Reino Unido vota por dejar la Uni¨®n Europea
David Cameron anuncia que dejar¨¢ la jefatura de Gobierno tras el congreso de su partido en octubre
Reino Unido ha emprendido este viernes el camino, lleno de inc¨®gnitas colosales, hacia su nuevo lugar en el mundo. La hist¨®rica decisi¨®n que tomaron el jueves en las urnas los brit¨¢nicos sacudir¨¢ a Europa entera y dar¨¢ aliento a los movimientos que desaf¨ªan la pol¨ªtica tradicional en todo el mundo occidental. La sucesi¨®n de acontecimientos desatados en las horas siguientes a conocerse la ajustada victoria del Brexit, da idea de la magnitud de las consecuencias que se avecinan. Cameron anunci¨® que dimitir¨¢ en octubre. La ministra principal escocesa dijo que un nuevo refer¨¦ndum de independencia en Escocia es ¡°altamente probable¡±. Diputados laboristas iniciaron los tr¨¢mites para una moci¨®n de censura contra Jeremy Corbyn. De poco sirvieron las llamadas a la conciliaci¨®n de los victoriosos Boris Johnson y Michael Gove. La jornada dej¨® a la libra bajo m¨ªnimos y las bolsas en rojo. Los l¨ªderes europeos pidieron un proceso de ruptura r¨¢pida para superar el mayor rev¨¦s en la historia del proyecto.
La primera inc¨®gnita, la principal, se despej¨® con la comunicaci¨®n del resultado oficial a primera hora de la ma?ana. Los brit¨¢nicos, por un 51,9% contra un 48,1% de los votos, hab¨ªan decidido abandonar la Uni¨®n Europea.
La segunda no tard¨® ni dos horas en resolverse. Ante el 10 de Downing Street, la que ha sido su residencia en los ¨²ltimos seis a?os, David Cameron anunci¨® que se va en octubre. El pa¨ªs, dijo un primer ministro que hace un a?o parec¨ªa intocable, ¡°necesita un liderazgo fuerte¡± que ¨¦l no est¨¢ en condiciones de proporcionar. Su legado ser¨¢ exactamente el contrario del que so?¨®. Quien quiso pasar a la historia como el primer ministro que zanj¨® el debate europeo y que hizo resurgir la econom¨ªa brit¨¢nica, se va tras sacar al pa¨ªs de Europa y depositar una bomba en la econom¨ªa mundial.
A partir de ah¨ª, todo aconteci¨® en cadena. Nicola Sturgeon, ministra principal escocesa, se encarg¨® de recordar al pa¨ªs que el desaf¨ªo al que se enfrenta es de car¨¢cter doble: no solo habr¨¢ de encontrar un nuevo lugar en el mundo, sino abordar su delicada realidad territorial. ¡°Un nuevo refer¨¦ndum de independencia en Escocia es altamente probable¡±, dijo Sturgeon, quien consider¨® ¡°democr¨¢ticamente inaceptable¡± que los escoceses sean arrastrados fuera de la UE contra si voluntad mayoritaria.
Los efectos colaterales del Brexit alcanzaron tambi¨¦n a la oposici¨®n laborista. Su fracaso en movilizar a su electorado tradicional fue una de las claves del desenlace. El laborismo no tuvo argumentos para responder al miedo a la inmigraci¨®n entre las clases trabajadoras, que el refer¨¦ndum ha revelado como uno de los conflictos sociales m¨¢s importantes del pa¨ªs. En respuesta al tibio compromiso que exhibi¨® en la campa?a Jeremy Corbyn, dos diputadas promovieron por la tarde una moci¨®n de censura que supone la primera cristalizaci¨®n del desaf¨ªo a su liderazgo amagado por sus enemigos desde que tom¨® las riendas del partido en septiembre.
Europa, por su parte, recibe un rev¨¦s seco y directo. Al ment¨®n, donde m¨¢s duele. El Brexit la condena a una etapa de convulsiones econ¨®micas, financieras, pol¨ªticas e incluso legales cuando el club est¨¢ a¨²n lejos de reponerse de la Gran Recesi¨®n. La UE descubre, de pronto, que ya no es irreversible. El desplome de la libra esterlina fue apenas un aperitivo: las turbulencias en los mercados recordaron los tiempos de Lehman Brothers.
El Brexit abre una nueva era: es, de largo, el mayor rev¨¦s del proyecto desde su fundaci¨®n hace seis d¨¦cadas. ¡°Reino Unido ha elegido el camino de la inestabilidad; el resto de socios europeos no deber¨ªa seguir esa senda¡±, acert¨® a decir el jefe del Eurogrupo, el holand¨¦s Jeroen Dijsselbloem. Las principales instituciones ¨CComisi¨®n, Consejo Europeo y Euroc¨¢mara¡ªemitieron un comunicado conjunto en el que abren la puerta de salida a Londres y subrayan la unidad del resto de socios.
Bruselas miraba de reojo a Berl¨ªn y Par¨ªs. De ambas capitales lleg¨® la misma sensaci¨®n de incertidumbre: ¡°El resultado del refer¨¦ndum ser¨¢ un parteaguas para el proyecto europeo¡±, dijo la canciller Angela Merkel. ¡°Se trata de un shock explosivo: es hora de reinventar otra Europa¡±, apunt¨® el primer ministro franc¨¦s, Manuel Valls. Juncker pidi¨® a Berl¨ªn y Par¨ªs ¡°celeridad¡± para dejar claro cuanto antes c¨®mo va a funcionar desde ahora la Uni¨®n de los Veintisiete.
El equilibrio no ser¨¢ f¨¢cil: ni Alemania ni Francia quieren concesiones para Reino Unido que estimulen el euroescepticismo a escasos meses de sus elecciones. Hollande y Merkel se re¨²nen el pr¨®ximo lunes con el italiano Matteo Renzi y el presidente del Consejo, Donald Tusk, para fijar una posici¨®n com¨²n de cara a la cumbre de la semana pr¨®xima.
?Es el principio del fin del proyecto europeo?, se preguntaba la prensa brit¨¢nica en la sede de la Comisi¨®n Europea. ¡°No¡±, contest¨® rotundo el jefe del Ejecutivo europeo, Jean-Claude Juncker, que reclam¨® a Londres ¡°que no prolongue innecesariamente la incertidumbre¡± y empiece a negociar de inmediato su salida, a la vista de que el Ejecutivo brit¨¢nico ha empezado a jugar con los tiempos como estrategia para lograr un acuerdo m¨¢s beneficioso.
Ni siquiera con la miel de la victoria en la boca renunci¨® Boris Johnson a llevar la contraria a sus odiados ¡°bur¨®cratas europeos¡±. El exalcalde de Londres y estrella principal de la campa?a por el Brexit dijo que no hab¨ªa prisa por invocar el art¨ªculo 50, que abre el proceso de dos a?os para negociar los t¨¦rminos del divorcio. Con actitud grave de hombre de Estado, preparando acaso el camino hacia Downing Street que se le se presenta ahora m¨¢s despejado, Johnson llam¨® a la calma y a la conciliaci¨®n. La polic¨ªa hubo de protegerle de una multitud que se congreg¨® junto a su casa para insultarlo.
La euforia la aport¨® Nigel Farage. El l¨ªder del antieuropeo UKIP, cuya amenaza al partido tory llev¨® a David Cameron a convocar el refer¨¦ndum, quiso recordar que si no fuera por ¨¦l todo esto nunca se habr¨ªa producido. ¡°Atrev¨¢monos a so?ar que amanece en un Reino Unido independiente¡±, dijo, a primera hora de la ma?ana, como si llevara toda la vida saboreando la frase.
La celebraci¨®n de Farage, apartado de la campa?a oficial por su potencial divisorio, era la prueba de que el del jueves fue tambi¨¦n un voto contra las ¨¦lites. La Inglaterra media despreci¨® en las urnas las reiteradas advertencias del establishment pol¨ªtico y econ¨®mico sobre los riesgos del Brexit. El mensaje ser¨¢ convenientemente asimilado por los movimientos populistas y nacionalistas que alimentan el antieurope¨ªsmo en todo el continente.
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