Batalla de estereotipos en la alcald¨ªa de Londres

Un m¨¦dico italiano pregunta por las pol¨ªticas de vivienda. Un trabajador social holand¨¦s, sobre las propuestas para combatir la desigualdad. Una estudiante rumana vuelve a la vivienda. Sadiq Khan, candidato laborista a alcalde de Londres, asiente con la cabeza y apunta notas en su cuaderno. Al final, toma la palabra:

-?Sab¨¦is por qu¨¦ Londres es la mejor ciudad del mundo? Por vosotros. Por su capacidad para atraer e integrar talento de todo el mundo.

Destacada la virtud, Khan procede a enumerar los problemas que acechan a la gran ciudad global. ¡°El enloquecido mercado inmobiliario est¨¢ expulsando a las clases medias de la ciudad¡±, se?ala. ¡°El transporte p¨²blico es el m¨¢s caro de toda Europa. La contaminaci¨®n provoca 10.000 muertes prematuras al a?o. Esta es la capital de la plutocracia planetaria, el lavadero global de dinero turbio. Londres se est¨¢ ahuecando¡±.

Su contrincante, el conservador Zac Goldsmith, recib¨ªa tambi¨¦n a votantes de otros pa¨ªses europeos la noche anterior. Su retrato de la ciudad es, a grandes rasgos, el mismo. La diferencia era el contexto. El acto de Sadiq Khan era en una vetusta aula de anatom¨ªa de una universidad. El de Zac Goldsmith, en un hotel cinco estrellas.

Londres se enfrenta a unos desaf¨ªos colosales. La ciudad pide pol¨ªtica a gritos. Y sin embargo, en las elecciones a la alcald¨ªa del pr¨®ximo jueves, los londinenses no elegir¨¢n entre dos modelos pol¨ªticos. Tampoco entre dos personas. Elegir¨¢n, m¨¢s bien, entre dos estereotipos.

En ausencia de proyectos estrella que emocionen a los electores, las propuestas de los dos candidatos con posibilidades para ser el pr¨®ximo acalde Londres no difieren mucho entre s¨ª. Pero sus perfiles no pueden ser m¨¢s distintos.

Sadiq Khan, de 46 a?os, es el hijo de un conductor de autob¨²s paquistan¨ª. Zac Goldsmith, de 41, es el multimillonario heredero de una dinast¨ªa de banqueros. Khan creci¨® en una vivienda social; Goldsmith, en una mansi¨®n. Khan estudi¨® en un colegio p¨²blico; Goldsmith, en el elitista Eton. Khan boxeaba en el gimnasio del barrio; Goldsmith practica el cr¨ªquet.

Khan es un musulm¨¢n practicante ¨Cnunca ha bebido alcohol- que defendi¨® el matrimonio homosexual y trabaj¨® como abogado pro derechos humanos antes de obtener su esca?o por su barrio de Tooting, en el sur de la ciudad, en 2004. Goldsmith es un jud¨ªo no practicante, que dirigi¨® una revista ecologista y obtuvo su esca?o por Richmond, en el oeste de la capital, en 2010. The Spectator defini¨® a Khan como ¡°un social dem¨®crata de centro izquierda¡±. The Guardian a Goldsmith, como ¡°un poco liberal y un poco libertario¡±.

Si las encuestas no fracasan, Sadiq Khan se convertir¨¢ c¨®modamente el pr¨®ximo jueves en el tercer alcalde electo de la historia de Londres. A la rareza que constituye en estos d¨ªas ser un laborista en el poder, Khan a?adir¨ªa la de ser el primer alcalde musulm¨¢n de una capital occidental. Y el primero perteneciente al colectivo ¨¦tnico de ¡°brit¨¢nico no blanco¡±, que hoy representa el 55% de la ciudad.

La elecci¨®n de un musulm¨¢n como alcalde de Londres ¨Cel tercer mayor mandato pol¨ªtico personal de Europa, despu¨¦s de los presidentes de Francia y Portugal- enviar¨ªa un poderoso mensaje a un continente golpeado por el terrorismo islamista. Un mensaje de normalidad desde la triunfante megaurbe multi¨¦tnica.

Pero no ser¨¢ por la celebraci¨®n de esa tolerancia y esa integraci¨®n por lo que se recuerde esta campa?a. Si acaso, lo ser¨¢ por una turbia pelea personal entre ambos candidatos.

Goldsmith ha acusado a Khan de radical, por compartir tribuna con extremistas isl¨¢micos. Khan ha acusado a Goldsmith de islamofobia. Y una campa?a que promet¨ªa debatir sobre el urgente reto de la escasez de vivienda, acab¨® centrada en la raza y la religi¨®n.

Otro tema inevitable ha sobrevolado la campa?a. Un asunto ajeno a las competencias de la alcald¨ªa pero que supone otra de las diferencias entre los dos candidatos. Es el refer¨¦ndum del pr¨®ximo 23 de junio sobre la permanencia del pa¨ªs en la Uni¨®n Europea.

Khan es un europe¨ªsta convencido y Goldsmith -cuyo padre fue un ferviente euroesc¨¦ptico fundador en los a?os 90 del Partido del Refer¨¦ndum- es partidario del Brexit. Por eso muchos querr¨¢n ver en estas elecciones una antesala de la consulta que se celebrar¨¢ un mes y medio despu¨¦s.

Eso es algo que puede haber distanciado al candidato tory de su jefe y primer ministro, David Cameron, que encabeza la campa?a por la permanencia en Europa y que no ha desempe?ado un papel activo en la contienda por Londres. Aunque las malas lenguas van a¨²n m¨¢s lejos y se?alan que Cameron puede haberse resignado a perder la capital, algo que tendr¨ªa el deseable efecto colateral de reforzar en su puesto de l¨ªder de la oposici¨®n a Jeremy Corbyn, un contrincante que los tories conf¨ªan en que nunca podr¨¢ llevar al laborismo al poder.

Tampoco Khan, que dirigi¨® la campa?a de Ed Miliband contra su hermano David, se ha apoyado mucho en su actual jefe, Jeremy Corbyn. Khan fue uno de los 35 diputados laboristas que nomin¨® a Corbyn, un socialista de la vieja escuela, como candidato al liderazgo ¡°para enriquecer el debate¡±. Algo que los tories se han cansado de repetir durante la campa?a, aunque ¨¦l ha insistido en que no vot¨® por ¨¦l y ha dejado claro que no es de cuerda. Apenas han compartido actos de campa?a y solo aparecen juntos en ciertos pasquines de los tories.

Desde que existe la ciudad eligi¨® por primer vez alcalde en el a?o 2000, la carrera por Londres siempre ha sido m¨¢s de personas que de partidos. El laborista Ken Livingston, primero, y el conservador Boris Johnson, despu¨¦s, han sido pol¨ªticos heterodoxos en sus partidos pero con un innegable carisma personal. Y a¨²n as¨ª, la ¨²ltima vez que se enfrentaron, en 2012, la participaci¨®n fue de apenas un 38%. La abstenci¨®n es la esperanza del equipo de Goldsmith para dar la vuelta a las encuestas. El reto de Khan, por su parte, es lograr que la gente no se quede en casa.