Miles de franceses convierten en un s¨ªmbolo la protesta ¡®prohibida¡¯ de Par¨ªs
La marcha ha sido la m¨¢s vigilada en los ¨²ltimos a?os. El Gobierno la prohibi¨® y autoriz¨® posteriormente
Decenas de miles de personas han desfilado este jueves por el centro de Par¨ªs en la manifestaci¨®n convertida por el Gobierno en la m¨¢s simb¨®lica de las protestas contra la reforma laboral: por haberla prohibido la v¨ªspera y autorizada cinco horas despu¨¦s y por haber sido la m¨¢s vigilada y controlada por la polic¨ªa. El traspi¨¦ del Ejecutivo y la marcha han servido a los l¨ªderes sindicales para reforzar sus posiciones cuando la ola de movilizaciones pierde fuelle.
El recorrido de la manifestaci¨®n, pactado por la polic¨ªa y los sindicatos, ha consistido en rodear el estaque del Arsenal con salida y llegada en la cercana plaza de la Bastilla. M¨¢s parec¨ªa la vuelta a un circo romano con una alargada piscina de 800 metros en el centro que una marcha t¨ªpica por las calles de una ciudad. Por eso, algunos manifestantes no dudaron en denominarla ¡°circo¡± o ¡°zoo¡± en sus pancartas.
Los 1,6 kil¨®metros resultaron tan cortos para los asistentes que algunos optaron por dar una segunda vuelta pese a los 30 grados y la extrema humedad en la zona. ¡°Un calor como el de Madrid¡±, coment¨® el l¨ªder la CGT, Philippe Martinez, al inicio de la protesta. El secretario general del principal sindicato franc¨¦s prometi¨® nuevas movilizaciones ¨Cla pr¨®xima el d¨ªa 28- hasta que no se modifique ¡°la columna vertebral¡± de una reforma laboral que consagra ¡°el dumping social¡± en Francia.
En apoyo y solidaridad de los siete sindicatos convocantes, y como hab¨ªan prometido cuando el acto fue prohibido el mi¨¦rcoles, en la protesta participaron varios parlamentarios comunistas y verdes. La posterior rectificaci¨®n del presidente Fran?ois Hollande al permitir la manifestaci¨®n ha debilitado al primer ministro, Manuel Valls, partidario de una mayor firmeza frente a los sindicatos. Martinez acusa al jefe del Gobierno de "echar le?a al fuego" en lugar de favorecer el di¨¢logo.
Todos los accesos al recorrido han estado bloqueados por unos 2.000 polic¨ªas. Para acceder al mismo, hab¨ªa que superar dos y hasta tres controles, algunos situados a m¨¢s de un kil¨®metro de la zona fijada para la manifestaci¨®n. Un centenar de personas han sido retenidas e interrogadas por llevar estupefacientes, bengalas, palos o material utilizable para lanzarlo contra la polic¨ªa. A otro centenar le hab¨ªa sido prohibido participar en la protesta.
No se han registrado incidentes. Ni siquiera cuando los manifestantes han pasado frente a una comisar¨ªa de polic¨ªa.
Un centenar de personas han sido retenidas e interrogadas por llevar estupefacientes, bengalas, palos...
En la protesta han participado unas 20.000 personas, seg¨²n la polic¨ªa (60.000, seg¨²n los convocantes). Tambi¨¦n ha habido marchas con miles de manifestantes en Marsella, Le Havre o Marsella. Rennes fue la ¨²nica localidad donde hubo incidentes.
El bajo nivel en la participaci¨®n de la movilizaci¨®n contra la reforma laboral se ha concretado en el funcionamiento absolutamente normal de toda la red ferroviaria, que ha sufrido huelgas y paros en las ¨²ltimas semanas. El movimiento de indignados NuitDeBout, nacido el 31 de marzo tras la mayor protesta contra la reforma, tambi¨¦n languidece. Sus promotores decidir¨¢n la semana pr¨®xima c¨®mo continuar el movimiento. En total, este jueves se han manifestado en toda Francia 70.000 personas, seg¨²n la polic¨ªa (200.000, seg¨²n los sindicatos).
Mientras, los sindicatos preparan los ¨²ltimos movimientos antes de las vacaciones. El Senado aprobar¨¢ el d¨ªa 28 un endurecido proyecto de reforma laboral. El texto volver¨¢ a la Asamblea Nacional, donde el Gobierno quiere que sea aprobado en julio. Incluso por decreto, como ya hizo en mayo, si no cuenta con apoyos parlamentarios suficientes.
"Iremos hasta el final", ha prometido de nuevo este jueves el presidente Hollande. Las ¨²ltimas encuestas indican que el 60% de los franceses rechaza la reforma laboral, que s¨ª es apoyada por las llamados sindicatos reformistas que no participan en las movilizaciones.
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