Noches negras
Negras son las noches blancas de este verano de 2016. Primero fue el Brexit, la noche de San Juan que empez¨® con las encuestas a favor del Remain y termin¨® con la apoteosis de Boris Johnson y Nigel Farage. Despu¨¦s fue el cami¨®n infernal de Niza, que sembr¨® de muerte el Paseo de los Ingleses el d¨ªa de la gran fiesta republicana francesa del D¨ªa de la Bastilla. La ¨²ltima ha sido el golpe militar del d¨ªa siguiente, 15 de julio, contra una democracia turca que ya se hallaba en la pendiente por el autoritarismo creciente del triunfador, el presidente Erdogan.
Pasan muchas y trascendentes cosas en muy poco tiempo, signo evidente de un aceler¨®n de la historia. Y pasan en tres pa¨ªses que son piezas fundamentales del orden europeo de los ¨²ltimos 70 a?os. De todas ellas podemos extraer ideas positivas, aunque es dif¨ªcil que compensen los aspectos m¨¢s negros de estos coletazos de la historia, como son la pesada factura que se cobran en vidas humanas.
Hoy ya no toca hablar del Brexit, aunque es obligado recordar a Jo Cox, la diputada laborista tiroteada y apu?alada. Incluso el m¨¢s pac¨ªfico y civilizado de estos hechos trascendentes de este verano ha dejado su huella de sangre y de dolor. Nada comparable con la hecatombe humana de Niza o con el balance de v¨ªctimas civiles y militares que todav¨ªa tardaremos en conocer con precisi¨®n del golpe contra Erdogan.
Turqu¨ªa es socio en la OTAN, candidato a ingresar en la UE y pa¨ªs seguro para la devoluci¨®n de refugiados seg¨²n el acuerdo firmado con la UE. Es un aliado imprescindible para terminar con el Estado Isl¨¢mico y tambi¨¦n para alcanzar la paz entre todas las partes en Siria. Es todav¨ªa, a pesar de los esfuerzos de Erdogan en sentido contrario, una referencia para quienes quieren hacer compatible el islamismo pol¨ªtico con la democracia representativa.
Nada bueno pod¨ªa salir del golpe militar, que solo habr¨ªa triunfado con un inmenso ba?o de sangre, de dimensiones mucho mayores del que ya ha sufrido Turqu¨ªa con esta noche guerracivilista. Pero no es seguro que sea la democracia la que salga reforzada, sino m¨¢s bien los instintos autocr¨¢ticos de Erdogan, m¨¢s endiosado ahora tras pasar por la prueba de la supervivencia a un golpe militar. Probablemente ser¨¢ un socio y aliado todav¨ªa m¨¢s temible en sus exigencias.
A pesar de todo, siempre es un alivio que triunfen los manifestantes desarmados frente a los tanques y blindados, los tel¨¦fonos m¨®viles frente a las televisiones ocupadas por militares, las instituciones y el Estado de derecho ¨Cpor fr¨¢gil que sea¡ªsobre los galones militares.
No son solo los acontecimientos tr¨¢gicos los que aportan inestabilidad y alientan el miedo en este verano de subversi¨®n del orden europeo de 2016. El tedio de la noria espa?ola, con gobierno interino desde hace m¨¢s de 200 d¨ªas y dos elecciones generales seguidas sin capacidad resolutoria, es la otra cara del aceler¨®n de la historia, remansada en la fr¨ªvola irresponsabilidad de nuestras elites pol¨ªticas, que se permiten mantener al pa¨ªs sin gobierno en el mismo momento en que Europa se rompe por todas las costuras. Si hubiera un m¨ªnimo sentido hist¨®rico entre nuestros pol¨ªticos, si lo tuvieran Mariano Rajoy y Pedro S¨¢nchez, tendr¨ªamos gobierno en 24 horas.
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