Michelle Obama se reconcilia con Hillary Clinton
¡°Gracias a Hillary mis hijas dan por hecho que una mujer puede ser la pr¨®xima presidenta de EE UU¡±, dice la primera dama en su discurso de apoyo a su otrora adversaria, la candidata dem¨®crata
Cuando Michelle Obama extasi¨® al p¨²blico de la convenci¨®n dem¨®crata el lunes por la noche en Filadelfia, lo que hab¨ªa sobre aquel escenario no era una primera dama m¨¢s apoyando a la candidata del partido de su marido. Obama dio su apoyo a Hillary Clinton en un discurso emotivo y pasional que cristaliz¨® la paz entre dos mujeres con una relaci¨®n muy dif¨ªcil detr¨¢s. Se conocieron en 2008, cuando la hoy candidata compiti¨® con Barack por la nominaci¨®n dem¨®crata en unas primarias que resultaron muy virulentas, y a Michelle le cost¨® pasar p¨¢gina de los ataques al hoy presidente.
Descendiente de esclavos, criada en un barrio obrero de Chicago y formada en Harvard, Michelle Obama encarna el sue?o americano que el Partido Republicano da por muerto. Ayer apel¨® al car¨¢cter hist¨®rico de que una mujer salga elegida para la Casa Blanca, del mismo modo que fue crucial que un afroamericano ganara las presidenciales en 2008. ¡°Me despierto cada ma?ana en una casa que fue construida por esclavos y hoy veo a mis hijas, dos inteligentes chicas negras, jugar en su c¨¦sped¡±, as¨ª resumi¨® Michelle lo que es cambiar la historia de un pa¨ªs, y a?adi¨®: ¡°Mis hijas dan por hecho que una mujer puede ser la pr¨®xima presidenta de Estados Unidos gracias a Hillary¡±.
"Estoy con ella. Hagamos lo mismo que hace ocho a?os"
"En estas elecciones solo conf¨ªo en una persona como presidenta y esa es Hillary Clinton, estoy con ella", dijo la primera dama en un discurso que hizo al p¨²blico romper en aplausos en varias ocasiones. Michelle Obama apel¨® a unir fuerzas contra Trump. "En esta elecci¨®n no nos podemos permitir ser c¨ªnicos o estar cansados", advirti¨®. "Hagamos lo que hicimos hace ocho a?os y lo que hicimos hace cuatro", a?adi¨®. Tambi¨¦n se refiri¨® al lema trumpiano (Haz que Am¨¦rica se agrande de nuevo) y el panorama sombr¨ªo sobre el pa¨ªs que la convenci¨®n republicana dibuj¨® la semana pasada para azuzar a los estadounidenses: "No dej¨¦is que nadie os diga que este pa¨ªs no es grande", dijo, porque "este es, ahora mismo, el mejor pa¨ªs de la Tierra", y lleg¨® el ¨¦xtasis.
La recibieron en Filadelfia como a una estrella de rock. Probablemente solo Bernie Sanders logr¨® una ovaci¨®n mayor cuando puso los pies en una convenci¨®n que arranc¨® turbulenta y contestataria. Fue durante el discurso de la primera dama cuando empez¨® a sentirse un clima de unidad en aquellas gradas del Wells Fargo Center. En 2008, cuando perdi¨®, dijo Michelle, Hillary "podr¨ªa haberse ido a casa enfadada" pero se puso al servicio de su marido como Secretaria de Estado. Y en ese papel, "tuvo un mont¨®n de momentos en los que pudo haber decidido que este mundo era demasiado duro¡ que estaba harta de recibir cr¨ªticas por su aspecto, por c¨®mo habla o sus risas", pero esta, dijo, "nunca ha abandonado nada en su vida".
El apoyo de alguien tan popular es agua de mayo para Clinton, a¨²n necesitada de acercarse a esa parte del electorado dem¨®crata que la cree distante y amiga de Wall Street. Y el apoyo entusiasta de Michelle no pod¨ªa darse por hecho. En el libro First Ladies (Primeras damas), publicado en 2016, Kate Andersen Brower cuenta los desencuentros entre ambas, c¨®mo Michelle no perdon¨® las cosas que Hillary dijo sobre Barack durante las primarias y que no hubo cenas de pareja en la Casa Blanca, cuando Clinton era una invitada habitual como secretaria de Estado.
En 2007, cuando le preguntaron si apoyar¨ªa a Hillary si sal¨ªa nominada en lugar de su marido, Michelle eludi¨® pronunciarse. Algunas personas cercanas a ella, adem¨¢s, deslizaron al inicio de la campa?a que le hubiese gustado que el vicepresidente, Joe Biden, con quien mantiene una muy buena relaci¨®n, hubiese optado a la candidatura dem¨®crata.
Su discurso en la convenci¨®n de 2008, la que coron¨® a Barack Obama, ya fue muy aplaudido. Hace una semana se record¨®, ya que Melania Trump, esposa del candidato republicano, copi¨® p¨¢rrafos enteros de aquellas palabras en el c¨®nclave de Cleveland. La campa?a del magnate sali¨® al paso diciendo que Melania hab¨ªa pedido a quien redact¨® el discurso que se recogiera aquel esp¨ªritu admiraba a Michelle (pese a que los republicanos han pintado la Administraci¨®n de Obama como un legado de muerte y destrucci¨®n). Ser¨¢ otro cap¨ªtulo en el largo anecdotario de la historia americana de primeras damas.
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