Italia aprueba una ley hist¨®rica de uniones civiles homosexuales
Matteo Renzi elige una v¨ªa de urgencia que provoca la protesta de la oposici¨®n y la Iglesia cat¨®lica
Matteo Renzi est¨¢ dispuesto a sacar a Italia de su atraso de d¨¦cadas en materia de derechos civiles. El Gobierno logr¨® este mi¨¦rcoles ¡ªpor 369 votos a favor, 193 en contra y dos abstenciones-- la aprobaci¨®n definitiva, mediante una moci¨®n de confianza planteada a la C¨¢mara de Diputados, del proyecto de ley de uniones civiles entre parejas del mismo sexo, que, aunque descafeinado, ya recibi¨® la luz verde en el Senado. Tanto la oposici¨®n como la Iglesia, que en Italia sigue teniendo un gran peso pol¨ªtico y, al menos hasta ahora, un gran poder de veto, se han mostrado indignadas por el m¨¦todo expeditivo usado por Renzi, quien ha declarado: ¡°Hoy es un d¨ªa de fiesta. Porque las leyes son hechas para las personas, no para las ideolog¨ªas. Para quien ama, no para quien proclama¡±.
Una vez superada la moci¨®n de confianza, durante la tarde del mi¨¦rcoles se someti¨® a votaci¨®n el texto de la ley, que fue aprobado por 372 votos a favor, 51 en contra y 99 abstenciones. El centro pol¨ªtico, una parte del cual sostiene al Gobierno de Renzi, y el Family Day, un conjunto de organizaciones que defienden a la familia tradicional atacando los nuevos modelos de pareja, han pedido el amparo de la presidencia de la Rep¨²blica por considerar que el proyecto puede ser inconstitucional. Tambi¨¦n el secretario de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), monse?or Nunzio Galantino, se ha apresurado a tomar parte en el debate pol¨ªtico.
La presi¨®n de la Iglesia a trav¨¦s del centro derecha ya hab¨ªa conseguido descafeinar la ley durante su aprobaci¨®n en el Senado el pasado 26 de febrero, evitando sobre todo la posibilidad de que uno de los miembros de la pareja gay pueda adoptar a los hijos naturales de su c¨®nyuge. Pero, aun as¨ª, considera que el actual proyecto de ley no marca suficiente distancia con un matrimonio de los de toda la vida. Monse?or Galantino advirti¨® tras conocer la decisi¨®n del Gobierno de Renzi de aprobar la ley s¨ª o s¨ª. ¡°La moci¨®n de confianza supondr¨¢ una derrota de todos¡±. Los opositores a la ley de uniones civiles ya se han declarado dispuestos a organizar un refer¨¦ndum revocatorio.
Todo esto se produce, como explica el editorialista de La Repubblica Stefano Folli, en el revuelto clima preelectoral de las elecciones municipales, ¡°sobre todo en Roma, donde la ciudad laica y la ciudad vaticana se entrecruzan¡±. Ya Alfio Marchini, uno de los candidatos a la alcald¨ªa por el centroderecha, ha anunciado un plante: ¡°No celebrar¨¦ jam¨¢s uniones homosexuales en el Capitolio¡±. La ministra Maria Elena Boschi, responsable de las Reformas Constitucionales, no se inmuta: ¡°Los alcaldes tienen que respetar las leyes¡±. Y, adem¨¢s, todav¨ªa est¨¢ por ver que Marchini, al que en principio apoya todo el centroderecha, termine sentado en un sill¨®n que, despu¨¦s de la destituci¨®n de Ignazio Marino, ocupa un comisario especial que trata de meter en cintura una ciudad tan hermosa como dif¨ªcil de Gobernar.
Maria Elena Boschi zanja con tranquilidad las cr¨ªticas: ¡°Despu¨¦s de decenios de espera, la ley de uniones civiles es un victoria hist¨®rica y la moci¨®n de confianza tiene un valor pol¨ªtico¡±. El valor, se podr¨ªa a?adir, del arrojo de un primer ministro que, pese a gobernar en minor¨ªa y de declararse cat¨®lico practicante, est¨¢ dispuesto a jugarse la continuidad de su Gobierno y la admonici¨®n del Vaticano con tal de sacar a Italia de su atraso hist¨®rico en materia de derechos civiles.
Matteo Renzi ha colgado sobre su p¨¢gina de Facebook un comentario en el que se siente orgulloso de su proyecto: ¡°Hoy es un d¨ªa de fiesta para muchos (¡). En estas horas decisivas tengo junto a mi coraz¨®n el pensamiento y el recuerdo de Alessia [Ballini, alcaldesa de San Piero a Sieve, luchadora por los derechos de los homosexuales, fallecida en 2011]. Y esto me basta. Porque las leyes son hechas para las personas, no para las ideolog¨ªas. Para quien ama, no para quien proclama. Lo hacemos poniendo la moci¨®n de confianza porque ya no se pod¨ªa retrasar m¨¢s despu¨¦s de a?os de intentos fallidos. Lo hacemos con humildad y valent¨ªa¡±.
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