Sarkozy lanza el ataque final contra sus rivales en el centroderecha
El expresidente utiliza al partido para imponerse como candidato al El¨ªseo frente a otros 11 aspirantes
La inacabable guerra en la derecha francesa registra estos d¨ªas el arranque de la batalla definitiva para designar al candidato al El¨ªseo para las presidenciales de 2017. La pugna es clave porque, seg¨²n las encuestas, el aspirante conservador se convertir¨¢ en jefe del Estado. El exmandatario Nicolas Sarkozy, presidente de Los Republicanos, es acusado de usar la organizaci¨®n en su beneficio para debilitar a sus 11 rivales, cifra muy elevada en estas primeras primarias del partido.
El principal rival de Sarkozy es el alcalde de Burdeos, Alain Jupp¨¦. Los sondeos le dan favorito, pero por escasa ventaja. Aunque las primarias ser¨¢n en noviembre, la carrera est¨¢ m¨¢s que lanzada y el ¨²ltimo en incorporarse ha sido Sarkozy. De hecho, es el ¨²nico que no ha dado el paso oficialmente. Su l¨ªmite es el 25 de agosto, fecha en la que tendr¨ªa que dejar la presidencia del partido para jugar en igualdad de condiciones.
Es lo que no hace desde hace meses, seg¨²n le reprochan sus rivales. ¡°Est¨¢ en campa?a sin decirlo¡±, reitera Jupp¨¦. Con una de sus cartas marcadas, Sarkozy ha forzado que el partido aprobara este fin de semana un programa de gobierno redactado por ¨¦l y que, en teor¨ªa, debe ser respetado por todos los candidatos.
Varios de sus puntos clave los cont¨® el expresidente como ideas propias en una entrevista el mes pasado. Como la expulsi¨®n de extranjeros con nexos terroristas, la apuesta por un Schengen 2 o la colocaci¨®n de un brazalete electr¨®nico a los fichados como sospechosos de terrorismo.
El juego sucio se ha convertido en norma. El tambi¨¦n candidato Fran?ois Fillon, exjefe de Gobierno con Sarkozy, pidi¨® al El¨ªseo que acelerara casos judiciales por corrupci¨®n en los que est¨¢ implicado el expresidente, seg¨²n public¨® Le Monde. Nathalie Kosciusko-Morizet, que fue apartada de la c¨²pula del partido, acusa a Sarkozy de manejar los listados y datos de los militantes mientras se los niega a los dem¨¢s. Y el propio Fillon ha presentado el aval de 72 parlamentarios, aunque le bastaban con 20, con tal de quitar opciones a los otros.
El juego sucio se ha convertido en norma entre los candidatos de Los Republicanos
La batalla final se centra en Sarkozy, Jupp¨¦, Fillon y el exministro Bruno Le Maire, que, con 47 a?os, es el m¨¢s joven de los cuatro, un factor que juega contra Jupp¨¦, a punto de cumplir los 71. Bajo la premisa de que Francia necesita ¡°una autoridad fuerte¡± en tiempos turbulentos, los puntos program¨¢ticos comunes son: m¨¢s ayudas a las empresas, menos gasto p¨²blico, retraso en la edad de jubilaci¨®n (a 64 o 65 frente a los 62 actuales), m¨¢s prisiones y dureza frente al terrorismo y la inmigraci¨®n.
Los matices aparecen a la hora de arrancar votos al ultraderechista Frente Nacional, hoy el primer partido del pa¨ªs. Le Maire pide expulsar a todo extranjero fichado como sospechoso de simpatizar con el terrorismo (hay 10.000). Sarkozy quiere prohibir el velo en las universidades. Y Jupp¨¦ pretende eliminar el acuerdo con Inglaterra para controlar en Calais la inmigraci¨®n hacia Reino Unido. Otros menos conocidos, como Jacques Myard, quieren eliminar el matrimonio homosexual.
En ese ambiente tan poco fraternal, cientos de miles de militantes y simpatizantes de Los Republicanos elegir¨¢n a su l¨ªder en oto?o. A los votantes solo se les pedir¨¢n dos euros y firmar que ¡°comparten los valores de la derecha republicana¡±. Incluso algunos socialistas comentan que participar¨¢n para da?ar a Sarkozy, el que m¨¢s simpat¨ªas y odios levanta cuatro a?os despu¨¦s de haber sido desalojado del El¨ªseo.
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