La canciller argentina Susana Malcorra: pragm¨¢tica y so?adora
Malcorra declar¨® nada m¨¢s asumir su cargo que su intenci¨®n era ¡°desideologizar¡± la pol¨ªtica exterior de su pa¨ªs. Su trayectoria la avala
A finales de noviembre del a?o pasado, el reci¨¦n electo presidente de Argentina, Mauricio Macri, design¨® como ministra de Relaciones Exteriores a Susana Malcorra, jefa de gabinete del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, desde 2012. Un par de semanas despu¨¦s, d¨ªas antes de asumir oficialmente su nuevo cargo, Malcorra visit¨® en Caracas a Diosdado Cabello, hombre fuerte del chavismo que en aquel momento a¨²n ejerc¨ªa como presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.
El veredicto p¨²blico de Cabello:?Malcorra ¡°es la CIA misma¡±.
Se lo record¨¦ a Malcorra (nacida en 1954) hacia el final de una entrevista el viernes en la residencia del embajador argentino en Londres. Una vez recuperada de la risa, su comentario fue que hab¨ªa que ¡°ser muy paciente¡± con algunas de las cosas que ¡°figuras importantes¡± de otros pa¨ªses dec¨ªan en p¨²blico. Que no se indignara Malcorra, que no aprovechase la oportunidad de entrar en el juego de intercambiar insultos, que en vez de eso respondiera con una risotada, confirm¨® la impresi¨®n que dio a lo largo de la entrevista de que hoy hay una persona adulta a cargo de la diplomacia argentina.
Una prueba de ello fue la decisi¨®n de reunirse en Londres el jueves con el canciller brit¨¢nico, Philip Hammond, y no estancarse en el eterno y, hoy por hoy, insoluble pleito entre Argentina y Reino Unido sobre la soberan¨ªa de las islas Malvinas. Era la primera vez en 15 a?os que los m¨¢ximos responsables de la pol¨ªtica exterior de ambos pa¨ªses se reun¨ªan y, lejos de sucumbir al griter¨ªo de sordos que hab¨ªa caracterizado la relaci¨®n bilateral en tiempos de la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, sellaron una serie de acuerdos, entre ellos, seg¨²n desvel¨® Malcorra, que Hammond visitar¨ªa Argentina el a?o que viene. Otro fue que los servicios de inteligencia de los dos pa¨ªses intercambiar¨ªan informaci¨®n en la lucha contra el narcotr¨¢fico, definida por el presidente Macri como una de las grandes prioridades de su Gobierno.
Malcorra, que declar¨® nada m¨¢s asumir su cargo que su intenci¨®n era ¡°desideologizar¡± la pol¨ªtica exterior de su pa¨ªs, se considera una mujer pr¨¢ctica. Su trayectoria la avala. Ingeniera electr¨®nica de carrera, cuenta con 12 a?os de experiencia en las altas esferas de Naciones Unidas, donde ejerci¨® como directora de Operaciones en Roma del Programa Mundial de Alimentos entre 2004 y 2008; despu¨¦s como Secretaria General Adjunta del Departamento de Apoyo a las Actividades sobre el Terreno hasta 2012; y finalmente como jefa de gabinete de Ban Ki-moon hasta finales de 2015.
Pero su pragmatismo esconde un sue?o: aspira a ser elegida secretaria general de la ONU cuando Ban Ki-moon se retire el 31 de diciembre de este a?o. No quiso hablar del tema en nuestra entrevista, limit¨¢ndose a decir que el presidente Macri dir¨ªa algo en los pr¨®ximos d¨ªas. Pero nadie en el mundo pol¨ªtico de Buenos Aires duda de que Macri le dar¨¢ su apoyo, como nadie duda de que parte de su prop¨®sito en Londres, como lo ha sido en otros viajes recientes fuera de su pa¨ªs, ha sido hacer un casting para su candidatura al cargo m¨¢ximo de la diplomacia internacional.
Su actitud dialogante con el Gobierno brit¨¢nico, que como miembro permanente del Consejo de Seguridad tiene mucho peso en la ONU, no le habr¨¢ hecho ning¨²n da?o. Como quiz¨¢ tampoco la posici¨®n equidistante y respetuosa que pretende tener hacia los dos pa¨ªses latinoamericanos, Brasil y Venezuela, cuyas dram¨¢ticas crisis internas impactan en la fr¨¢gil situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de Argentina.
Lo primero que le pregunt¨¦ a Malcorra fue c¨®mo vio a su pa¨ªs tras sus 12 a?os trabajando fuera, en Roma y Nueva York.
¡°Definitivamente lo que m¨¢s me impact¨®¡±, respondi¨®, ¡°fue lo que llaman en Argentina el quiebre, la divisi¨®n que hay en plantear visiones muy en blanco o negro, malo o bueno, conmigo o en mi contra. Como el resultado de las elecciones [en noviembre del a?o pasado] es que no se le ha dado la suma del poder p¨²blico a nadie, la ¨²nica forma de gobernar es generando consenso alrededor de pol¨ªticas compartidas. Partir de un an¨¢lisis en blanco y negro hace muy dif¨ªcil llegar a consensos¡±.
P. ?Ser¨¢ posible en una cultura pol¨ªtica tan antag¨®nica como la argentina?
R. Se necesita un cambio cultural grande, pero es lo que la gente le pidi¨® a los l¨ªderes con el voto: arr¨¦glenlo ustedes porque ninguno goza de nuestra total simpat¨ªa y confianza. Es un ejercicio de aprendizaje y creo que hay se?ales de madurez en este sentido.
P. ?"Madurez" es una una palabra importante para usted?
R. Es central. Ha habido inmadurez hist¨®rica en la Argentina. Los bandazos que ha dado la Argentina de una punta a otra son signos de inmadurez. Hemos sido muy influenciados por el populismo que ha impregnado la historia de Argentina del siglo XX. Hemos sido muy proclives a echarle la culpa a los dem¨¢s de los problemas nuestros, que es el primer signo de inmadurez. Lo que hay que hacer es plantearse sentarse con todos. En el caso de las relaciones exteriores, sentarse y decir: esta es mi suma de intereses, estos son mis principios, mis valores y ver qu¨¦ podemos hacer en conjunto, reconociendo que hay un mont¨®n de cosas que se podr¨¢n hacer y que habr¨¢ algunas que no.
P. ?El aparente giro en las relaciones con Reino Unido ofrecer¨ªa un ejemplo de esto?
R. Definitivamente. En el principio de Pareto de 80/20 los argentinos siempre nos fijamos en el 20% de desacuerdo. Con Gran Breta?a est¨¢ muy claro cu¨¢l es el desacuerdo: Malvinas. Ninguna de las dos partes va a ceder en eso. Eventualmente con el tiempo podremos avanzar, pero los dos defendemos muy fuertemente nuestro punto de vista y en el caso de los argentinos lo tenemos metido en nuestra constituci¨®n. Pero hay un enorme potencial de cosas que podemos hacer en el comercio, en inversiones, en cultura, en turismo. Hay un espacio com¨²n, hay una historia con Gran Breta?a que ha sido una oportunidad perdida cuando nos dedicamos a mirar desde el foco chico de Malvinas. El presidente Macri dice que Espa?a es un buen espejo para mirarnos porque no podemos negar lo que es Gibraltar para los espa?oles y para los ingleses, y sin embargo son socios estrat¨¦gicos en una enorme cantidad de cosas, incluyendo un mill¨®n de ingleses que tienen residencia en Espa?a. Entonces, argentinos, ?a las cosas!
P. ?Y a las cosas incluyendo a los ingleses tambi¨¦n?
R. S¨ª. Con Hammond los dos reconocimos que Malvinas es un tema que est¨¢ all¨ª, que est¨¢ aparcado al costado, y que mientras tanto vamos a enfocar al 80%, a explorar cosas. Por ejemplo hay una oportunidad de trabajar conjuntamente en cuestiones que tienen que ver con el narcotr¨¢fico, con informaci¨®n, con compartir datos. Lo vamos a hacer. Est¨¢ acordado.
P. ?O sea, un caso de lo que usted llama "desideologizar"?
R. As¨ª es.
P. ?Se extiende a las relaciones con Estados Unidos? Por ejemplo, ?la visi¨®n que persiste en sectores latinoamericanos del imperialismo yanqui le parece anacr¨®nica, algo que hay que tambi¨¦n desideologizar?
R. Excusas hist¨®ricas y razones hist¨®ricas uno puede encontrar y uno puede dar ejemplos. A m¨ª me parece que un contraejemplo reciente lo da el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba. No es un acercamiento f¨¢cil, pero es evidente que hay una enorme voluntad y que se va a resolver a partir de una decisi¨®n clara del Gobierno cubano de avanzar. Cuando uno ve eso se da cuenta de que el futuro se construye aprendiendo de la historia pero no repitiendo la historia.
P.??Qu¨¦ le parece la historia actual de Brasil, la crisis desatada por el impeachment de la presidenta Dilma Rouseff?
R. Necesitamos que Brasil salga de esta crisis lo m¨¢s r¨¢pido posible. No solo es Brasil nuestro principal socio vecino, ya que representa un 40% de nuestro comercio, estamos condicionados mutuamente a un futuro mejor o peor. La crisis est¨¢ afectando a nuestro comercio seriamente. Cay¨® el 30% en el primer trimestre de este a?o.
P. ?La soluci¨®n?
R. Una salida pol¨ªtica s¨®lida con instituciones s¨®lidas.
P. ?Elecciones, por ejemplo?
R. Est¨¢ en manos de los brasile?os. Nosotros tenemos que acompa?ar en lo que podamos, pero somos muy conscientes de que la diplomacia no significa necesariamente hablar p¨²blicamente y en voz alta. No creemos en la cosa rimbombante de las grandes declaraciones porque eso se puede dirimir en la primera plana de un diario pero no se dirime en la vida de la gente.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le preocupa de lo que est¨¢ pasando en Venezuela?
R. Venezuela tiene una crisis pol¨ªtica donde hay una atomizaci¨®n del poder muy grande. Est¨¢ el Gobierno del presidente Maduro en el ejecutivo y una oposici¨®n que tiene el control del poder legislativo. Tienen que encontrar una forma de funcionar y eso es la responsabilidad de los dos lados de la casa. Es en lo que estamos insistiendo much¨ªsimo.
P. ?Es por esta insistencia que el Gobierno argentino est¨¢ recibiendo cr¨ªticas de ambos lados en Venezuela?
R. S¨ª. (Sonr¨ªe.)
P. ?Y esto es otro s¨ªntoma de lo que hemos estado hablando?
R. S¨ª. (Se r¨ªe.) De madurez. Estos costos estoy dispuesta a correrlos.
P. ?En qu¨¦ puede desembocar la crisis venezolana?
R. Venezuela tiene un impacto m¨¢s all¨¢ de Venezuela en s¨ª misma. Por supuesto que primero est¨¢n los venezolanos, pero si se desestabiliza realmente Venezuela, eso puede tener un impacto en la regi¨®n, en los esfuerzos enormes que se est¨¢n haciendo en Colombia para cerrar el cap¨ªtulo con las FARC, en los esfuerzos que se han hecho para estabilizar el Caribe contra el impacto del narcotr¨¢fico.
P. ?Se puede hablar de la posibilidad de guerra civil en Venezuela?
R. Bueno, yo no quiero poner esas palabras. Pero hay un riesgo de disoluci¨®n, sin lugar a dudas. Y hay muchas armas en Venezuela y puede haber muchos intereses creados.
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