Los Bush dan la espalda a Donald Trump
El candidato republicano topa con los recelos de la vieja guardia del partido
Los Bush, dinast¨ªa reinante del Partido Republicano en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, ha dado la espalda a Donald Trump, candidato del mismo partido a las elecciones presidenciales de noviembre. Trump, un heterodoxo en la derecha de Estados Unidos, lleva meses descalificando a varios miembros de la familia, que representa el establishment al que ¨¦l combate. La hostilidad de los ¨²ltimos presidentes republicanos ¡ªGeorge Herbert Walker y George Walker¡ª es s¨ªntoma de las dificultades del multimillonario neoyorquino para lograr el apoyo de los l¨ªderes del partido.
Portavoces de George H.W. Bush y de su hijo, George W. Bush dijeron a la publicaci¨®n?Texas Tribune que no participar¨¢n en la campa?a electoral. Bush padre fue presidente entre 1989 y 1993. Bush hijo, entre 2001 y 2009. Ambos apoyaron a los ¨²ltimos candidatos republicanos: John McCain en 2008 y Mitt Romney en 2012. Bush padre tambi¨¦n apoy¨® al candidato republicano Bob Dole en 1996.
No existe un nombre m¨¢s asociado al Partido Republicano que el de los Bush. Los Bush eran la aristocracia conservadora, con una agenda de donantes y de aliados pol¨ªticos capaces de fabricar a un presidente. Esto era antes, cuando las ¨¦lites se sent¨ªan seguras de su poder y pocos lo desafiaba. Que ahora los dos expresidentes descarten entrar en la campa?a de su partido, y que el candidato ¡ªy l¨ªder efectivo del partido¡ª les haya repudiado como lo ha hecho, muestra la sacudida que est¨¢n sufriendo los republicanos
?Qui¨¦n ser¨¢ el vicepresidente?
Donald Trump explora el terreno para encontrar a un compa?ero de ticket: un candidato a la vicepresidencia. Dice que quiere a alguien con experiencia pol¨ªtica y con quien conecte en lo personal. En las quinielas, puramente especulativas, circulan nombres como el gobernador de Ohio John Kasich, su ¨²ltimo rival en liza. Kasich es un pragm¨¢tico del establishment del partido. Otro nombre es el de Susana Mart¨ªnez, la gobernadora de Nueva M¨¦xico. Adem¨¢s de tener, como Kasich la experiencia ejecutiva de la que carece Trump, es mujer y latina, dos de los grupos m¨¢s ofendidos por el candidato durante su campa?a.
La campa?a que ha coronado a Trump arranc¨® hace un a?o con otro Bush como favorito: Jeb, exgobernador de Florida. Fue uno de los primeros, entre sus rivales, en criticar a Trump, y el primero en recibir los insultos del magnate inmobiliario y showman televisivo. Trump dec¨ªa que Jeb Bush era un tipo ¡°con la energ¨ªa muy baja¡±. En un debate acus¨® a su hermano mayor, el presidente Bush hijo, de mentir a EE UU para invadir Irak en 2003 e insinu¨® que era responsable de los atentados de 2001 al no haber protegido bien al pa¨ªs.
Trump gan¨® el martes las primarias de Indiana y en las horas siguientes abandonaron la carrera sus dos ¨²nicos rivales: el senador por Texas Ted Cruz y el gobernador de Ohio John Kasich. Desde entonces, es el nominado supuesto o presunto, en la jerga electoral americana: formalmente no lo ser¨¢ hasta la convenci¨®n de Cleveland, en julio, pero ya se le considera como tal. Esto significa que empezar¨¢ a coordinarse con el Comit¨¦ Nacional Republicano, la central del partido. Y, por tradici¨®n, llegar¨¢ un momento en que, en preparaci¨®n para la eventualidad de una victoria, el candidato a la presidencia recibir¨¢ informaci¨®n de los servicios secretos. Su otra tarea es unir al partido. Todos los nominados suelen afrontarla, porque el proceso de primarias fomenta el contraste y la rivalidad y deja divisiones, pero pocos, en tiempos recientes, lo tendr¨¢n tan complicado como Trump.
The New York Times hizo una encuesta entre 70 gobernadores, senadores, miembros de la C¨¢mara de Representantes, cargos electorales y donantes republicanos. S¨®lo 20 respondieron. El partido necesita tiempo para digerir al nuevo l¨ªder. Ninguno de los presidentes republicanos vivos ¡ªlos dos Bush¡ª le apoya. Tampoco Romney, el ¨²ltimo candidato a la Casa Blanca. Para el Grand Old Party, el viejo partido de Lincoln, es un fin de etapa.
Choque con el 'speaker' Ryan
La tensi¨®n entre Donald Trump y la c¨²pula republicana estall¨® este jueves con un intercambio entre el candidato las presidenciales de noviembre y el l¨ªder del partido en Washington, Paul Ryan.
Ryan, speaker o presidente de la C¨¢mara de Representantes, dijo en una entrevista a la cadena CNN que a¨²n no est¨¢ preparado para apoyar a Trump. Explic¨® que su deseo era apoyarle en el futuro. "Pero creo que lo que se requiere es que unifiquemos al partido", a?adi¨®. "Y creo que la mayor parte de la responsabilidad para unificar al partido vendr¨¢ del nominado in p¨¦ctore". Es decir, de Trump.
Ryan es figura muy escuchada entre los republicanos de todas las sensibilidades, incluidos los del movimiento Tea Party.
Seg¨²n Ryan, el Partido Republicano necesita un candidato que promueva los principios del partido y que apele a la mayor¨ªa de estadounidense. Trump se ha distanciado de estos principios ¡ªel mismo jueves abog¨® por aumentar el salario m¨ªnimo, una propuesta de izquierdas en EE UU que vulnera el dogma conservador¡ª y seg¨²n los sondeos tiene a amplios sectores ¡ªminor¨ªas, mujeres¡ª en contra.
Trump replic¨® en seguida en un comunicado: "Yo no estoy preparado para apoyar la agenda del speaker Ryan", dijo. "Quiz¨¢ en el futuro podamos trabajar juntos y llegar a un acuerdo sobre lo que es mejor para los americanos. Les han tratado tan mal durante tanto tiempo que ya es hora de que los pol¨ªticos los consideren una prioridad".
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