clave fugado en Paraguay
La actualidad argentina pasa por un edificio enorme y cuasisovi¨¦tico cerca del R¨ªo de la Plata. Es Comodoro Py, donde trabajan los jueces federales que investigan la presunta corrupci¨®n del entorno de la familia Kirchner y que, tras el cambio de Gobierno, parecen tener mucha prisa. Causas dormidas durante a?os, mientras los Kirchner estaban en el poder y presionaban con dureza a la justicia, se aceleran ahora que Mauricio Macri est¨¢ en la Casa Rosada. Las noticias se suceden a velocidad de v¨¦rtigo y ahora adem¨¢s con elementos propios de una novela de espionaje. El ¨²ltimo episodio novelesco ha sido el de Jorge Oscar Chueco, un fugado que despareci¨® de Argentina e intent¨® suicidarse en Paraguay, donde fue finalmente detenido.
Chueco es un abogado vinculado a L¨¢zaro B¨¢ez, el empresario m¨¢s cercano a los Kirchner, que pas¨® de ser un cajero de banco a hacerse con toda la construcci¨®n p¨²blica en Santa Cruz, la provincia donde empez¨® el poder del kirchnerismo. Ahora es un multimillonario que viaja en avi¨®n privado y acaba de ser encarcelado por presunta corrupci¨®n.
Varios jueces acorralan al entorno de los Kirchner e incluso a la propia expresidenta. Su abogado, Ra¨²l Zaffaroni, que fue juez de la Corte Suprema, ha dicho que es posible que el juez Claudio Bonad¨ªo ordene encarcelarla. Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner ya demostr¨® que est¨¢ dispuesta a movilizar a toda su gente para impedirlo y organiz¨® la semana pasada un gran mitin a la puerta de los juzgados cuando fue llamada a declarar.
Pero los jueces, m¨¢s que buscarla a ella ¨Csolo Bonad¨ªo est¨¢ en ello de momento- se esfuerzan por intentar encontrar delatores en su entorno que puedan dar cuenta de los millones de d¨®lares de la llamada ¡°ruta del dinero K¡± que seg¨²n los opositores ser¨ªa la prueba definitiva de la corrupci¨®n de los Kirchner.
Cada paso parece m¨¢s una novela de esp¨ªas de enorme tensi¨®n. "Tengo miedo, pero aviso: ni mi pap¨¢ ni mi familia nos queremos ?suicidar?", escribi¨® en twitter Florencia, la hija del fiscal Guillermo Mariju¨¢n, que ha decidido pedir la imputaci¨®n de la expresidenta por presunto lavado de dinero.
Todas las causas est¨¢n aparentemente relacionadas y tienen como protagonistas a B¨¢ez y el entorno de los Kirchner. La que m¨¢s preocupa a los kirchneristas es la de Hotesur, la empresa de los hoteles de la expresidenta que habr¨ªan sido utilizados presuntamente para lavar dinero de B¨¢ez.
Los jueces presionan para buscar arrepentidos que delaten y aparentemente ya han encontrado uno: Leonardo Fari?a, que despu¨¦s de dos a?os ha salido de la c¨¢rcel para acogerse al programa de protecci¨®n de testigos. Fari?a apunt¨® a Chueco y otros en su declaraci¨®n. Ahora muchos esperan que Chueco, ya expulsado de Paraguay y controlado por la justicia argentina, tambi¨¦n hable y ofrezca nuevos elementos.
Pero la verdadera pieza mayor que persigue la justicia es que hable el propio B¨¢ez, que en un primer momento, antes de ser detenido, amenaz¨® con hacerlo ¨Clleg¨® a decir que la hermana de N¨¦stor Kirchner, Alicia, actual gobernadora de Santa Cruz, no pod¨ªa ¡°justificar su fortuna¡±- pero ante el juez cambi¨® de idea y mantuvo su silencio.
Por si fueran pocos problemas judiciales, el otro gran empresario kirchnerista, Crist¨®bal L¨®pez, un hombre que ya era rico antes de acercarse a los Kirchner pero despu¨¦s se hizo mucho m¨¢s poderoso, tambi¨¦n est¨¢ siendo acorralado con varias causas. Otro fiscal ya ha pedido que sea llamado a declarar mientras sus empresas viven una situaci¨®n muy preocupante. L¨®pez, zar del juego argentino, fue el gran empresario de medios de comunicaci¨®n del kirchnerismo. Compr¨® varias televisiones y radios privadas y logr¨® que cambiaran de la cr¨ªtica al apoyo a los Kirchner. Ahora sus medios viven situaciones muy delicadas y todo el imperio corre el riesgo de derrumbarse mientras su jefe se prepara para un largo recorrido por los tribunales.
El kirchnerismo y la propia presidenta trata de mantener su poder y conserva una gran capacidad de movilizaci¨®n, pero los jueces pueden acabar de destruir definitivamente su imagen y tambi¨¦n su entorno empresarial
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