¡°El Bolsa Familia lleg¨® en un momento en el que no ten¨ªa ni para comprar pan¡±

Votante del Partido de los Trabajadores (PT), la sigla de Dilma Rousseff y Luiz In¨¢cio Lula da Silva que sac¨® a m¨¢s de 30 millones de brasile?os de la pobreza -gracias, entre otras cosas, al Bolsa Familia-, Bartolomeu teme ahora perder su beneficio: ¡°Sin ese dinero pasar¨ªamos a¨²n m¨¢s dificultades¡±.

El cambio de gobierno en Brasil, tras la suspensi¨®n del mandato de Dilma Rousseff el pasado jueves, ha generado esperanza en los mercados e inquietud en los m¨¢s pobres. La misma Rousseff alert¨® de que su vicepresidente y hoy sustituto, Michel Temer, que ha formado un gabinete enteramente masculino con la ¨¦lite pol¨ªtica m¨¢s conservadora del pa¨ªs, recortar¨ªa los programas sociales. El discurso ha calado en sus votantes. ¡°El nuevo Gobierno tiene que cortar muchos gastos y eso va a perjudicar a los m¨¢s d¨¦biles. Est¨¢ claro que va a cortar beneficios. Lula y Rousseff han hecho mucho por las clases populares, pero Temer¡­.¡±, dice Bartolomeu.

Temer se ha apresurado a afirmar que no cortar¨¢ beneficios sociales. A pesar de eso tiene entre sus ministros detractores del programa. Hay hasta quien ha querido reducirlo hasta un 35%.

En uno de los callejones que dan forma a esta favela, Vanessa Massone, de 34 a?os hace las mechas a su ¨²nica clienta. La peluquera recibe tambi¨¦n 112 reales (unos 32 d¨®lares) por su hija de 13 a?os, dinero que dedica a pagar la cuenta de la luz. ¡°Temer ha dicho que no va a cortarlo, as¨ª que habr¨¢ que confiar, el Bolsa Familia ayuda mucho a los pol¨ªticos. Lo que no puedo es estar preocupada por perder 112 reales, la misma Dilma podr¨ªa hab¨¦rmelos quitado con esta crisis, pero es que mi preocupaci¨®n es mucho mayor, es el futuro de mi hija¡±, explica.

Su marido, junto al que consigue una renta mensual de 1.500 reales (424 d¨®lares), llega al sal¨®n y pasa a dirigir la conversaci¨®n. ¡°El Bolsa Familia, indirectamente, se convirti¨® en una herramienta para conseguir votos y es lo suficientemente importante como para que nadie quiera a acabar con ¨¦l¡±, afirma Wilson Massone, de 44 a?os.

Contrarios al PT hace dos elecciones, los Massone creen que el programa deber¨ªa ofrecer, adem¨¢s de dinero, formaci¨®n para que sus beneficiarios, uno de cada cuatro brasile?os, se emancipen de los brazos del Estado. Es una opini¨®n parecida a la del actual ministro de Desarrollo Social, Osmar Terra, que en 2011 dijo en Twitter: "Un programa social que no estimula la emancipaci¨®n de los jefes de familia, que no promueva su autonom¨ªa a medio plazo, es una atadura pol¨ªtica¡±. La cr¨ªtica alimenta el prejuicio recurrente entre la ¨¦lite brasile?a que afirma pagar impuestos para que el beneficiario del Bolsa Familia pueda pasar el d¨ªa bajo la sombra de un ¨¢rbol sin hacer nada.

En S?o Paulo, capital econ¨®mica del pa¨ªs y segundo Estado en n¨²mero de beneficiarios despu¨¦s de Bah¨ªa, el Bolsa Familia funciona m¨¢s como un complemento de renta, pero en el nordeste, regi¨®n mucho m¨¢s deprimida y rural, el programa es responsable por llevar un plato de comida a la mesa. La realidad en el nicho electoral del PT es que, a pesar de los posibles fraudes, hay familias que pasan hambre, viven en casas de barro construidas en terrenos bald¨ªos y su ¨²nico sustento es el Bolsa Familia.

¡°El programa lleg¨® en un momento de mi vida muy dif¨ªcil, cuando no ten¨ªa un real para comprar pan¡±, recuerda Valeria da Silva, votante del PT, madre de tres hijas de 16 a 27 a?os y una de las primeras beneficiarias desde 2003. ¡°Fue un regalo, lo valoro mucho y estoy muy agradecida por ello. Mi situaci¨®n mejor¨® con los a?os, pero a¨²n me hace falta¡±, completa la educadora que da sus 112 reales a su hija menor.

Vilma Gomes, madre soltera de una ni?a de 12 a?os, reduce su discurso a un par de frases que, de alguna manera, reflejan la sensaci¨®n de sus vecinos: ¡°Ya vot¨¦ mucho en el PT y no conf¨ªo m¨¢s en ellos. Para nosotros, Temer es uno m¨¢s, para los pobres nunca cambia nada¡±.