Nacionalista europeo, independentista ingl¨¦s
La UE ha contribuido enormemente a que hayamos gozado en Europa de una ¨¦poca dorada
Lo confieso. Vot¨¦ dos veces en el refer¨¦ndum. Nada que ver con los cuatro a?os que estuve de corresponsal en M¨¦xico observando con inter¨¦s la oscura ciencia conocida como ¡°alquimia electoral¡±. Fue perfectamente legal. Vot¨¦ la segunda vez en representaci¨®n de un amigo brit¨¢nico que vive a 3.400 kil¨®metros del ruido y la furia que caracterizan a Reino Unido hoy en d¨ªa, en la relativamente apacible ciudad de Beirut.
Opt¨®, como yo, por Remain, por la permanencia en la Uni¨®n Europea. Si no, no me hubiera sometido a un viaje de dos horas ida y vuelta en metro desde mi casa al barrio de Londres donde ¨¦l est¨¢ registrado. Pero la causa es justa y no dud¨¦ ni un segundo.
A fin de cuentas se trata de elegir entre una visi¨®n de nuestro pa¨ªs definida por el esp¨ªritu mezquino, ignorante, retr¨®grado, xen¨®fobo y tribal que encarna Nigel Farage, el l¨ªder del partido derechista UKIP (UK Independence Party), o por la generosidad, el sentido com¨²n y la solidaridad con un proyecto que desde su fundaci¨®n ha contribuido enormemente a que hayamos gozado en Europa de una ¨¦poca dorada de paz y prosperidad sin precedentes. Que muchos querr¨ªamos m¨¢s, que hoy estemos viviendo una crisis de expectativas es otra cosa. No quita que las dos ¨²ltimas generaciones de europeos occidentales hemos sido los seres m¨¢s afortunados en la historia de la humanidad.
Esto no s¨¦ si lo entiende un amigo que tengo que vot¨® no dos, sino tres veces en el refer¨¦ndum. Es el ¨²nico buen amigo que tengo en el mundo que es plenamente de derechas y, como cab¨ªa esperar, vot¨® las tres veces por el Leave, por la salida de la Uni¨®n Europea.
Cuando me confirm¨® hace unos d¨ªas en una comida que iba a votar con entusiasmo a favor del Brexit, perd¨ª los papeles. Sorprendido por la rabia que sali¨® de m¨ª, reflexion¨¦ despu¨¦s a solas y entend¨ª de repente que acababa de sucumbir a un impulso al que siempre me hab¨ªa considerado ajeno: el nacionalismo. Soy, he descubierto, un nacionalista europeo. Mi amigo, estando visceralmente a favor del Brexit, es lo opuesto: un independentista ingl¨¦s.
Tambi¨¦n lo son las dos personas en cuya representaci¨®n ¨¦l vot¨® este jueves. ?Por qu¨¦ no pod¨ªan votar ellos mismos? Ah, me contest¨®, es que se han ido a pasar unos d¨ªas al sol en la casa que tienen en el sur de Francia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.