Los dem¨®cratas nominan a Hillary Clinton para ser la primera mujer presidenta
La convenci¨®n del Partido en Filadelfia corona a la ex secretaria de Estado a pesar de las divisiones
El Partido Dem¨®crata coron¨® este martes a Clinton como candidata a las elecciones presidenciales de noviembre. Es la primera vez que un gran partido de Estados Unidos nomina a una mujer para el cargo de comandante en jefe. La nominaci¨®n de Clinton en la convenci¨®n de Filadelfia llega tras d¨ªas de tensi¨®n con los partidarios de su rival en las elecciones primarias, el senador Bernie Sanders. El argumento m¨¢s persuasivo para la unidad es el peligro para Estados Unidos de una victoria del republicano Donald Trump.
A las 18.39, hora local, Clinton alcanz¨® la mayor¨ªa de delegados para ser la candidata que se enfrentar¨¢ a Trump el 8 de noviembre.
La delegaci¨®n de cada Estado reparti¨® sus votos entre Clinton y Sanders, en funci¨®n de los resultados de estos Estados. Clinton ten¨ªa 2.814 delegados de un total de 4.763, seg¨²n el ¨²ltimo recuento. Sanders, 1.893. La mayor¨ªa se sit¨²a en los 2.383.
Despu¨¦s de anunciar Vermont sus votos, Sanders, que es senador por este Estado, tom¨® la palabra y pidi¨® la nominaci¨®n de Hillary Clinton como candidata por aclamaci¨®n. El pabell¨®n estall¨® en la mayor ovaci¨®n de los primeros dos d¨ªas de la convenci¨®n.
El gesto de Sanders sellaba simb¨®licamente la paz entre los jefes de las dos facciones enfrentadas del Partido Dem¨®crata. Minutos despu¨¦s, un grupo delegados y partidarios de Sanders, insatisfechos con un proceso que consideran ama?ado, abandonaron el pabell¨®n e improvisaron una protesta en la sala de prensa adjunta al recinto.
Acababa as¨ª un proceso de primarias que ha dejado grietas en el partido, como se ha comprobado en Filadelfia. Cuando el jueves, la ex secretaria de Estado y ex primera dama Clinton acepte la nominaci¨®n en un discurso ante la convenci¨®n, comenzar¨¢ oficialmente una de las campa?as m¨¢s duras en d¨¦cadas, que enfrentar¨¢ a la primera mujer con posibilidades de ser presidenta con un pol¨ªtico proclive a las expresiones mis¨®ginas y xen¨®fobas como el magnate Trump.
En una conexi¨®n en directo por v¨ªdeo en directo a la convenci¨®n, Hillary Clinton dijo: "Si hay ni?as que se hayan quedado despiertas hasta tarde para ver [la convenci¨®n], d¨¦jadme decir: Es posible que yo sea la primera mujer presidenta, pero una de vosotras ser¨¢ la pr¨®xima".
La funci¨®n de las convenciones de los grandes partidos en EE UU es dar por cerrado el periodo de primarias en los 50 Estados, que este a?o ha durado m¨¢s de cinco meses, y abrir la fase final de la campa?a electoral. Una buena convenci¨®n pone fin a las divisiones l¨®gicas de un proceso en el que compiten varios candidatos, y logra el cierre de filas ante las presidenciales de noviembre.
La semana pasada en Cleveland (Ohio), los republicanos nominaron a Trump pero salieron divididos. La prueba es que la primera rueda de prensa de Trump tras la convenci¨®n estuvo dedicada a ajustar cuentas con el senador Ted Cruz, que fue su rival en las primarias y en Cleveland se neg¨® a declararle el apoyo. En el Partido Republicano las heridas siguen abiertas.
Por contraste, la convenci¨®n del Partido Dem¨®crata en Filadelfia (Pensilvania) deb¨ªa ser una fiesta de unidad y reconciliaci¨®n. Todo se torci¨® en las horas previas. La filtraci¨®n de miles de correos electr¨®nicos del Comit¨¦ Nacional Dem¨®crata (DNC, en las siglas inglesas), el ¨®rgano rector del partido, confirm¨® las sospechas de los seguidores de Sanders: que los jefes del partido, renunciando a su deber de neutralidad, hab¨ªan favorecido a Clinton en su pugna con Sanders. Es discutible que estas maquinaciones tuvieran un efecto notable: Clinton obtuvo m¨¢s de tres millones de votos m¨¢s que Sanders.
Pero la revelaci¨®n, publicada por Wikileaks y, seg¨²n las sospechas del equipo de Clinton, filtradas por el Gobierno ruso, abrieron una crisis en el momento m¨¢s inoportuno. Precipit¨® la dimisi¨®n de la jefa de DNC, Debbie Wasserman Schultz. Toda la noche, en el pabell¨®n deportivo de los Philadelphia 76ers, se escucharon protestas aisladas del sector sanderista.
El respaldo de Sanders a Clinton fue inequ¨ªvoco: ¡°Cualquier observador objetivo concluir¨¢ que, bas¨¢ndonos en sus ideas y su liderazgo, Hillary Clinton debe ser la pr¨®xima presidenta de Estados Unidos¡±.
El ¨¦xito de la convenci¨®n se medir¨¢ en la capacidad de Clinton para llevar a las urnas a los millones de votantes de Sanders, muchos de los cuales est¨¢n decepcionados con la campa?a y la ven como una oligarca sospechosa de corrupci¨®n, una imagen extendida en EE UU.
Los sondeos no son concluyentes. Pew Research Center indica que un 90% de partidarios de Sanders se inclinar¨¢ por Clinton y no por Trump. Este porcentaje supera con creces el de los seguidores de Clinton que en 2008 estaban dispuestos a apoyar a su competidor, y vencedor en las primarias dem¨®cratas, el entonces senador Obama. Al final los clintonistas se convirtieron al obamismo.
El citado sondeo, sin embargo, es objeto de disputa. No contempla que una parte del 90% de los seguidores de Sanders que rechazan a Trump opten por otras opciones que no sean Trump ni Clinton, como el candidato libertario Gary Johnson o la verde Jill Stein.
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