?Es m¨ªa! (Neiva, Huila)
Colombia es un pa¨ªs en donde suceden 3.794 reinados de belleza
Es que hay que verlo. Si a uno le preguntan ¡°?vio que la virreina le quit¨® la corona de la cabeza a la reina en el Reinado Nacional del Bambuco?¡± suena a pel¨ªcula costumbrista, a chiste entre los espectadores de las ridiculeces diarias del mundo. Pero es que verlo lo resume todo: en el suroccidente de Colombia, en el departamento del Huila, en la centenaria e hirviente ciudad de Neiva, el Quincuag¨¦simo Sexto Festival Folcl¨®rico ha terminado ¨Ces la noche del domingo 3 de julio del bisiesto 2016¨C con la elecci¨®n de la inesperada se?orita Tolima como reina de la danza del bambuco, pero no hay alegr¨ªa mientras se toma la primera foto oficial de la monarca, no, pues el p¨²blico abuchea a esta ganadora que no estaba entre las favoritas, y entonces la Se?orita Bogot¨¢, envidiosa e indignada, se atreve a quitarle la corona a la nueva soberana, y se corona a s¨ª misma como haciendo justicia porque qui¨¦n m¨¢s va a hacerla.
Mira fijamente al auditorio como dici¨¦ndole al pa¨ªs ¡°?era m¨ªa!¡±, ¡°?es m¨ªa!¡±. Clava la corona, que por poco cae al suelo, de vuelta en la cabeza de su majestad: tome su falsa gloria. Hace mutis por el foro bajo las rechiflas, que ahora qui¨¦n sabe para qui¨¦n son, mientras la nueva reina se encoge de hombros como dici¨¦ndole al pa¨ªs ¡°perd¨®nenla porque no sabe lo que hace¡¡±.
Es cuesti¨®n de segundos: otra escena imborrable improvisada por personas. Pero quiz¨¢s sea m¨¢s que suficiente para entender qu¨¦ pasa aqu¨ª en Colombia.
Porque al d¨ªa siguiente, como si el mundo globalizado fuera pura teor¨ªa, como si el siglo XXI fuera nom¨¢s una fachada, caemos en cuenta de que estamos en un pa¨ªs en donde suceden 3.794 reinados de belleza: el reinado del Bollo Limpio en Ceret¨¦, el reinado de los burros en San Antero, el reinado de la sopa en Riquirr¨¦. Y al d¨ªa siguiente la s¨²bitamente, la terriblemente c¨¦lebre Se?orita Bogot¨¢ se somete a explicar ante los voraces tribunales de la radio que si no soport¨® perder la corona e hizo la pataleta que hizo fue porque el deslumbrante jurado del reinado, compuesto por pol¨ªticos y por personajes de la vida nacional cercanos al Vicepresidente de la Rep¨²blica ¨Cque ahora mismo prefiere no nombrar: qu¨¦ miedo¨C, tom¨® la decisi¨®n de no elegir a la mejor candidata, sino a la consentida de los poderosos.
Claro que s¨ª: esto est¨¢ cambiando, y millones se resisten a que el cl¨ªmax de las fiestas folcl¨®ricas sea alg¨²n reinado pat¨¦tico vigilado por los caciques del lugar, y millones m¨¢s tienen claro que las mujeres no son ni la fauna ni la flora del pa¨ªs, pero esto tambi¨¦n sigue siendo Colombia; sigue siendo un archipi¨¦lago de culturas, de municipios, de sagas que el Estado ha dejado para ma?ana; sigue siendo una tierra nost¨¢lgica de las jerarqu¨ªas ¨Cporque ¡°las hay hasta en el cielo¡±, me explic¨® un compa?ero de colegio cuando ten¨ªamos diez a?os¨C marcada por una desigualdad que convierte a los pol¨ªticos en verdugos redentores, en amos, aunque el bipartidismo lleve veinticinco a?os hundi¨¦ndose, aunque haya en esta era, veinte a?os despu¨¦s de internet, cientos de maneras de agarrarlos con las manos en la masa.
Hay que leer la prensa de estos d¨ªas, en orden, para entender qu¨¦ pa¨ªs es el que pisamos: ¡°ministra de Vivienda, esposa del Vicepresidente de la Rep¨²blica y presidente de la Federaci¨®n Colombiana de F¨²tbol encabezan el jurado del Reinado Nacional del Bambuco¡±; ¡°Se?orita Bogot¨¢ arrebat¨® la corona a Se?orita Tolima¡±; ¡°la madre de la nueva reina trabaja en una entidad de renombre relacionada con el Vicepresidente¡±. Ve uno que falta mucho para que aqu¨ª sea posible sobrevivir sin padrinos, pero tambi¨¦n ve lo inveros¨ªmil: que ya hay en Colombia aquellos que se niegan a sonre¨ªr cuando est¨¢n despoj¨¢ndolos aquellos que nacen coronados.
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