Comienza la campa?a por el s¨ª a la paz en las calles de Colombia

A lo largo de la carrera s¨¦ptima, una de las arter¨ªas que recorre Bogot¨¢, se escuchan un grito: "Hagamos el septimazo por la paz". Los altavoces los sujetan colectivos civiles y religiosas que durante el viernes han lanzado la campa?a "La paz S? es contigo". Este es el lema que se escuchar¨¢ a partir de ahora en Colombia, a pocas semanas de que se firme el acuerdo entre el Ejecutivo y la guerrilla de las FARC que terminar¨¢ con m¨¢s de 50 a?os de guerra. Pero este s¨ª al final del conflicto, al previsible plebiscito que refrendar¨¢ lo pactado en la mesa de negociaciones de La Habana, no es el s¨ª del presidente Juan Manuel Santos. "El nuestro es un s¨ª social, la paz llegar¨¢ si se hacen cambios sociales", explica Iv¨¢n Cepeda, senador del partido de izquierda Polo Democr¨¢tico y uno de los participantes en estas iniciativas.

En la capital del pa¨ªs la fiesta se celebra en cuatro estaciones en el centro de la ciudad. En cada parada diversas organizaciones organizaci¨®n batucadas, espect¨¢culos circenses, improvisaciones de baile y hip hop. Es su manera de mantener lo que denominan "la llama de la paz". Cuando la calle s¨¦ptima se encuentra con el barrio de La Candelaria, un grupo de gente disfruta y aplaude a un grupo de percusi¨®n. "En este espacio haremos distintas actividades art¨ªsticas", dice Mar¨ªa Alejandra Rojas, representante de la Federaci¨®n de Estudiantes. Unos pasos m¨¢s adelante, la Mesa Ecum¨¦nica por la Paz prepara su tienda con banderas. Hay representante de confesiones protestantes, cat¨®licas, presbiterianas..., pero no est¨¢ la Conferencia Episcopal. "Nosotros creemos en un Dios que es un pr¨ªncipe de paz y que nos ha ense?ado el amor por el otro", dice Yolanda Reyes, protestante y miembro del equipo nacional de este colectivo. "Pero no somos ingenuos, sabemos que para conseguir que se acabe la guerra todos tenemos que contribuir, no es solo la firma".

"Hemos llegado al punto de no retorno en el largo camino recorrido para superar el conflicto armado en Colombia", se lee en una carta p¨²blica firmada, entre otros, por Piedad C¨®rdoba, exsenadora y defensora de Derechos Humanos, Gustavo Petro, exalcalde de Bogot¨¢, y colectivos como la Uni¨®n Patri¨®tica (primer partido conformado por exmiembros de las FARC que sali¨® de las negociaciones fallidas del Cagu¨¢n) y sus l¨ªderes Imelda Daza y A¨ªda Avella. Y con esta convicci¨®n, en la tercera estaci¨®n del "septimazo por la paz" otros colectivos de j¨®venes bailan y rapean. "Nuestra lucha es para que se acabe el servicio militar obligatorio y que una vez se firmen los acuerdos haya una amnist¨ªa para los 765.000 remisos que hay en Colombia", explica Christian Hurtado, miembro de Juventud Rebelde. Su objetivo es que aquellos que decidieron "no participar de la guerra", recuperen su libreta militar para poder acceder a un contrato laboral o a la universidad.

En el escenario central, en la plaza Eduardo Uma?a Mendoza, dedicada a la memoria de un activista por los derechos humanos asesinado en los noventa, un centenar de personas con banderas espera la lectura del comunicado final. "Creemos en la reconciliaci¨®n del pa¨ªs y le decimos s¨ª a la paz, pero queremos separarnos del Gobierno", plantea Diego Carrero, portavoz distrital de Marcha Patri¨®tico. "Santos quiere acabar con la guerra pero mantiene una posici¨®n ambigua manteniendo un modelo econ¨®mico que perpet¨²a el conflicto".

El presidente se empe?a desde hace meses en inculcar entre los ciudadanos que esta no es su paz ni la de su equipo y el viernes en las calles de varias ciudades del pa¨ªs se lo han recordado. "Queremos que se inicie una apertura democr¨¢tica que no solo cambie el r¨¦gimen econ¨®mico, sino que desemboque en una Asamblea Nacional Constituyente", dice Carrero, "la sociedad civil tiene que ser part¨ªcipe de este proceso".

Conf¨ªan en la victoria del s¨ª y en un cambio social para Colombia y por eso han decidido empezarlo en las zonas urbanas donde la guerra no atac¨® con la misma crudeza que en regiones como el Catatumbo, al noreste del pa¨ªs. El senador Cepeda ha pasado la ma?ana del viernes en compa?¨ªa de unas 6.000 personas, seg¨²n c¨¢lculos de la organizaci¨®n, "tomando pac¨ªficamente" C¨²cuta con asociaciones campesinas. "Es en un gesto de gran importancia simb¨®lica", asegura, en una zona gobernada por tres guerrillas, el ELN, las FARC y el EPL, adem¨¢s de por varios grupos criminales, que desconoce la institucionalidad del Estado desde hace d¨¦cadas por la guerra.

Los reclamos son por "el cumplimiento y respeto de los acuerdos" en un ejercicio de calentamiento no solo ante la inminente firma final, tambi¨¦n por el inicio de la campa?a al plebiscito, el mecanismo acordado en la mesa de La Habana entre el Gobierno y la guerrilla para refrendar lo pactado durante casi cuatro a?os de negociaci¨®n y que previsiblemente ser¨¢ aprobado por la Corte Constitucional a finales de julio. "Esta es solo una previa de las grandes manifestaciones que est¨¢n por venir", dice Cepeda. En las que no solo hablan de las FARC, tambi¨¦n abogan porque el Estado y el ELN se sienten de una vez a negociar.

Aunque entre los convocantes no aparece, de nuevo, el Centro Democr¨¢tico, el partido del expresidente Uribe, Cepeda asegura que todos los colombianos, con independencia de su ideolog¨ªa o partido pol¨ªtico est¨¢n invitados a participar en las manifestaciones. "El uribismo tiene las puertas abiertas, tiene que saber que el cuarto de hora de odio ya ha pasado". La misma oferta le llegar¨¢ a Alejandro Ord¨®?ez, procurador general de la naci¨®n y un claro opositor al proceso de paz de Santos. "Los hechos apuntan a que es el final del conflicto al que dentro de poco se unir¨¢ el ELN, los colectivos en contra tienen que saber que podemos hacer la paz sin ellos, no vamos a esperar ingenuamente a que Uribe haga un gesto".