?C¨®mo funciona una Convenci¨®n?
Filadelfia acoge esta semana la reuni¨®n del Partido Dem¨®crata que nominar¨¢ oficialmente a Clinton
Est¨¢n a medio camino entre la reuni¨®n m¨¢s importante de los miembros de un partido pol¨ªtico y el espect¨¢culo televisivo m¨¢s visto del a?o. Son cuatro d¨ªas de discursos, votaciones, debates y promesas electorales con dos objetivos claros: confirmar oficialmente al candidato para representar al partido en noviembre y decidir las propuestas con las que intentar¨¢n convencer a los ciudadanos.
Pero una convenci¨®n es mucho m¨¢s. Representantes, senadores, delegados y superdelegados, acuden a esta cita que tuvo lugar entre los d¨ªas 18 y 21 de julio en Cleveland (Ohio) para los republicanos y desde el 25 al 28 del mismo mes en Filadelfia (Pensilvania) para los dem¨®cratas. El encuentro, seguido por miles de periodistas de medios de comunicaci¨®n de todo el mundo y retransmitido en directo por televisi¨®n, es tambi¨¦n una de las grandes tradiciones de la democracia estadounidense. As¨ª es como funciona:
Para qu¨¦ sirve una Convenci¨®n
El objetivo de las reuniones nacionales de cada partido es nominar a su candidato a la presidencia. Hist¨®ricamente, las convenciones ten¨ªan este poder de manera exclusiva, ya que los ciudadanos no participan en la selecci¨®n de los aspirantes a llegar a la Casa Blanca. Ese proceso se conoce hoy como primarias. La selecci¨®n se hac¨ªa entonces en secreto y solo votaban los legisladores. Sin embargo, en el siglo XIX arranc¨® un movimiento para abrir ese voto a m¨¢s miembros del partido. As¨ª surgieron las primarias y las figuras del delegado y el superdelegado.
Los delegados de cada Estado son los encargados de trasladar a la Convenci¨®n Nacional el voto de los ciudadanos: si la mayor¨ªa respald¨® a un candidato, tambi¨¦n deben hacerlo los delegados. Los superdelegados, por el contrario, pueden votar libremente a un candidato y ayudarle a consolidar la mayor¨ªa necesaria para sellar su nominaci¨®n.
La ¡°plataforma¡±
As¨ª se conoce en Estados Unidos al programa pol¨ªtico o la agenda de propuestas que defender¨¢ un partido y su candidato en las presidenciales. La convenci¨®n ha sido hist¨®ricamente la cita para debatir y negociar este temario, pero los partidos quieren evitar cada vez m¨¢s escenas de divisi¨®n, como la que protagonizaron Ted Kennedy y Jimmy Carter en 1980, y apuestan por presumir de unidad. Para lograrlo, este a?o ambos partidos ya han debatido el contenido de esa agenda en las semanas previas a la reuni¨®n nacional.
Los candidatos
En las convenciones m¨¢s recientes, los ciudadanos ya hab¨ªan respaldado a un candidato claro para hacerse con la nominaci¨®n, por lo que los delegados simplemente trasladan ese voto en la reuni¨®n nacional del partido. Sin embargo, este a?o es distinto. En el caso de los republicanos, Donald Trump se qued¨® sin rivales el pasado mes de mayo, cuando super¨® tambi¨¦n el m¨ªnimo necesario y se retir¨® de la carrera el senador Ted Cruz. Desde entonces no ha cesado sin embargo las especulaciones de que el Partido Republicano tenga otro candidato a la nominaci¨®n que rete a Trump en plena Convenci¨®n de Cleveland.
La votaci¨®n
Participan los delegados de cada uno de los Estados emitiendo su voto desde la grada de la sede donde se celebra la convenci¨®n. El proceso se denomina ¡°roll call¡±. El presidente del comit¨¦ nacional del partido va nombrando a cada uno de los Estados y uno de los delegados pronuncian el voto de la agrupaci¨®n.
Los dem¨®cratas utilizan un sistema proporcional seg¨²n el cual el porcentaje de delegados de cada Estado que respaldan a un candidato coincide con el porcentaje de votos que recibi¨® de parte de los delegados.
Los republicanos, sin embargo, designan su voto en algunos Estados a trav¨¦s del m¨¦todo ¡°winner takes all¡±. En este caso, el candidato que consigue el mayor n¨²mero de votos de los ciudadanos se llega el c¨®mputo total de delegados.
El resultado
El candidato que logre superar la mitad de los delegados m¨¢s uno en la primera votaci¨®n resulta nominado por su partido. Es lo que buscar¨¢n tanto Trump como Clinton en la ronda inicial de votaciones.
Si ninguno de los dos rebasa esa barrera, deber¨¢ repetirse el reparto. En este caso, las reglas establecen que un porcentaje de los delegados quede ¡°liberado¡±, es decir, ya no deber¨¢n atar su voto al dictamen de los ciudadanos, y podr¨¢n votar libremente. Es la situaci¨®n que cualquier candidato quiere evitar.
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