Cohesi¨®n y disidencia en las FARC
Las disidencias en la guerrilla no ser¨¢n superiores al 8%, un porcentaje bastante bajo comparado con otros procesos
Hace algunos d¨ªas se que un sector del Frente Primero de las FARC manifestaba su inconformidad con el proceso de paz de La Habana que se desarrolla entre el grupo guerrillero y el Gobierno colombiano. Era un hecho que sorprend¨ªa, ya que despu¨¦s de cuatro a?os de negociaci¨®n las FARC hab¨ªan logrado mantener el mando y control del grupo guerrillero, aun cuando todos sus jefes eran los que estaban negociando. Tambi¨¦n sorprend¨ªa que este hecho se conociera mediante un comunicado presentado a los campesinos de la zona donde operaba esta estructura, pero no mediante un comunicado nacional o un ataque militar. No debe olvidarse que el 20 de julio de 2015 las FARC declararon un cese unilateral que se ha cumplido en un 97%, y el Frente Primero nunca lo viol¨®. Las FARC a¨²n ten¨ªan capacidad de controlar esta disidencia, como efectivamente ocurri¨®, al poner al mando del frente al hist¨®rico guerrillero Gentil Duarte.
En negociaciones de paz es normal que entre un 13 y 20% de la tropa no entre a la negociaci¨®n. Estas disidencias tienen dos destinos:. O bien se terminan bandolerizando, como ha ocurrido en el pasado en Colombia, como por ejemplo la disidencia de la guerrilla del EPL. O bien terminan desapareciendo despu¨¦s de tres o cuatro a?os. Con el caso del proceso de desmovilizaci¨®n paramilitar desarrollado entre 2003 y 2006, las disidencias y rearmes llegaron al 22% y m¨¢s del 60% de los mandos medios, un absoluto fracaso, aunque el Gobierno colombiano se esfuerza para mostrarlo como un ¨¦xito. Para el caso de las FARC se cree que las disidencias no ser¨¢n superiores al 8%, bastante bajo comparado con otros procesos.
Cuando se viaja a las zonas de presencia importante de las FARC se notan al menos tres cosas. Por un lado, la base social de las FARC tiene mucho miedo, como se dice popularmente, est¨¢n muertos de miedo. As¨ª como la sociedad urbana colombiano no cree en las FARC, no creen en su desarme y creen que el pa¨ªs les cedi¨® mucho en la negociaci¨®n, eso mismo pasa del otro lado. La base social de las FARC dice: ¡°Nos van a matar igual que cuando la UP¡±, ¡°el Estado no nos va a cumplir¡± y se cree que se negoci¨® por poco.
Uno de los ejemplos comunes es que para algunos sectores de la sociedad colombiana las zonas de ubicaci¨®n denominadas ¡°zonas veredales transitorias de normalizaci¨®n¡± son peque?os Caguanes, se refieren a la zona de distenci¨®n de Cag¨¹¨¢n que se cre¨® en la fallida negociaci¨®n de paz del gobierno Pastrana. Para la base social de las FARC son c¨¢rceles a cielo abierto. En realidad, no son ni una cosa ni la otra, pero estos miedos se fundan en la ausencia de pedagog¨ªa. Ni las FARC ni el Gobierno han logrado desarrollar una estrategia clara para explicar los acuerdos de paz. As¨ª que m¨¢s que disidencias es ausencia de pedagog¨ªa.
Gran parte de este problema de ausencia de pedagog¨ªa en la base social de las FARC es gracias a los miedos del Gobierno nacional. Despu¨¦s de lo ocurrido hace algunos meses en el corregimiento el Conejo, donde el jefe negociador de las FARC, Iv¨¢n M¨¢rquez, en una sesi¨®n de pedagog¨ªa mont¨® un evento con poblaci¨®n civil, los protocolos de estas sesiones se volvieron bastante restrictivos y se circunscribieron a la tropa armada de las FARC y no se les permiti¨® hablar con su base social. Este es un tema que se debe resolver. Est¨¢ guerrilla, con cincuenta a?os de historia, ha dejado una base social amplia, compuesta por t¨ªos, abuelas y primos de los guerrilleros, con los cuales se debe hablar.
Lo segundo que se encuentra es que existen una serie de sectores, principalmente urbanos, que se quejan de la negociaci¨®n de paz y dicen que las FARC se vendieron por poco. En privado dicen ¡°las FARC traicionaron la memoria de Manuel Marulanda¡±. Incluso sectores pol¨ªticos de la guerrilla del ELN dicen esto de forma p¨²blica. Es posible pensar que si no existe una buena pedagog¨ªa, estos sectores podr¨ªan causar alguna distorsi¨®n en las estructuras semi-urbanas de las FARC. Estos radicalismos ideol¨®gicos tambi¨¦n son comunes y son liderados por sectores que nunca han empu?ado un arma y no han tenido vida de guerrilleros, pero que cuentan con una voz en las guerrillas.
Un ¨²ltimo factor que podr¨ªa llevar a disidencias es el tema de las econom¨ªas ilegales. La intensificaci¨®n de la confrontaci¨®n armada entre el a?o 2000 y el a?o 2011 llev¨® a que las FARC perdieran una buena cantidad de mandos y debieran ascender una serie de guerrilleros relativamente j¨®venes a comandar estructuras militares. Algo similar ocurri¨® con las Fuerzas Militares, que debieron crear la figura del ¡°Cabo Tercero¡± cuando la guerra se intensific¨®. Estos mandos guerrilleros a¨²n no son cuadros pol¨ªticos y esto hace que dif¨ªcil la reincorporaci¨®n. La disidencia o no en gran medida depender¨¢ de lo que se les ofrezca a estos mandos medios en el proceso de reincorporaci¨®n.
As¨ª las cosas a¨²n no hay una situaci¨®n de disidencia manifiesta en las FARC, pero s¨ª existen riesgos en varias zonas del pa¨ªs. De la estrategia pedag¨®gica, del modelo de reincorporaci¨®n para mandos medios y de la realizaci¨®n de la D¨¦cima conferencia guerrillera depender¨¢ que estos riesgos aumenten o disminuyan.
Ariel ?vila es subdirector de la Fundaci¨®n Paz y Reconciliaci¨®n
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