La herencia maldita II
En Am¨¦rica Latina podr¨ªamos ser v¨ªctimas de la democracia por la que hemos aspirado
Hace d¨ªas apareci¨® en la prensa escrita una fotograf¨ªa estremecedora que mostraba una muchedumbre integrada por venezolanos decididos a invadir ciudades fronterizas colombianas en busca desesperada de alimentos y medicinas. ?La pr¨®xima vez la van a reprimir a balazos? Bien lo dec¨ªa S¨¦neca: ?Qu¨¦ hace un pueblo antes de morir de hambre? El r¨¦gimen chavista, el buque insignia del populismo latinoamericano, se hunde junto con los ide¨®logos comunistas que intentaron gobernar Venezuela con recetas perversas extra¨ªdas del bote de la basura de la historia de las doctrinas econ¨®micas y que impuso a sangre y fuego el ej¨¦rcito traidor de Mico-mandante¡
?Por qu¨¦ pudo surgir un Ch¨¢vez (o un Maburro) en Iberoam¨¦rica? Cuando finalmente fue coronada con ¨¦xito la invasi¨®n espa?ola del siglo XVI, la as¨ª llamada Conquista de M¨¦xico, al clero cat¨®lico espa?ol se le encarg¨® educar a las masas ind¨ªgenas, prop¨®sito obviamente fallido desde que a la llegada al poder del emperador Iturbide en 1822 exist¨ªan 98% de analfabetos, es decir, la marginaci¨®n era total. El desastre educativo fue tan escandaloso como temerario. El clero se enriqueci¨®, s¨ª, pero no educ¨® salvo a algunos sectores, los de los poderosos, como siempre, como los criollos, en tanto la sociedad ind¨ªgena permaneci¨® hundida en el atraso y en una despiadada explotaci¨®n. ?Est¨¢ otra vez clara la herencia maldita? Si los ensotanados hubieran construido escuelas y universidades, como edificaron catedrales, iglesias, parroquias, conventos, templos y bas¨ªlicas a lo largo del virreinato, por supuesto que el analfabetismo iberoamericano no hubiera alcanzado los niveles catastr¨®ficos de nuestros d¨ªas. Baste decir que en Cholula, un pueblo diminuto en M¨¦xico, Puebla, se cuentan cientos de iglesias¡ ?Qu¨¦ hubiera sido no s¨®lo de Puebla, sino de M¨¦xico, Venezuela, Colombia o Per¨², si en lugar de haber invertido los cuantiosos recursos en oro y plata en catedrales suntuosas, hubieran surgido universidades y colegios destinados a educar a las masas??
Hoy la poblaci¨®n iberoamericana es mayoritariamente cat¨®lica y tambi¨¦n mayoritariamente ignorante. Va de la mano, salvo algunas excepciones. ?Es posible culpar al clero del desastre? No creo en las culpas absolutas, por lo que debo se?alar la incapacidad pol¨ªtica y militar de las generaciones americanas posteriores a la independencia, herederas de los conceptos espa?oles de intolerancia intelectual y pol¨ªtica, legado peninsular localizable en el ADN de todos nosotros, los herederos del Nuevo Mundo y que se resumen, entre otras razones menos humor¨ªsticas, en ¡°que te lo digo yo, chico¡¡±.?
Pudo surgir un Ch¨¢vez en Venezuela, como podr¨ªan aparecer otros como L¨®pez Obrador en Iberoam¨¦rica, porque la educaci¨®n popular ha significado un sonoro fracaso del que se podr¨ªan aprovechar l¨ªderes mesi¨¢nicos, intolerantes e ignorantes que ofrecen para¨ªsos inaccesibles o ¨ªndices de bienestar inalcanzables si se pierde de vista el producto interno de las naciones en comento. Recordemos a H L Mecken cuando sentenci¨®: ¡°Populista es aquella persona que predica ideas que sabe falsas entre personas que sabe idiotas¡±.
Ch¨¢vez sab¨ªa que predicaba ideas falsas¡ ?C¨®mo vender el litro de gasolina a 0,07 bol¨ªvares, m¨¢s barata que la propina a los despachadores, s¨®lo para volver a la realidad cuando Maduro increment¨® el precio en un m¨®dico 6.000%? ?Claro que en aquellos tiempos el aplauso popular fue interminable sin imaginar que los venezolanos se introduc¨ªan el ca?¨®n de una escopeta en el paladar¡! Costoso aprendizaje el significado de la verborrea¡
Am¨¦rica Latina con sus gigantescas masas analfabetas, desesperadas, v¨ªctimas de la hambruna, sepultadas en la miseria, carentes de elementales satisfactores exigidos por la m¨¢s dignidad humana, tiene en su poder un revolver llamado voto por el que puede elegir a un nuevo populista, es decir, a un nuevo tirano que intentar¨¢ manejar la econom¨ªa con decretos apartados de las tercas reglas impuestas por los mercados, para volver a producir un nuevo fracaso que podr¨ªa concluir en un ba?o de sangre¡ En Am¨¦rica Latina podr¨ªamos llegar a ser v¨ªctimas de la democracia por la que hemos aspirado y luchado durante dos centurias si no educamos a una sociedad marginada y resentida armada con el poder del voto.Uno de los ant¨ªdotos del populismo es el empleo productivo, no el burocr¨¢tico. Bien lo sentenci¨® Rajoy: gobernar es crear empleos. Cierto. Bravo. ?Cu¨¢ntos cre¨® Ch¨¢vez?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.