¡®Brexit¡¯, m¨¢s vacuna que contagio
Hasta hoy, el virus del Brexit ha actuado m¨¢s como vacuna que como foco de contagio. Casi al filo de un mes del refer¨¦ndum brit¨¢nico, los temores m¨¢s dram¨¢ticos se han amortiguado. El desplome de las Bolsas y la multiplicaci¨®n de las primas de riesgo iniciales casi se han revertido completamente. Han quedado sustituidas por un goteo, o m¨¢s exactamente, por un reguero de noticias adversas, sobre todo para los brit¨¢nicos. Y subsidiariamente, para los europeos.
As¨ª la depreciaci¨®n de la libra ha empobrecido de entrada a sus usuarios frente a norteamericanos y europeos, sin que haya indicios de haber catapultado las exportaciones. La inversi¨®n se ha congelado y en algunos casos, como en el corralito de tres gestoras de inversi¨®n inmobiliaria, los inversores han quedado atrapados sin poder reembolsarse sus ahorros. La confianza de los consumidores capot¨®. Y la de las empresas, a¨²n m¨¢s, de manera que se ha iniciado una estampida. Los bancos de inversi¨®n norteamericanos otean trasladar sus centrales europeas desde la City al continente. JP Morgan anuncia la relocalizaci¨®n de 4.000 empleados y hasta el gigante brit¨¢nico HSBC proyecta enviar fuera a 2.000 bancarios. Un dato muy preocupante porque el sector servicios (sobre todo financieros) supone m¨¢s de tres cuartas partes de la econom¨ªa brit¨¢nica. La huida se justifica: ¡°No habr¨¢ m¨¢s pasaporte europeo para las entidades brit¨¢nicas¡±, sintetiz¨® el ministro franc¨¦s de Econom¨ªa, Emmanuel Macron: sin ese pasaporte las entidades no podr¨ªan actuar en territorio de los 27 como en casa.
Y junto a los bancos, las empresas industriales, sobre todo las m¨¢s sofisticadas. La teleco brit¨¢nica Vodafone fue la primera en anunciar su probable relocalizaci¨®n, fuera. Y otras tecnol¨®gicas, como la norteamericana Dell (ordenadores) o la china OnePlus (m¨®viles inteligentes) han decretado aumentos de precio para sus productos en la isla, a fin de compensar el deterioro de la esterlina. Gigantes como HP o Lenovo tambi¨¦n se lo plantean. Y Visa. Y la a¨¦rea Easyjet.
Quiz¨¢ lo peor es la previsi¨®n de que todo ir¨¢ a peor: las expectativas de crecimiento. El FMI ha actualizado sus proyecciones y estima que el PIB brit¨¢nico ceder¨¢ un 1,5% hasta 2019. Y la Comisi¨®n Europea, entre el 1% y el 1,5%. Mientras que para el continente la ca¨ªda ser¨ªa de menos de un tercio. La falta de claridad pol¨ªtica sobre el futuro es causa directa de la tendencia al estancamiento, porque ¡°alimenta la incertidumbre¡±, resume la jefa del FMI, Christine Lagarde. Quiz¨¢ por eso, deseoso de parar el golpe y sajar la fuga empresarial , el anterior secretario del Tesoro, George Osborne, anunci¨® una rebaja del Impuesto de Sociedades, del 20% al 15%. Es una estrategia de defender lo propio a base de agredir a los dem¨¢s, mediante una competencia fiscal bajista (como podr¨ªa serlo monetaria, o comercial), conocida como ¡°empobrecer al vecino¡± (¡°beggar my neighbour¡±) que se emple¨® en los a?os treinta y agrav¨® la Gran Depresi¨®n de 1929: ¡°corren hacia el precipicio¡±, les recrimin¨® el alem¨¢n Wolfgang Schauble.
Porque cada acci¨®n provoca reacci¨®n. Ya Francia ha respondido con una rebaja del mismo impuesto, del 33% al 28%. Y Par¨ªs, Fr¨¢ncfort, Dubl¨ªn, Amsterdam, incluso Madrid y Barcelona (hoy periferizadas por los incumplimientos fiscales del Gobierno Rajoy) se precipitan a postularse para repartirse los despojos de las instituciones y agencias europeas (Autoridad Bancaria, Agencia del Medicamento) ubicadas en Londres.
Quiz¨¢ la evidencia de que la decisi¨®n del Brexit ha causado ya, sin a¨²n aplicarse, esos perjuicios directos y tangibles a los brit¨¢nicos, es lo que ha enfriado las ganas de emularlos. A lo que se suma el conocimiento de las mentiras de la campa?a (los eurohostiles propalaron que el Reino Unido aportaba a la UE 400 millones de euros semanales, en vez de 160) y el temor a las apreturas de servicios sociales como la Sanidad (dado el alto porcentaje de m¨¦dicos y enfermeras de los 27). As¨ª que apenas las extrem¨ªsimas derechas del Frente Nacional franc¨¦s (de la familia Le Pen) y del xen¨®fobo Partido por la Libertad holand¨¦s (Geert Wilders) se han apuntado enf¨¢ticamente al contagio, reclamando referendos que dif¨ªcilmente se celebrar¨¢n (en Holanda ser¨ªa ilegal, pues solo puede consultarse sobre un Tratado que a¨²n no est¨¦ en vigor). Al menos, de momento. Tambi¨¦n les desalienta la r¨¢pida reacci¨®n de los 27 Gobiernos reuni¨¦ndose a la semana del d¨ªa de autos y enarbolando una exigente consigna frente a Londres: notifiquen oficialmente cuanto antes su decisi¨®n, para iniciar enseguida el proceso de autoexclusi¨®n. Y aunque la flamante primera ministra Theresa May aspiraba a calmar los ¨¢nimos, haber nombrado al payaso Bor¨ªs Johnson (desaparecido tres semanas tras el recuento de votos) como ministro de Exteriores, los ha encendido m¨¢s si cabe: no en vano ha ofendido a casi todos --de Obama a la Merkel, de la Clinton a Erdogan-- con insultos gruesos. So disgusting.
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