Un juez federal da luz verde a la extradici¨®n de El Chapo a Estados Unidos
El tr¨¢mite, a falta de su paso por la Secretar¨ªa de Exteriores, a¨²n tardar¨¢ meses
El futuro de Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera, El Chapo,?ha entrado en un t¨²nel. Cada d¨ªa que pasa, su extradici¨®n a Estados Unidos queda m¨¢s cerca. Y, cuatro meses despu¨¦s de su detenci¨®n, ya parece muy dif¨ªcil que pueda escapar a este destino. Un juez federal mexicano acaba de considerar procedente su traslado tal y como requiri¨® la Embajada de Washington. La decisi¨®n judicial, basada en la petici¨®n de un tribunal de California por el delito de asociaci¨®n delictiva para vender coca¨ªna, supone una nueva batalla perdida para el mayor narcotraficante del mundo, pero en ning¨²n caso su salida inmediata. El proceso ser¨¢ largo y plagado de recursos.
Si algo teme El Chapo?es penar en una c¨¢rcel estadounidense. All¨ª, ni su poder de corrupci¨®n ni su capacidad asesina surten efecto. Consciente de ello, el l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa ha puesto en marcha una bater¨ªa de amparos para frenar su traslado. Coordinada por un equipo de 13 abogados y con una financiaci¨®n pr¨¢cticamente inagotable, la estrategia tiene en mente el caso del sanguinario Edgar Vald¨¦s Villareal, La Barbie, cuyo env¨ªo fue autorizado por la justicia mexicana en 2011, pero no se consum¨® hasta octubre del 2015. Algo parecido puede ocurrir ahora.
Aunque el juez haya dado la luz verde a su extradici¨®n, el tr¨¢mite est¨¢ lejos de haber terminado. A¨²n falta que el sumario pase a manos de la Secretar¨ªa de Exteriores y que desde ah¨ª, en 20 d¨ªas, se conceda el traslado. Una vez autorizado, se abrir¨¢ el juicio de amparo y su correspondiente recurso de revisi¨®n. Un proceso infestado de vericuetos jur¨ªdicos que puede dilatarse durante meses.
Este tiempo juega en contra del Gobierno. Los antecedentes de El Chapo y la inmensa habilidad del c¨¢rtel de Sinaloa para burlar la seguridad penitenciaria, hacen temer un intento de fuga. El Ejecutivo es consciente de ello y ha estrechado el cerco. Este mismo fin de semana, en un movimiento sorpresa, el preso ha sido trasladado a una prisi¨®n de Ciudad Ju¨¢rez (Chihuahua). El env¨ªo fue presentado como parte de la rotaci¨®n que impone el protocolo de seguridad. Pese a ello, algunos especialistas han llamado la atenci¨®n sobre el riesgo de llevarle a un centro penitenciario de menor nivel que El Altiplano, de donde se fug¨® en julio pasado. Alimentan las dudas, no s¨®lo que la c¨¢rcel sea una de las peor calificadas del ¨¢mbito federal, sino que en marzo de 2014 se sumi¨® en el rid¨ªculo cuando cinco presos se escaparon tranquilamente saltando el muro con cuerdas y ganchos. Ahora, seg¨²n las autoridades, la seguridad se ha extremado y un operativo de ¨¦lite se ha hecho cargo del preso.
En cualquier caso, una nueva fuga supondr¨ªa un golpe de tal envergadura para el presidente Enrique Pe?a Nieto que es dif¨ªcilmente concebible que su cambio de ubicaci¨®n se haya decidido a la ligera. El Chapo es una cuesti¨®n de Estado para M¨¦xico. Tanto su permanencia en prisi¨®n, mientras dure el proceso, como su env¨ªo a Estados Unidos son objetivos que trascienden el espacio de la pol¨ªtica penitenciaria. Un fallo en cualquier lado de la cuerda arrastrar¨ªa consigo al Gobierno entero.
En un clima de escepticismo general, el env¨ªo a Estados Unidos del enemigo p¨²blico n¨²mero uno se ha convertido en un term¨®metro de la lucha contra el crimen organizado. Aunque durante la primera parte de su mandato, Pe?a Nieto redujo el ritmo de extradiciones e incluso la bloque¨® para El Chapo, la incre¨ªble fuga del narcotraficante pulveriz¨® esta pol¨ªtica. Su salida de la prisi¨®n de El Altiplano por un t¨²nel de 1.500 metros ahond¨® hasta l¨ªmites insospechados la desconfianza ciudadana y abon¨® la sospecha de corrupci¨®n y connivencia del aparato de seguridad.
En este punto cr¨ªtico, huido el criminal y humillado su Gobierno, el presidente dio un giro radical e hizo de la detenci¨®n y entrega a Washington del l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa una demostraci¨®n de fuerza. Lanz¨® una gigantesca operaci¨®n de captura. Moviliz¨® como nunca antes a militares, polic¨ªas y agentes de inteligencia. Y abri¨® las puertas a la colaboraci¨®n de Estados Unidos. El pasado 8 de enero enero, El Chapo cay¨®. Ahora falta completar la segunda parte de la promesa y extraditarlo. Cualquier fallo, le costar¨¢ al presidente su puesto en la historia.
Guzm¨¢n Loera y su libro de autoayuda
C¨¢rcel de El Altiplano. Once de la noche del pasado viernes. En la celda m¨¢s protegida del planeta han irrumpido el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales, y el de Polic¨ªa Federal, Enrique Galindo. Una unidad militar de ¨¦lite les acompa?a. Frente a ellos tienen a Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera. Le van a comunicar su inmediato traslado a la prisi¨®n de Ciudad Ju¨¢rez.
El l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa est¨¢ tranquilo. Lee El caballero de la armadura oxidada, un superventas del estadounidense Robert Fischer. Catalogado como un libro de autoayuda, la obra presenta una estructura muy simple en la que un caballero de brillante armadura se enfrenta a diversos retos emocionales. El ¨¦xito del texto radica tanto en su sencillez narrativa como en el abundante uso de aforismos. Una lectura golosa que esa noche El Chapo tuvo que dejar. Esposado de pies y manos, fue sacado de prisi¨®n. Ahora, en su nueva celda, posiblemente haya recuperado su lectura, y quiz¨¢ no se le haya pasado por alto uno de sus aforismos: "Cuando aprend¨¢is a aceptar en lugar de esperar, tendr¨¦is menos decepciones".
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