El jefe de polic¨ªa de Dallas ¡°Vamos a hacer volar por los aires a ese tipo¡±
La decisi¨®n de usar un robot equipado con una bomba para matar al asesino de Dallas abre nuevos interrogantes en el uso de t¨¢cticas militares por parte de la polic¨ªa
La decisi¨®n se tom¨® poco antes de la una de la madrugada. El alcalde y el jefe de polic¨ªa de Dallas sal¨ªan de visitar a los heridos en el hospital. ¡°De acuerdo, est¨¢ decidido. Vamos a hacer volar por los aires a ese tipo¡±, dijo el comisario. Media hora despu¨¦s, la polic¨ªa introdujo en el garaje donde se hab¨ªa atrincherado el sospechoso un robot militar cargado con una bomba, y mediante control remoto la hizo explotar a pocos metros de Micah Xavier Johnson, el francotirador que esa noche hab¨ªa asesinado a cinco agentes en medio de una manifestaci¨®n.
Es la primera vez que un robot ideado en origen para desactivar bombas es utilizado parad¨®jicamente por la polic¨ªa para cargar en sus brazos extensibles un explosivo y acabar con la vida de un civil. La osada iniciativa de David Brown, jefe policial de Dallas, ha despertado las suspicacias ¨¦ticas entre los analistas. ¡°En la guerra el objetivo es matar, pero la misi¨®n de los cuerpos policiales es muy diferente. El uso de robots es muy com¨²n pero utilizarlos para ejercer una fuerza letal desata nuevas e complejas interrogantes¡±, declar¨® a The Atlantic este s¨¢bado el profesor de derecho de la Universidad de South California Seth Stoughton.
En una columna del diario local Texas Tribune, el profesor de criminolog¨ªa de la Universidad de Huston, Willard Oliver, expolic¨ªa y militar retirado defini¨® la acci¨®n como: ¡°deslumbrante, estremecedora y a la vez muy efectiva¡±
En la guerra el objetivo es matar, pero la misi¨®n de los cuerpos policiales es muy diferente
La in¨¦dita respuesta contra la mayor matanza de agentes de la polic¨ªa desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 cont¨® con el visto bueno del alcalde, Mike Rawlings. ¡°No quer¨ªa poner en peligro la vida de m¨¢s agentes. El comisario Brown pens¨® que era la manera m¨¢s segura de resolverlo y yo le apoy¨¦¡±, confes¨® este s¨¢bado en una rueda de prensa.
Desde que el sospechoso fue arrinconado en el garaje de un colegio, las autoridades comenzaron a barajar dos posibles v¨ªas de resoluci¨®n. La primera tesis consist¨ªa en redada cl¨¢sica. Utilizar la superioridad num¨¦rica y de fuego de los cientos de agentes desplegados en el centro de la ciudad para achicar los espacios y reducir a Johnson a balazos. Esta opci¨®n fue desechada muy pronto. El francotirador que acababa de acribillar en plena calle a cinco polic¨ªas y herido a otra decena de civiles con un rifle de asalto iba armado hasta las pesta?as. Le proteg¨ªa un chaleco antibalas, ten¨ªa rev¨®lveres de repuesto, munici¨®n para resistir varias horas y es probable que tambi¨¦n dispusiera de explosivos, seg¨²n el an¨¢lisis policial sobre el terreno. M¨¢s tarde se supo que era un reservista del ej¨¦rcito y que guardaba un arsenal completo en su casa. ?
La justificaci¨®n del jefe de polic¨ªa es que tras dos horas de infructuosas negociaciones, el sospechoso no entraba raz¨®n, continuaba disparando y amenazando con estallar una ristra de explosivos que supuestamente hab¨ªa colocado por distintos puntos del centro de la ciudad. ¡°Dec¨ªa el d¨ªa final hab¨ªa llegado y que iba a seguir matando polic¨ªas. Fuimos muy cuidadosos con la t¨¢ctica de ataque. Llev¨¢bamos tiempo entren¨¢ndonos para este tipo de situaciones¡±, declar¨® el d¨ªa siguiente Brown ante la prensa.
El antiguo jefe de polic¨ªa de Dallas, Bill Rathburn, est¨¢ convencido de que no hay razones para cuestionar la decisi¨®n de su sucesor. ¡°Fue una estrategia poco habitual, pero sin duda las m¨¢s efectiva. En circunstancias excepcionales como esta, cuando el objetivo est¨¢ aislado en un espacio donde no hay gente, es la mejor soluci¨®n de todas¡±, sentenci¨® este s¨¢bado en declaraciones a un diario local.
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