El sovietismo era total y el resto social estaba absorbido en ¨¦l
Si algo tan intrusivo como la vida sovi¨¦tica se realiz¨® mediante estrictas formas jur¨ªdicas, su impacto cotidiano debi¨® ser recordado
En El fin del Homo Sovieticus (Acantilado, 2015), Svetlana Aleksi¨¦vich cuenta c¨®mo se constituy¨® y disolvi¨® ese particular ser hist¨®rico. Siguiendo su conocido y laborioso m¨¦todo de entrevistas, da vida a personas que contribuyeron a la Gran Victoria, amaron u odiaron a Stalin o a Gorbachov, combatieron y sufrieron en diversas guerras, fueron presos pol¨ªticos o se enriquecieron a la ca¨ªda de la URSS. La suma de intervenciones da sentido a dilatados momentos hist¨®ricos o tal vez a un ¨²nico y complejo periodo. De las narraciones particulares, de las iteraciones, sentimientos, recuerdos y memorias, no se extrae una linealidad, algo as¨ª como un nacimiento, auge y ca¨ªda de ese r¨¦gimen pol¨ªtico. Lo que aparece confusa y opacamente es la simultaneidad de momentos y emociones. Los de quienes amaron al comunismo y lo anhelan en su disoluci¨®n, los de quienes lo abominaron pero no ten¨ªan modo de expresarlo, los de quienes lo valoraron o rechazaron una vez desaparecido.
El entendimiento del comunismo sovi¨¦tico como una forma natural de vida para quienes vivieron ordinariamente en ¨¦l es una de las constantes que advierto. La existencia de un todo en el que se hab¨ªa nacido, habr¨ªa de vivirse y morir. Un mundo dado, construido desde el hero¨ªsmo, la revoluci¨®n y el nacionalismo. Un mundo finalmente m¨ªtico, donde el sometimiento a la previsibilidad cotidiana estaba justificado. La disoluci¨®n de la URSS hist¨®rica, modelo pol¨ªtico, econ¨®mico y social, termin¨® por destruir a la URSS m¨ªtica. El mundo dej¨® de ser natural, se mostr¨® como una construcci¨®n espec¨ªfica y surgieron las crisis. Las desesperanzas de quienes anhelaban una vida significada, donde se era alguien y el vivir ten¨ªa sentido. Los rechazos de quienes supusieron que s¨®lo esa vida era posible y no admit¨ªan otra. La aceptaci¨®n de quienes adquirieron habilidades y capacidad para reinventarse en el capitalismo que llegaba. Como la misma Aleksi¨¦vich lo presenta en El hechizo de la muerte, hubo quienes se suicidaron al no poder concebir un mundo sin socialismo sovi¨¦tico, mientras que otros lo sobrevivieron y otros m¨¢s lo vivieron plenamente.
Al terminar la lectura de los relatos, tuve una sensaci¨®n confirmada por mis notas. ?Por qu¨¦ motivo los entrevistados no hablaron del derecho? ?Por qu¨¦ no aludieron a las Constituciones, los C¨®digos Penales o Civiles, los procesos judiciales, el papel de los jueces o, en general, a lo que el derecho signific¨® en sus vidas? ?Por qu¨¦ nadie habl¨® del derecho surgido con el desmoronamiento del viejo sistema? Si algo tan intrusivo como la vida sovi¨¦tica se realiz¨® mediante estrictas formas jur¨ªdicas, su impacto cotidiano debi¨® ser recordado. ?Por qu¨¦ no fue as¨ª? Los propios relatos pudieran dar la respuesta. Si a la Uni¨®n Sovi¨¦tica se le ten¨ªa como un ser heroico, vencedor, predestinado, moral, generoso e incorporador, ?c¨®mo someter a un ente dotado de tan grandes atributos a reglas que no fueran entendidas sino como modos particulares y cambiantes de su propio decidir? ?C¨®mo no entender que el derecho era la mera manifestaci¨®n formalizada de una voluntad total y nunca el modo autoimpuesto de ordenaci¨®n y limitaci¨®n del propio actuar? Lo que se observaba y ten¨ªa por cierto era el orden actuante mismo. Una totalidad que se expresaba de todas las maneras posibles para hacerse omnipresente, en la que leyes y decisiones eran meros instrumentos de ese actuar. La sentencia, la orden, el c¨®digo no agraviaba pues el da?o no proven¨ªa de ellos, sino del todo Estado, del todo r¨¦gimen o del todo ¡°hombre¡± que lo expresaba y permit¨ªa particularizarlo a agentes concretos e intrascendentes. El sovietismo era total y el resto social estaba absorbido en ¨¦l.
Sin la profundidad alcanzada en la URSS, en otros tiempos y lugares han existido otros homines. El priista, el franquista, el peronista y casos semejantes. Personas que han adquirido su sentido de vida en un r¨¦gimen pretendidamente totalizante. En tales condiciones, el derecho ser¨ªa entendido como mera ejecuci¨®n de esos todos, pero no como reglas de ordenaci¨®n aceptadas por su valor de convivencia.
Ministro de la Suprema Corte de Justicia de M¨¦xico. Miembro de El Colegio Nacional. @JRCossio
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