La herencia maldita
La Inquisici¨®n no s¨®lo caus¨® un da?o devastador en Espa?a, sino tambi¨¦n en el Nuevo Mundo
Cuando me cuestiono el origen de mi comportamiento personal, de mis reacciones e inclinaciones y, en general, dedico parte de mi tiempo a la b¨²squeda de explicaciones en torno a mi conducta en la soledad de mi estudio, por supuesto que hurgo en mis antecedentes familiares en los que, por cierto, no aparece ¡°el retrato de un mi abuelo que ganara una batalla¡¡±.
La misma mec¨¢nica de investigaci¨®n se debe aplicar cuando se buscan explicaciones relativas al modus operandi de una determinada naci¨®n. ?Por qu¨¦ los alemanes, los chinos, los egipcios, los australianos, los mexicanos o los peruanos respondemos de manera diferente ante los mismos est¨ªmulos, recompensas o agresiones externas? Para encontrar una respuesta fundada es menester echar mano de la historia, de la sociolog¨ªa y de la antropolog¨ªa, entre otras disciplinas, para poder arribar a conclusiones s¨®lidas.
Sobre la base de entrar en materia para tratar de comprender la idiosincrasia sudamericana, empecemos por comparar a los pa¨ªses en los que se haya aposentado la Santa Inquisici¨®n, el Tribunal del Santo Oficio, la instituci¨®n favorita, ciertamente macabra inventada por Mefist¨®feles en una noche de insomnio, con otras naciones en que ese pavoroso flagelo demon¨ªaco no destruy¨® los tejidos sociales como una met¨¢stasis cancer¨ªgena. ?Por qu¨¦ no comparar entonces Nueva Zelanda, Australia, Canad¨¢, Estados Unidos e Inglaterra con M¨¦xico, Per¨², Colombia, Venezuela, Guatemala y Espa?a, entre otros tantos pa¨ªses m¨¢s, en donde los endiablados ensotanados enmascarados o vestidos con siniestros capirotes, quemaron vivas en las piras p¨²blicas a las personas, las torturaron o las mataron en s¨®tanos caliginosos o persiguieron ferozmente ¡°a quien pensara peligroso¡±, entre otras barbaridades?
El clero impidi¨® la alfabetizaci¨®n de las mujeres y con ello deterior¨® la evoluci¨®n social y econ¨®mica de las naciones
El clero cat¨®lico impidi¨® la cancelaci¨®n de fueros e inmunidades, neg¨® la tolerancia religiosa, resisti¨® con las armas la separaci¨®n Iglesia-Estado, rechaz¨® la libertad de conciencia, la de imprenta, luch¨® en contra de la educaci¨®n laica, convoc¨® a revoluciones con tal de evitar a toda costa la nacionalizaci¨®n de sus cuantiosos bienes sin tomar en cuenta que los feligreses marginados mor¨ªan de hambre sin poder explotar los inmensos territorios en ¡°manos muertas¡±; conden¨® y castig¨® a los ciudadanos que hubieran jurado someterse a la potestad de constituciones liberales y, por si lo anterior resultara insuficiente, todav¨ªa neg¨® la validez del matrimonio civil por encima del religioso e impuso por la fuerza la coacci¨®n civil para continuar sangrando a las sociedades con las obvenciones parroquiales.
?M¨¢s cargos, los posibles dentro de este reducido espacio? El clero cat¨®lico impidi¨® la alfabetizaci¨®n de las mujeres y con ello deterior¨® la evoluci¨®n social, cultural y econ¨®mica de las naciones, convirti¨¦ndolas en meras ruedas cuadradas con sus respectivas consecuencias en materia de prosperidad y bienestar de la comunidad; castig¨® severamente a las personas dedicadas a entender el enciclopedismo, a dar con las luces luminosas de la Ilustraci¨®n y descubrir y aplicar los derechos universales del hombre derivados de la Revoluci¨®n Francesa. Los curas cat¨®licos se enriquecieron al vender terrenos en el para¨ªso, incinerar vivos a los jud¨ªos titulares de una importante personalidad econ¨®mica y sancionar con da?os corporales a los lectores de la Biblia, sin olvidar los premios otorgados a quienes denunciaran herej¨ªas cometidas por el padre o la madre u otros integrantes de la familia, en cuyo seno desapareci¨® la confianza rec¨ªproca de sus integrantes que sobrevivieron a lo largo de tres siglos en el escepticismo y en el resentimiento que acab¨® por destruir los cimientos propios de una comunidad segura y pr¨®spera.
La Santa Inquisici¨®n apuntalada arteramente por Isabel la Cat¨®lica caus¨® un da?o devastador no s¨®lo en Espa?a, v¨ªctima entre otras razones de graves atrasos generacionales, sino que devast¨® al Nuevo Mundo cuando se le hundi¨® arteramente un clavo ardiendo en el cogote y se ejecutaron salvajes mutilaciones intelectuales que han impedido o detenido la evoluci¨®n intelectual, social y econ¨®mica de aquellos pa¨ªses en que se nos someti¨® brutalmente a la conquista espiritual espa?ola, lo m¨¢s cercano a una cruel castraci¨®n mental muy dif¨ªcil de superar. ?Alg¨²n d¨ªa se administrar¨¢ una purga educativa en Am¨¦rica Latina para superar el traumatismo religioso?
?M¨¢s aportaciones a una discusi¨®n a fondo del origen del atraso latinoamericano, la herencia maldita, adem¨¢s de los aspectos religiosos? Nos leemos el viernes entrante. Sean felices¡
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