Pemex eleva sus p¨¦rdidas a 40.000 millones de d¨®lares

Pemex no sale del invierno. Estragada por una deuda de 87.000 millones de d¨®lares y con un precio del barril en estado cr¨ªtico, la compa?¨ªa p¨²blica mexicana no deja de recibir golpes. Y no todos externos. La ¨²ltima sacudida procede de su propia contabilidad. La revisi¨®n de sus resultados en 2015 muestra que sus p¨¦rdidas reales fueron de 40.000 millones de d¨®lares, un 36% m¨¢s de lo anunciado a principios de a?o.

La cifra da idea del tama?o del desastre. No s¨®lo son las mayores p¨¦rdidas de su historia y de cualquier empresa mexicana, sino que duplican con holgura las del a?o anterior. Su magnitud explica tambi¨¦n el fulminante descabezamiento de su anterior director general y su reemplazo por Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez Anaya, un prestigioso economista especializado en reflotar barcos hundidos.

La tarea del nuevo ejecutivo de Pemex es tit¨¢nica. La empresa p¨²blica es el principal contribuyente del Estado. Como tal soporta una carga fiscal cercana al 70%. Pese a ello su contribuci¨®n a las arcas ha pasado en un solo a?o a representar del 30% de los ingresos p¨²blicos al 20%. Un descenso que ha activado todas las alarmas. Si Pemex se ahoga, M¨¦xico tambi¨¦n.

Para evitarlo, la primera medida de Anaya fue lanzar un recorte de 5.500 millones de d¨®lares. El tijeretazo recay¨® sobre las divisiones de exploraci¨®n-producci¨®n y transformaci¨®n. Pero fue insuficiente. Ante la debilidad del precio del barril, que lleg¨® a estar a s¨®lo 19 d¨®lares, el mismo Gobierno federal puso en marcha un plan de rescate e inyect¨® 4.200 millones de d¨®lares.

Los resultados de estas medidas a¨²n no son visibles. Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la agencia de calificaci¨®n Moody¡¯s han se?alado que a¨²n queda mucho camino por recorrer. En esta l¨ªnea, el propio Ejecutivo ha deslizado que el rescate podr¨ªa incrementarse hasta 10.000 millones.

Nadie duda de que otro resultado como el de 2015 supondr¨ªa un golpe dur¨ªsimo a la credibilidad de la compa?¨ªa y, por ende, del sistema econ¨®mico mexicano. Pemex es la principal afectada por la medida estrella del mandato de Enrique Pe?a Nieto: la reforma energ¨¦tica. El fin del monopolio y la entrada de competidores en el mercado no ha podido llegar en peor momento. La brusca crisis del petr¨®leo ha desestabilizado el mercado y oxidado aceleradamente las esperanzas de una entrada masiva de capital a M¨¦xico. En este contexto, el estruendoso error de c¨¢lculo de Pemex, que elabor¨® sus presupuestos de 2015 sobre una previsi¨®n de 50 d¨®lares el barril, cuando lleg¨® a estar en 20 d¨®lares, solo a?adieron m¨¢s le?a al fuego.

La propia direcci¨®n de Pemex da por perdido el corto plazo y ha puesto sus miras en el largo. Ni se espera el hallazgo de un pozo providencial ni una mejora s¨²bita del precio del crudo. La estrategia se basa, seg¨²n ha recordado el director general de Pemex, en el saneamiento financiero, drenaje del pasivo y alianzas con grandes empresas.