El acuerdo comercial con Canad¨¢ deber¨¢ pasar por los parlamentos nacionales
Bruselas cede ante Berl¨ªn y acepta que el texto del tratado pase por las 28 capitales de la UE
La aprobaci¨®n del CETA, el tratado de libre comercio entre la Uni¨®n Europea y Canad¨¢, necesitar¨¢ la ratificaci¨®n de los parlamentos nacionales de los Veintiocho. La Comisi¨®n Europea ha anunciado este martes que considerar¨¢ el acuerdo como mixto, lo que implica una cesi¨®n por parte de Bruselas ante la presi¨®n de Par¨ªs y sobre todo de Berl¨ªn. Angela Merkel dej¨® claro en la cumbre de la pasada semana que fuera cual fuera la postura de Bruselas al respecto, Alemania consultar¨ªa a los diputados en el Bundestag.
El presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, era partidario de que el tratado pasara ¨²nicamente por el Consejo y el Parlamento europeos para su puesta en marcha. "He escuchado a los jefes de Estado y a los parlamentos nacionales. Es hora de deliberar. La credibilidad de la pol¨ªtica comercial europea est¨¢ en juego", ha se?alado para justificar el cambio de planes. La posici¨®n de la Comisi¨®n marca un precedente para el otro gran acuerdo comercial que negocia Europa en estos momentos con Estados Unidos, el TTIP, que previsiblemente deber¨¢ realizar un recorrido similar por las c¨¢maras parlamentarias que se antoja complicado por el amplio rechazo social que ha desatado en pa¨ªses como Alemania, donde protestas como la de Berl¨ªn el pasado octubre rondaron los 200.000 manifestantes.
La intenci¨®n del Ejecutivo comunitario es firmar el acuerdo en la cumbre con Canad¨¢ de finales de octubre y que pueda ponerse en marcha provisionalmente mientras va pasando las sucesivas cribas de los Estados miembros, a los que ha llamado a hacerlo lo antes posible. El proceso es engorroso y para evitar su bloqueo requerir¨¢ de complejos equilibrios para vencer resistencias como las expresadas por Bulgaria y Ruman¨ªa, que quieren vincular su apoyo al fin de los visados para sus ciudadanos en Canad¨¢, o la del parlamento de la regi¨®n valona en B¨¦lgica, que el pasado abril aprob¨® una moci¨®n contra el tratado y podr¨ªa paralizarlo. Contando las c¨¢maras regionales el documento debe contar con la aprobaci¨®n de casi 40 parlamentos.
El CETA es el mayor acuerdo comercial bilateral que ha negociado hasta ahora la Uni¨®n Europea, y pondr¨ªa fin a los aranceles que gravan los intercambios entre ambos los Veintiocho y Canad¨¢. Bruselas defiende que el ahorro anual de las empresas ser¨ªa multimillonario y pone como ejemplo el balance del pacto firmado en 2011 con Corea del Sur, que seg¨²n sus estimaciones ha hecho crecer las exportaciones un 50% y permitido ahorrar 3.000 millones de euros por la eliminaci¨®n de aranceles. La Comisi¨®n defiende que adem¨¢s de ayudar a los exportadores europeos y crear empleo abrir¨¢ la puerta a que las compa?¨ªas europeas participen en las licitaciones p¨²blicas canadienses y al reconocimiento de titulos profesionales de ingenieros y arquitectos.
Organizaciones antiglobalizaci¨®n y asociaciones ecologistas como Greenpeace hab¨ªan llamado a los Gobiernos a presionar para evitar que Bruselas aprobara el tratado sin pasar por los parlamentos nacionales, por lo que supone una victoria para ellas, aunque ya han mostrado su oposici¨®n a que el acuerdo se apruebe antes de que se pronuncien los diputados de los Veintiocho. Las entidades contrarias tanto al CETA como al TTIP han venido criticando el secretismo que ha rodeado las negociaciones, que empezaron hace siete a?os, y creen que la aprobaci¨®n de ambos tratados supone una amenaza para el medio ambiente, los derechos de los trabajadores y la salud de los consumidores.
Alemania ya ha reaccionado al anuncio de Bruselas con satisfacci¨®n de boca del ministro de Econom¨ªa, Sigmar Gabriel: "Es justo que los parlamentos nacionales sean part¨ªcipes del proceso de ratificaci¨®n". Se abre ahora un periodo de discusiones que se seguir¨¢ con inquietud desde Canad¨¢, la otra parte implicada, y llevar¨¢ el texto del tratado por toda la UE en un momento de debilidad tras el Brexit que ha favorecido que Bruselas no se atreviera a contradecir la opini¨®n mayoritaria entre los Estados miembros sobre los pasos a dar en la aprobaci¨®n del CETA.
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