Despu¨¦s del domingo, ?qu¨¦?
En cualquier escenario, la concertaci¨®n ser¨¢ indispensable para la gobernabilidad
Este domingo un poco m¨¢s de la mitad de votantes habr¨¢ elegido presidente derrotando a la otra casi mitad de electores. Algo normal en una elecci¨®n presidencial en balotaje pero en este caso con muchas interrogantes, en un contexto de alta polarizaci¨®n pol¨ªtica y visible impaciencia social.
Con planteamientos en materia econ¨®mica sin antagonismos serios entre Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y Keiko Fujimori (KF), las mayores diferencias estar¨ªan en la forma de enfrentar la criminalidad, convertida, seg¨²n la percepci¨®n ciudadana, en el principal problema a encarar. Las profundas brechas entre las dos candidaturas en pugna est¨¢n en otra cosa. Se remontan a lo que fue el gobierno de Alberto Fujimori en los noventa y a su alegada continuidad en la actual candidatura de su hija Keiko, con varios altos dirigentes cuestionados por su conducta presente.
KF y PPK ganaron en la primera vuelta pero con una brecha muy grande entre si: KF 39,85% y PPK 20,99%. Salt¨® r¨¢pidamente a la vista el gran divisos de aguas polarizante: fujimorismo contra antifujimorismo. A los tres d¨ªas, las preferencias para PPK ¡ªsin que ¨¦l hiciera nada¡ª ya hab¨ªan saltado como por un trampol¨ªn a un 40% en ¡°empate t¨¦cnico¡± que se arrastrar¨ªa casi hasta el final.
Nunca en el pasado democr¨¢tico reciente se ha visto una elecci¨®n presidencial en el Per¨² con tanta polarizaci¨®n; en ¡°las alturas¡± y en las calles. Este dato esencial marcar¨¢ no s¨®lo c¨®mo se votar¨¢ este domingo sino lo que podr¨ªa ocurrir luego: creciente polarizaci¨®n y riesgo de ingobernabilidad. Cualquiera que sea el resultado.
Nunca en el pasado democr¨¢tico reciente se ha visto una elecci¨®n presidencial en el Per¨² con tanta polarizaci¨®n
Escenario uno: triunfo de PPK. Se tendr¨ªa un gobierno que podr¨ªa estar maniatado en su capacidad de acci¨®n por un legislativo controlado por el fujimorismo. Todo depender¨ªa de la capacidad de articulaci¨®n y concertaci¨®n del gobierno con las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas, incluido el fujimorismo. Por la trayectoria de PPK no ser¨ªa amenaza la tentaci¨®n autoritaria. Pero el eventual bloqueo al gobierno, de no operar la concertaci¨®n, si conducir¨ªa a la ingobernabilidad.
Escenario dos: triunfo de KF. Se iniciar¨ªa el gobierno con una mitad del pa¨ªs ya erizado y presto a salir a las calles. Control del ejecutivo y del legislativo por un partido en una democracia parlamentaria no tendr¨ªa que ser en abstracto, per se, una amenaza. Pero s¨ª lo es en la percepci¨®n de una mitad de peruanos para los cuales el fujimorismo de hoy carga en la espalda el avasallamiento de la democracia y la ¨¦tica p¨²blica cuando control¨® el Estado en la d¨¦cada de los 90.
Hay, adem¨¢s un tel¨®n de fondo que impacta en cualquiera de los dos escenarios: una sociedad con mucha impaciencia frente a los gobiernos democr¨¢ticos. Tres presidentes sucesivos que apenas superaban el 20% o 25% de respaldo despu¨¦s de su primer a?o de gobierno. Una hipot¨¦tica elecci¨®n de KF se dar¨ªa en el contexto de una sociedad ya expectante y desconfiada, pero mucho m¨¢s polarizada.
De ganar, PPK tendr¨¢ que cogobernar con varias corrientes e hilvanar fuerzas diversas para hacer viable su presidencia. Tarea compleja y delicada, pero que podr¨ªa llevarse a cabo sin tener que contradecir su propio pasado y que tendr¨ªa menor resistencia.
De ganar KF todo ser¨ªa m¨¢s complicado, pero no imposible. Tendr¨ªa que dar pruebas consistentes de apertura y concertaci¨®n para tener un gobierno viable y no erizar m¨¢s al pa¨ªs de lo que ya est¨¢. Apostar por un Gobierno amplio que, por ejemplo, concierte en el congreso decisiones legislativas relevantes o designaciones de altas autoridades (Contralor, Defensor del Pueblo, etc.).
Buenos deseos o sue?os, pero, en cualquier caso, indispensable la concertaci¨®n para la gobernabilidad. Uno u otro tendr¨¢n que concertar, a su vez, con una compleja mara?a de gobiernos regionales y locales y, en especial, de activos e impacientes movimientos sociales. Grandes retos.
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