Mauricio Macri choca contra el tarifazo del gas

El aumento de las tarifas de los servicios p¨²blicos en Argentina ha puesto al presidente, Mauricio Macri, ante su primera gran crisis de Gobierno. Las subidas de hasta 1.000% en las facturas del gas golpean a las clases medias y bajas, cuando Argentina enfrenta el inicio del invierno m¨¢s duro de la ¨²ltima d¨¦cada. El tarifazo reactiv¨® los cacerolazos, el distintivo de la crisis de 2001, y dispar¨® una avalancha de amparos judiciales. Macri est¨¢ a la defensiva y espera que la Corte Suprema habilite los aumentos. Mientras tanto, ensaya medidas contra la ca¨ªda de la popularidad.

El jefe de Gabinete, Marcos Pe?a, advirti¨® el lunes pasado a los usuarios de que las facturas de gas no deben pagarse hasta que ¡°no se resuelva el fallo¡± de la Corte. Lo cierto es que casi tres meses despu¨¦s de haber decretado el nuevo cuadro tarifario, presentado como una medida necesaria para terminar con 12 a?os de subsidios kirchneristas a la energ¨ªa, los usuarios no saben cu¨¢nto deber¨¢n pagar por el gas que utilicen. La reacci¨®n social al tarifazopill¨® desprevenido al Ejecutivo, que hoy se pregunta c¨®mo no pudo prever las consecuencias. Dos veces debi¨® dar marcha atr¨¢s con las subidas, luego les puso un tope del 400% y ahora espera una decisi¨®n judicial.

Algunas declaraciones de Macri tampoco han ayudado a su imagen: en un discurso ante un grupo de obreros advirti¨® de que si uno anda por su casa ¡°en mangas cortas y en patas¡± es porque derrocha energ¨ªa. El pulso se tens¨® la semana pasada, cuando miles de personas cortaron 20 puntos de la ciudad de Buenos Aires a golpes de cacerolas. El grupo Barrios de Pie realiz¨® 100 ollas populares en la capital y el extrarradio. La protesta social termin¨® por pasar su propia factura a la Casa Rosada.

Las empresas de gas no registran ingresos desde junio. Al costo de tener que emitir dos veces todas sus facturas han tenido que sumar la anulaci¨®n judicial de las subidas. Los aliados de Macri han tomado posiciones. Sergio Massa, un peronista disidente que acompa?a de forma ambivalente al oficialismo, dijo que el tarifazo fue como ¡°entrar a un quir¨®fano con una motosierra¡±. Nadie duda de la necesidad de adecuar las tarifas, pero pocos defienden que se haya hecho de golpe. El radical Ernesto Sanz, integrante del n¨²cleo duro de Macri, se?al¨® que ¡°era necesario readecuar el esquema tarifario¡± y pidi¨® a la gente que entienda que ¡°las marchas y contramarchas en el Gobierno se dan en un escenario muy complejo¡±.

Resaca de subsidios

El escenario tiene que ver con la ¡°herencia recibida¡±, como gusta llamar el macrismo al estado en que la expresidenta Cristina Kirchner dej¨® la econom¨ªa. El kirchnerismo destin¨® entre 2006 y 2015 casi 139.000 millones de d¨®lares en subsidios a la energ¨ªa y al transporte. En el caso del gas se gener¨® un c¨ªrculo vicioso: mientras el consumo subi¨®, la producci¨®n cay¨® un 18%, seg¨²n el Instituto Argentino del Petr¨®leo y Gas. El Gobierno debi¨® importar hasta 310 barcos con gas licuado entre 2013 y 2015 para paliar el d¨¦ficit. En abril, Macri decidi¨® reducir los subsidios y aumentar las tarifas, pero lo hizo de una sola vez, con un alto costo pol¨ªtico.

Toda la ira popular se ha concentrado en el ministro de Energ¨ªa, Juan Jos¨¦ Aranguren, expresidente de la petrolera Shell. Aranguren cuenta con el respaldo de Macri, quien asumi¨® en persona la trama de errores y rectificaciones del nuevo cuadro tarifario y el evidente malhumor social. No le ha ido tan mal. Un sondeo de Giacobbe&Asociados registr¨® que el 61,8% de los consultados vio como ¡°un signo de inteligencia¡± que el Gobierno rectifique sus pol¨ªticas. El 71% dijo que las tarifas de gas, luz y agua deb¨ªan aumentar tarde o temprano, pero el 81,3% advirti¨® de que las subidas deber¨ªan haberse hecho en forma gradual. Ese es el dato que m¨¢s preocupa al macrismo.