Amnist¨ªa Internacional denuncia que prohibir la prostituci¨®n da?a a las mujeres
La organizaci¨®n documenta violaciones, agresiones y extorsi¨®n por parte de clientes y la polic¨ªa
Prohibir la prostituci¨®n, penalizar su demanda o las actividades conexas ¡ªcomo el alquiler de locales para su ejercicio¡ª hacen m¨¢s vulnerables a las trabajadoras sexuales, seg¨²n un informe que publica este jueves la ONG Amnist¨ªa Internacional. La investigaci¨®n, dividida en cuatro documentos relativos a Argentina, Noruega, Hong Kong y Pap¨²a Nueva Guinea, concluye que castigar la actividad ¡°refuerza la marginaci¨®n, el estigma y la discriminaci¨®n y puede negar a las personas que se dedican al trabajo sexual el acceso a la justicia¡±.
El estudio documenta con casos las violaciones, ataques, amenazas y extorsi¨®n que sufren las prostitutas. Desde Pap¨²a Nueva Guinea a Argentina, Hong Kong y Noruega, los investigadores han encontrado numerosos casos de personas que ejercen la prostituci¨®n que sufren abosos f¨ªsicos y sexuales por parte de sus clientes y de la polic¨ªa.
Las cifras de Pap¨²a Nueva Guinea, un pa¨ªs de 7,3 millones de habitantes al norte de Australia, y donde la prostituci¨®n es ilegal, dan cuenta de los riesgos de las trabajadoras con un modelo prohibicionista. Entre un grupo de 593 personas dedicadas a la prostituci¨®n en Puerto Moresby, la capital pap¨², el 50% fue v¨ªctima de violaciones de clientes o polic¨ªas en un periodo de seis meses, seg¨²n un estudio acad¨¦mico de 2010 que cita AI.
El modelo abolicionista o n¨®rdico, al que Francia acaba de sumarse, tampoco garantiza la seguridad de las prostitutas, de acuerdo con la ONG. Una parte considerable de las mujeres consultadas para el informe en Noruega ¡ªque proh¨ªbe pagar por sexo, aunque no persigue a quien lo ofrece¡ª asegur¨® que trabajar con otros puede hacer m¨¢s segura la actividad. Sin embargo, la polic¨ªa puede considerar este trabajo conjunto como ¡°prostituci¨®n organizada¡±. El miedo de los clientes en ese pa¨ªs por la posibilidad de una detenci¨®n y el creciente uso de casas particulares para el servicio aumenta el riesgo de las agresiones, expone la investigaci¨®n. ¡°Es m¨¢s peligroso ir a la casa del cliente. Fui a la de uno. Me dio dos pu?etazos en la cara. No lo denunci¨¦ a la polic¨ªa. No quiero que figure en mi historial¡±, relat¨® a AI una trabajadora.
?La defensa de la legalizaci¨®n por parte de la ONG gener¨® una fuerte pol¨¦mica el a?o pasado. M¨¢s de 400 organizaciones dirigieron a Amnist¨ªa Internacional una carta, que firmaron actrices de Hollywood como Meryl Streep, Kate Winslet y Anne Hathaway, para pedirle que reconsiderara su campa?a por la despenalizaci¨®n. El documento argumentaba que descriminalizar la demanda del sexo por dinero pon¨ªa en desventaja a las mujeres que lo ofrec¨ªan y que las convert¨ªa en ¡°objeto de consumo para hombres y de ganancias para proxenetas, propietarios de burdeles y traficantes¡±. La organizaci¨®n defiende solo el ¡°trabajo sexual consentido entre adultos¡± e insta a los gobiernos a perseguir la trata de personas, la explotaci¨®n y la prostituci¨®n infantil.
La ONG cita un estudio oficial elaborado en Nueva Zelanda, que despenaliz¨® la prostituci¨®n en 2003, que revel¨® que tras la legalizaci¨®n, el 70% de las trabajadoras estaban m¨¢s dispuestas a denunciar los abusos en su contra.
¡°[El cliente] me pag¨® y estaba a punto de bajarme del auto cuando me agarr¨® del cuello y me cort¨® con un cuchillo. Le di todo el dinero que ten¨ªa y mi tel¨¦fono celular, y me dej¨® ir¡±, refiri¨® una trabajadora argentina a AI. ¡°No me van a escuchar, porque soy trabajadora de la calle¡±, justific¨® la v¨ªctima sobre la inutilidad de una posible denuncia de la agresi¨®n. El informe insiste en que, aunque en Argentina no son ilegales ni la oferta ni la demanda de servicios sexuales, las trabajadoras precisan de una legislaci¨®n que proteja sus derechos.
Tambi¨¦n se ha detectado un gran n¨²mero de abusos en Hong Kong, donde no se penaliza el oficio pero s¨ª los burdeles. El trabajo aislado hace m¨¢s vulnerables a las mujeres que ejercen el oficio, objetos constantes de violaciones, extorsiones y coacci¨®n, seg¨²n los testimonios recogidos en la investigaci¨®n.
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