El apoyo a la gran coalici¨®n alemana se acerca al m¨ªnimo hist¨®rico del 50%
Democristianos y socialdem¨®cratas responden al alza populista con propuestas duras sobre el islam o las ayudas a extranjeros
Un fantasma recorre los dos grandes partidos alemanes. Las elecciones presidenciales del pasado fin de semana en Austria mostraron un escenario de pesadilla para democristianos y socialdem¨®cratas: una ultraderecha victoriosa ante las dos formaciones que han gobernado el pa¨ªs desde la II Guerra Mundial, que sumaron tan solo un 22% de los votos.
Al otro lado de la frontera, la situaci¨®n no es tan desesperada. Pero s¨ª muy preocupante. Tras dos a?os y medio de gran coalici¨®n, el desgaste afecta a sus dos patas: la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU) y el Partido Socialdem¨®crata (SPD). Sus ¨ªndices de popularidad est¨¢n en m¨ªnimos hist¨®ricos. Una encuesta del instituto INSA otorgaba la semana pasada a las dos familias pol¨ªticas un apoyo conjunto del 50,5%. Toda una revoluci¨®n en el panorama de la Alemania moderna.
"Todas las fuerzas democr¨¢ticas deben juntarse contra el candidato de los populistas de derechas", dijo Sigmar Gabriel, l¨ªder del SPD y vicecanciller. Pero es justo esa ret¨®rica la que parece dar cada vez peores resultados. Gabriel lo sabe bien. Hace dos meses sufri¨® la humillaci¨®n de ver c¨®mo Alternativa para Alemania (AfD) ¡ªel equivalente al partido islam¨®fobo que arrasa en Austria¡ª le super¨® en dos de los tres Estados que renovaron sus Parlamentos. La crisis de confianza es especialmente aguda para los socialdem¨®cratas, que seg¨²n las encuestas obtendr¨ªan hoy en torno al 20% de los votos.
A un a?o y medio de las pr¨®ximas elecciones federales, crece el nerviosismo en el SPD. La ministra de Trabajo, Andrea Nahles, sorprendi¨® esta semana con una propuesta para recortar las ayudas sociales a los europeos residentes en Alemania. La ministra quiere evitar que ciudadanos de la UE se trasladen al pa¨ªs para cobrar la prestaci¨®n por desempleo, y para ello planea restringirla a los que hayan vivido en el pa¨ªs al menos cinco a?os. Nahles explic¨® que con su iniciativa quer¨ªa tan solo cubrir ¡°un agujero legal¡±, pero la oposici¨®n le reprocha acercarse a las tesis populistas.
La CDU tambi¨¦n sufre la presi¨®n. El partido de Merkel insiste en que no responder¨¢ a AfD con un giro a la derecha. Pero su l¨ªder parlamentario, Volker Kauder, acaba de presentar una propuesta para controlar a las mezquitas que recuerda bastante a las peticiones habituales de los populistas. El ministro del Interior, Thomas de Maizi¨¨re, recogi¨® con escepticismo la propuesta de su compa?ero de partido y le record¨® que los servicios de inteligencia ya controlan a los imanes sospechosos de propagar el odio.
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