Per¨² elige no elegir
La naci¨®n en vez de votar ¡®s¨ª¡¯ a quien sea, parece que ha preferido decir ¡®no¡¯ a la hija de Fujimori
A las presidenciales del domingo pasado en Per¨² se presentaban dos candidaturas, que tienen al pa¨ªs dividido en partes pr¨¢cticamente iguales: la de Keiko, hija de Alberto Fujimori, expresidente golpista, y Pedro Pablo Kuckzynski (PPK), l¨ªderes ambos de coaliciones b¨¢sicamente negativas, en contra del otro tanto o m¨¢s que a favor de s¨ª mismas. La del exbanquero, derecha cl¨¢sica, contaba con un ¨²nico elemento aglutinador, Todos-Contra-Fujimori; y la de Keiko era una vaga marea populista, sobre todo de origen rural y modestos medios, contra la ¨¦lite lime?a, pero igualmente conservadora. Y la naci¨®n en vez de votar s¨ª a quien sea, parece que ha preferido decir ¡®no¡¯ a la hija de Fujimori, que anoche perd¨ªa, como se dice en ingl¨¦s, ¡®por la piel de los dientes¡¯.
La democracia peruana, con prensa independiente, libertad de expresi¨®n y elecciones cuando toca, padece, sin embargo, graves disfuncionalidades, la mayor de las cuales puede ser la inexistencia de un sistema estable de partidos, que aparecen en coyuntura electoral y desaparecen sin dejar rastro. A todo ello puede haber contribuido el fujimorato (1990-2000), la gobernaci¨®n del padre, que en 1992 se dio un auto-golpe de Estado para moverse sin trabas constitucionales y a consecuencia del cual est¨¢ hoy en prisi¨®n. Y la gran iron¨ªa es que Keiko hab¨ªa creado, Fuerza Popular, lo m¨¢s parecido a un partido pol¨ªtico moderno, que ha sido la ¨²nica fuerza realmente vencedora en las toldas del fujimorismo porque obtuvo en las legislativas 73 esca?os de 130; resultado, este, que completa el galimat¨ªas de una opini¨®n que da la mayor¨ªa absoluta al partido de la hija, pero que cuando hay que votar a la persona solo le concede el empate t¨¦cnico con un adversario especialmente ¨¢tono y que hasta hace muy poco ten¨ªa nacionalidad norteamericana.
Al cabo de d¨¦cadas de excelentes indicadores econ¨®micos, aunque ¨²ltimamente algo desmejorados por la crisis, parece como si en Per¨² lo ¡®macro¡¯ fuera incapaz de filtrarse hasta lo ¡®micro¡¯, con un descontento generalizado que redobla el grave deterioro de la seguridad ciudadana, pese a que las cifras no llegan a las c¨²spides de criminalidad de pa¨ªses centroamericanos. Keiko, que lleva 10 a?os prepar¨¢ndose para ser presidenta, no existir¨ªa pol¨ªticamente si Alberto Fujimori no hubiera derrotado al movimiento presuntamente revolucionario, Sendero Luminoso, pero igualmente los excesos de su mandato son los que han armado una coalici¨®n antifujimorista, con lo que haya m¨¢s a mano. Y todo ello como un d¨¨ja vu, porque ya en 2011 la Primera Hija fue derrotada por Ollanta Humala, el presidente hoy saliente, que encabezaba una coalici¨®n, izquierda incluida, muy parecida a la actual.
El fujimorismo carece de fuerza para imponerse claramente y el antifujimorismo no tiene contenido propio, lo que pone al pa¨ªs en una situaci¨®n de tablas permanente. Una pista sobre el futuro de ese cul de sac podr¨ªa darla la capacidad de Keiko de preservar la existencia de su partido m¨¢s all¨¢ de su comportamiento electoral, aunque ya se especula, en la mejor tradici¨®n nacional, con que parte de sus diputados estar¨ªan dispuestos a trabajar con PPK. As¨ª es como Per¨² eligi¨® el domingo no elegir.
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