El c¨®ndor vuela bajo en Ecuador
La especie, emblema nacional del pa¨ªs, est¨¢ en peligro de extinci¨®n ya que cuenta con apenas un centenar de ejemplares
El emblema nacional de Ecuador, el c¨®ndor, que corona el escudo nacional, est¨¢ desapareciendo poco a poco. Para los pueblos nativos era el ¡°esp¨ªritu de los Andes¡±, al que confiaban el alma de los muertos y el que cuidaba la vida en las alturas. Tambi¨¦n cre¨ªan que era un ¡°ave eterna¡±, que cuando se sent¨ªa enferma o simplemente mayor volv¨ªa a su nido para renacer. Pero las cifras dicen que no es tanto as¨ª. En un censo realizado en 2015, que se hizo a partir de la observaci¨®n de sus nidos, se contabilizaron entre 94 y 102?c¨®ndores. Apenas un centenar de ejemplares viven a¨²n en el pa¨ªs que lleva su imagen por bandera.
Lo que m¨¢s amenaza a la especie es la cacer¨ªa indiscriminada. El ave divina del pasado compite con el hombre por el alimento en el p¨¢ramo andino. A veces, y a falta de carro?a, mata terneros para comer su carne, algo que enfada a los habitantes de las alturas. Adem¨¢s, ellos est¨¢n convencidos de que cuando un c¨®ndor aparece es porque alguien se va a morir, as¨ª que entonces prefieren alejar el mal ag¨¹ero con perdigones o envenen¨¢ndolo.
Seis de los 19 c¨®ndores que viven en cautiverio tienen balines alojados en su cuerpo, explica Andr¨¦s Ortega, director de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad San Francisco de Quito y miembro del Grupo Nacional de Trabajo del C¨®ndor Andino, que en 2008 reuni¨® a expertos en el estudio del ave para plantear estrategias para su conservaci¨®n. Lo primero que hicieron fue revisar los c¨®ndores que estaban en cautiverio y formar parejas reproductivas seg¨²n su perfil gen¨¦tico. Una de las caracter¨ªsticas que juega en contra de la reproducci¨®n de estos animales es la naturaleza mon¨®gama de la especie. Solo cuando uno de la pareja muere, el otro busca un sustituto.
?En qu¨¦ momento el c¨®ndor dej¨® de ser esa ave divina? ¡°Seguramente con la colonizaci¨®n. Hay documentos en los que se explica que la misi¨®n de los sacerdotes era erradicar las idolatr¨ªas e implantar al Dios cat¨®lico, para ello hab¨ªa castigos para los ind¨ªgenas que adoraban a los c¨®ndores¡±, explica Ortega. ¡°Adem¨¢s cuando mor¨ªa alg¨²n animal, el ind¨ªgena temeroso del castigo culp¨® al c¨®ndor una y otra vez¡±.
Pero esta ave andina no es depredadora, sino carro?era. Su principal funci¨®n es procesar la materia org¨¢nica en descomposici¨®n. ?Qu¨¦ pasa si deja de hacerlo? Juan Manuel Carri¨®n, director ejecutivo del Zool¨®gico de Guayllabamba, explica las consecuencias: ¡°Al alimentarse de animales muertos, cumple la funci¨®n de mantener limpio el ecosistema del p¨¢ramo en donde, por el fr¨ªo, un animal en descomposici¨®n podr¨ªa tardar largo tiempo en descomponerse y por lo tanto convertirse en un potencial foco de infecci¨®n que podr¨ªa ser pernicioso para la cadena de la vida¡±.
El escaso n¨²mero de c¨®ndores que se han visto es una se?al de alarma para Carri¨®n. ¡°Nos advierte de que algo anda mal en el ecosistema y eso, tarde o temprano, nos va a afectar a los seres humanos tambi¨¦n. Esto de preocuparnos por salvar de la extinci¨®n a una especie no es un tema rom¨¢ntico de personas extravagantes que van por all¨ª proponi¨¦ndose salvar animalitos; no, es algo estrat¨¦gico para garantizar nuestra propia supervivencia humana¡±.
En el zool¨®gico de Guayllabamba vive una de las parejas reproductoras m¨¢s exitosa ¡ªhan puesto seis huevos f¨¦rtiles que han llegado a feliz t¨¦rmino¡ª. Son Auki (macho) y Kawsay (hembra) y aunque no hay un registro fidedigno de la procedencia ni de su edad, se cree que el macho tiene 35 a?os y la hembra entre 25 y 30. Una amenaza menor para la especie y contra la que poco se puede hacer es el largo periodo reproductivo: la hembra pone un huevo cada dos a?os aproximadamente. Ortega dice que intentan probar una t¨¦cnica que funcion¨® con el c¨®ndor californiano que consiste en sacar los huevos antes de que los incuben, pues esto hac¨ªa que coloquen otro huevo 40 d¨ªas despu¨¦s. El huevo extra¨ªdo se coloca en una incubadora y es criado por robots.
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