Las madres repudiadas de Marruecos
Miles de mujeres con hijos fuera del matrimonio son echadas de casa y se ven marginadas por la sociedad
Rachida asume que hubiese preferido un c¨¢ncer antes que quedarse embarazada del beb¨¦ que acuna en sus brazos. ¡°Por lo menos estar¨ªa con mi familia¡±, explica. Rachida vive junto a otras siete madres solteras en una casa de acogida en T¨¢nger gestionada por la organizaci¨®n 100% Mamans. Esta ONG es una de las pocas en Marruecos que ofrece hasta seis meses de albergue a las madres solteras, les proporciona una guarder¨ªa para sus hijos, asesor¨ªa jur¨ªdica y cursos para insertarse en la vida profesional.
Miles de mujeres como Rachida se ven de la noche a la ma?ana echadas de las casas de sus padres, repudiadas por amigos, vecinos y compa?eros de trabajo. En Marruecos, las relaciones fuera del matrimonio est¨¢n prohibidas por el C¨®digo Penal. Y a los hijos de ellas se les desprecia con el nombre de ¡®wlad ihram¡¯, en el ¨¢rabe dialectal de Marruecos. O sea, hijos del pecado.
A lado de Rachida, nombre supuesto, se sienta una mujer que acaba de entregar en la ma?ana del martes 26 de abril a su hijo en adopci¨®n. Y frente a ella se encuentra Sanan, de 30 a?os, con su beb¨¦ en brazos. ¡°Para m¨ª el peor momento fue cuando me qued¨¦ embarazada y tuve que mendigar para comer¡±, explica Sanan. ¡°Me vi en la calle, fui a un hotel con el beb¨¦, pero no me daban habitaci¨®n sin carn¨¦ de identidad. Anduve hasta la comisar¨ªa a las once de la noche para pedir un justificante y me echaron¡±.
Rachida a?ade: ¡°A m¨ª tambi¨¦n me echaron de casa en pleno invierno¡±. Otra madre, de 21 a?os, explica: ¡°En Marruecos las mujeres no estamos preparadas para vivir sin la protecci¨®n de la familia, para salir del hogar con 18 a?os y con un ni?o. En mi caso, yo s¨¦ que he destrozado toda mi vida. Me he quedado sin familia, sin posibilidad de casarme, de estudiar, de encontrar un buen trabajo¡±.
Mustaf¨¢ el Maarauf es un asistente social que trabaja con ni?os abandonados de madres solteras en la sede de una orden religiosa espa?ola afincada en T¨¢nger. Y cree que muchas de estas madres est¨¢n abocadas a la prostituci¨®n. ¡°La sociedad las trata como prostitutas y a veces a ellas no les queda otra salida¡±. Sin embargo, los responsables de la asociaci¨®n 100% Mam¨¢s consideran que eso es un mito, que son muchas las mujeres que logran salir adelante sin prostituirse.
La sede de 100% Mam¨¢s dispone de varias habitaciones compartidas con literas. Ah¨ª podr¨¢n alojarse 12 personas hasta un m¨¢ximo de seis meses. Despu¨¦s tendr¨¢n que salir para dejar el techo a otras madres. La vida laboral despu¨¦s no ser¨¢ f¨¢cil. ¡°En cuanto te quedas embarazada si estar casada, tu jefe te echa. Y el que te alquila la casa, tambi¨¦n. Y es dif¨ªcil encontrar gente te vaya al alquilar un piso sabiendo que no est¨¢s casada y tienes un beb¨¦¡±, afirma la madre de 21 a?os.
Ghnimi Jalib, vicepresidente de 100% Mam¨¢s, dice que nada ha cambiado en Marruecos desde que la francesa Claire Trichot fundara la organizaci¨®n hace diez a?os. Han atendido a m¨¢s de 1.300 mujeres desde entonces, cada una con una historia tremenda a cuesta. A Claire Trichot se le qued¨® en la memoria el caso de una joven deficiente mental a la que trajo un funcionario municipal desde un pueblo del Rif muy peque?o y aislado. Lleg¨® embarazada a causa de una violaci¨®n. Los padres no la quer¨ªan en casa.
¡°Se llamaba F¨¢tima, era encantadora y se adapt¨® enseguida a la convivencia. Cuidaba de los beb¨¦s de las dem¨¢s¡±, recuerda Trichot. ¡°Pero en cuanto naci¨® su ni?a vimos que ella sent¨ªa rechazo hacia el beb¨¦. La ni?a ten¨ªa el pelo rubio y los ojos azules, como la madre. Pero a la madre se le notaba la deficiencia en la cara y la ni?a hab¨ªa nacido sin ninguna tara. Era lind¨ªsima. El tiempo pasaba y nosotros no pod¨ªamos alojarla de forma indefinida. As¨ª que me puse en contacto con la familia y les amenac¨¦ incluso con denunciarles ante el procurador del rey. Finalmente, vino el padre. Se qued¨® en nuestro piso de abajo esperando¡±.
¡°Cuando apareci¨® F¨¢tima con la ni?a en brazos¡±, contin¨²a Trichot, ¡°ella se puso a gritar de alegr¨ªa y a llorar al ver a su padre. Y el padre y todos los que est¨¢bamos trabajando all¨ª en ese momento no pod¨ªamos dejar de llorar tampoco. Aquel padre, como tantos otros, quer¨ªa a su hija. Pero la presi¨®n social y la verg¨¹enza parec¨ªan m¨¢s fuerte que ¨¦l¡±.
Eso sucedi¨® en 2009 y, desde entonces, poco o nada ha cambiado en Marruecos respecto a las madres solteras. Contin¨²a vigente el art¨ªculo 490 del C¨®digo Penal que prev¨¦ hasta un a?o de c¨¢rcel para quienes mantengan relaciones sexuales fuera del matrimonio. Y el gobernante Partido de la Justicia y Desarrollo (PJD), islamista moderado, no tiene intenci¨®n de cambiarlo. Desde la oposici¨®n tampoco se lucha por su derogaci¨®n. No est¨¢ en la agenda de nadie.
Ghnimi Jalib, el vicepresidente de la asociaci¨®n, cree que la discriminaci¨®n que sufren las madres solteras es la misma que hace una d¨¦cada ¡°porque la ley sigue siendo discriminatoria¡±. No obstante, en 2004 se produjeron algunos avances. Trichot explica que desde que entr¨® en vigor ese a?o el nuevo C¨®digo de la Familia a las madres solteras se les permiti¨®, al menos, inscribir a sus hijos en el registro civil. Y despu¨¦s se les concedi¨® la opci¨®n de darle su apellido al ni?o o escoger entre una lista de 200 que la administraci¨®n ofrece. ¡°Pero la paternidad en Marruecos solo puede ser leg¨ªtima, es decir, bajo el matrimonio, mientras que en T¨²nez se reconoce la paternidad ileg¨ªtima¡±, se?ala Trichot.
La asociaci¨®n de Trichot busca resquicios legales para conseguir que finalmente el ni?o tenga derecho a llevar el apellido del padre. ¡°Llevar el apellido no le permitir¨¢ al hijo acceder a la herencia ni a una pensi¨®n. Pero nuestra estrategia consiste en que todas las madres que quieran poner una denuncia contra el supuesto padre para que reconozca su paternidad, lo hagan. As¨ª se ir¨¢n acumulando los expedientes y se ir¨¢ haciendo visible el problema¡±, explica Trichot.
¡°En los medios de comunicaci¨®n oficiales¡±, esgrime Ghnimi Jalib, ¡°se evita hablar de este tema. En los hospitales se las trata mal cuando van a parir. Sobre todo, si no van acompa?adas por alguien de nuestra asociaci¨®n o de otras organizaciones. En los tribunales, igual. Es muy dif¨ªcil que un juez ordene una prueba de ADN¡±.
A la discriminaci¨®n legal se la a?ade el repudio social. ¡°A los dos o tres meses de embarazo ya las echan a muchas de ellas de casa¡±, contin¨²a Jalib. ¡°Suelen dejar sus pueblos y se marchan a las ciudades. Llegan a la estaci¨®n de autobuses de T¨¢nger y ah¨ª se quedan a dormir. Nosotros tenemos contactos con los empleados de la estaci¨®n para que nos avisen cuando ven a alguna durmiendo en el suelo con el beb¨¦¡±.
¡°Hay gente que les ofrecen albergue¡±, aclara el vicepresidente de 100% Mam¨¢s, ¡°pero muchas veces lo hacen a cambio de explotarlas de forma sexual o laboral. Y otras veces, son familias las que las acogen a cambio de que ellas les cedan los beb¨¦s¡±.
En Marruecos, el c¨¢lculo oficial de madres solteras no se conoce. La cifra de ni?os abandonados, tampoco. ¡°El ministerio de Salud es muy reacio a ofrecer estas cifras¡±, explica Trichot. ¡°Y nunca suelen ser reales, porque hay mucho tr¨¢fico de ni?os y adopci¨®n informal¡±, a?ade. Una de las asociaciones con m¨¢s experiencia en la ayuda a madres solteras, Insaf, con sede en Casablanca, public¨® un estudio en 2010 en el que se?alaba que entre 2003 y 2009 se hab¨ªan registrado una media de 30.000 nacimientos anuales provenientes de madres solteras. Por tanto, solo en esos seis a?os un total de 210.434 mujeres debieron descubrir el oprobio y la exclusi¨®n que la sociedad depara a las que traen sus hijos al mundo fuera del matrimonio. Un tercio de ellas ten¨ªan entre 15 y 20 a?os.
¡°El problema no se va a solucionar hasta que el Estado asuma que no puede cerrar los ojos ni dejarlo en manos de unas cuentas organizaciones humanitarias¡±, se?ala el educador social Mustaf¨¢ el Maarauf.
La mayor¨ªa de las ocho mujeres acogidas en estos momentos en la casa albergue creen que nunca podr¨¢n regresar con su familia. ¡°Y si lo hago, la relaci¨®n no ser¨¢ jam¨¢s la misma¡±, se?ala una madre de 21 a?os. Hay gente como Sanan, que a¨²n espera que su madre termine convenciendo al padre para que la deje volver. Y algunas, las menos, que deciden desprenderse del hijo.
¡°Uno de los casos que m¨¢s me impresion¨®¡±, relata Afaz Barakha, empleada de 100% Mam¨¢s, ¡°es el de una mujer que con tal de vivir cerca de su hijo decidi¨® entreg¨¢rselo a un t¨ªo de la familia. Renunci¨® oficialmente al ni?o a cambio de vivir cerca de ¨¦l, como se?ora de la limpieza en la casa¡±. En situaciones as¨ª la que lleva las de perder es la madre, que perder¨¢ todos sus derechos ante el hijo biol¨®gico y quedar¨ªa en una situaci¨®n muy vulnerable respecto a quien acoge al beb¨¦.
El camino para cambiar las leyes discriminatorias y los prejuicios respecto a las madres solteras parece largo y tortuoso en Marruecos. Mientras tanto, la labor de algunas asociaciones humanitarias se vuelve indispensable.
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