Vargas Llosa, Elena Poniatowska o Margaret Atwood, con la CIDH
Los escritores reclaman fondos para la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
Escritores como el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, la Premio Cervantes Elena Poniatowska o la Pr¨ªncipe Asturias de las Letras Margaret Atwood han unido sus plumas para firmar, junto con otra docena de renombrados autores y periodistas, una carta abierta con un mensaje, por una vez, bien prosaico: la desaparici¨®n o merma de funciones de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por falta de fondos tendr¨ªa un ¡°impacto devastador¡± en el respeto de los derechos en las Am¨¦ricas. Incluida la libertad de expresi¨®n tan fundamental para su trabajo.
Por ello, los autores y organizaciones que los agrupan como Pen International y la Red de Intercambio Internacional por la Libertad de Expresi¨®n (IFEX) ¡°urgen a todos los Estados miembros y observadores permanentes de la OEA (Organizaci¨®n de Estados Americanos) y otros posibles donadores a reconsiderar su apoyo financiero a la CIDH¡±. Tambi¨¦n suscriben la petici¨®n el Comit¨¦ para la Protecci¨®n de los Periodistas, Reporteros Sin Fronteras, Human Rights Watch o la World Association of Newspapers and News Publishers, entre otros.
La apremiante misiva llega cuando quedan pocos d¨ªas para que se cumpla el plazo se?alado por la CIDH ¡ªel 15 de junio¡ª como la fecha l¨ªmite para lograr reunir los fondos suficientes que eviten que tenga que suspender las audiencias y visitas previstas para el resto del a?o. La acuciante crisis econ¨®mica de la organizaci¨®n que durante d¨¦cadas ha vigilado y protegido los derechos humanos de la regi¨®n tambi¨¦n obligar¨¢, si no llega el dinero, a despedir al 40% de su personal, lo que a su vez llevar¨¢ a un retraso o incluso suspensi¨®n de actividades fundamentales como la revisi¨®n de casos o la emisi¨®n de medidas cautelares para proteger la vida de personas amenazadas.
Una situaci¨®n que tiene ¡°consternados¡± a los firmantes de la carta, entre quienes tambi¨¦n figuran los escritores Gioconda Belli, Lydia Cacho, Ariel Dorfman, Laura Esquivel o Francisco Goldman. La b¨²squeda de fondos adicionales es algo que debe ser tratado, subrayan, ¡°como una cuesti¨®n de urgencia¡±.
¡°Esperamos que ayuden a la CIDH a seguir defendiendo los derechos humanos en las Am¨¦ricas¡±, insisten los autores.
La CIDH alert¨® de su crisis financiera el 23 de mayo. Dos d¨ªas m¨¢s tarde, present¨® ante los pa¨ªses de la OEA el informe en el que detalla sus problemas econ¨®micos. Estos se deben, por una parte, a que los ¨²nicos fondos que tiene asegurados, un 6% del presupuesto de la OEA, son m¨ªnimos. Este a?o, apenas llegan a 4,6 millones de d¨®lares. Hasta ahora, la Comisi¨®n cubr¨ªa sus gastos sobre todo con las donaciones individuales tanto de pa¨ªses de la regi¨®n como de Europa, pero la crisis de refugiados que vive el continente europeo ha secado el grifo que le permit¨ªa hasta ahora mantenerse a flote.
Desde su pedido de ayuda, la Comisi¨®n solo ha recibido un cheque de Antigua y Barbuda por 1.800 d¨®lares. Algunos pa¨ªses han comprometido algo m¨¢s de dinero, pero hasta el momento el organismo est¨¢ lejos de lograr el mill¨®n de d¨®lares que necesita para llegar a fin de a?o. Entre el personal de la CIDH y organizaciones defensoras de los derechos humanos cunde el temor de que algunos Estados, disconformes con los se?alamientos inc¨®modos que les hace, puedan intentar aprovechar su crisis econ¨®mica para ejercer un mayor control sobre un organismo cuya independencia molesta a tantos.
La Asamblea General de la OEA que se celebrar¨¢, a nivel de cancilleres, la semana pr¨®xima en Santo Domingo ser¨¢ escenario de un nuevo intento de la Comisi¨®n por evitar el naufragio econ¨®mico. El mundo de las letras es su nuevo aliado.
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