Hillary Clinton despliega la estrategia para desenmascarar a Donald Trump
La candidata dem¨®crata intenta buscar la f¨®rmula para desarticular el efectivo mensaje del republicano
Hillary Clinton, candidata dem¨®crata a las elecciones presidenciales de noviembre, empieza a tomarle las medidas a su rival, el republicano Donald Trump. En el discurso en el que acept¨® la nominaci¨®n del Partido Dem¨®crata, en Filadelfia, Clinton ensay¨® los argumentos que emplear¨¢ contra el magnate neoyorquino. Le retrat¨® como un pol¨ªtico autoritario que amenaza los valores de EE UU, un empresario que abus¨® de los trabajadores y un ignorante sin el temperamento para ser comandante en jefe de la primera potencia mundial. Nadie ha dado a¨²n con la estrategia correcta para tratar a este candidato indomable e imprevisible.
La campa?a electoral para elegir al sucesor de Barack Obama en la Casa Blanca entra en una nueva fase. Ambos partidos han elegido a sus candidatos. Los dem¨®cratas, a Clinton esta semana en Filadelfia. La semana anterior, en Cleveland, los republicanos nominaron a Trump. Contra pron¨®stico, este novato de la pol¨ªtica asociado a la telerrealidad, al mundo de los casinos y los rascacielos y a las revistas del coraz¨®n, derrot¨® a su 16 rivales en las primarias del Partido Republicano. Lo logr¨® ofendiendo a excombatientes, jueces y mujeres, poniendo motes denigrantes a sus rivales y agitando los miedos de la clase trabajadora blanca golpeada por la globalizaci¨®n.
Primero, sus rivales ¡ªalgunos de ellos, pol¨ªticos muy experimentados¡ª le ignoraron. Pensaron que era un fen¨®meno pasajero. Despu¨¦s se dejaron intimidar. Se absten¨ªan de atacarle para evitar ser v¨ªctimas de sus mofas. Finalmente algunos decidieron responderle. En vano. El ascenso de Trump era imparable.
En los debates que deben enfrentarlos, y durante toda la campa?a, Clinton debe encontrar la f¨®rmula para contrarrestar la ret¨®rica de Trump. En Filadelfia dio algunas pistas.
¡°S¨®lo yo puedo arreglarlo¡±, dijo la semana pasada Trump en la convenci¨®n de Cleveland. Alud¨ªa al caos y la violencia que supuestamente reinan en EE UU. ¡°Los americanos no dicen: ¡®S¨®lo yo puedo arreglarlo¡¯", replic¨® Clinton. "Decimos: ¡®Lo arreglaremos juntos¡¯. Recordad: nuestros fundadores lucharon en la revoluci¨®n y escribieron una Constituci¨®n para que Am¨¦rica nunca fuese una naci¨®n donde una persona tuviese todo el poder¡±.
En Filadelfia, Clinton cont¨® con la ayuda del general de los marines John Allen, que aval¨® su capacidad como comandante en jefe en contraste con las propuestas de Trump, que amenaza con incumplir con la obligaci¨®n de defender a los socios de la OTAN y defiende la tortura. El discurso m¨¢s efectivo fue el de Khizr Khan, un inmigrante musulm¨¢n cuyo hijo, militar de EE UU, cay¨® en Irak. Trump quiere vetar la entrada al pa¨ªs de musulmanes. ¡°?Usted ha le¨ªdo la Constituci¨®n?¡±, pregunt¨® Khan a Trump. ¡°Con gusto le prestar¨¦ mi copia¡±.
Trump basa su atractivo en sus supuestos ¨¦xitos empresariales. Clinton record¨® que con sus casinos y hoteles en Atlantic City (Nueva Jersey) arruin¨® a proveedores y peque?os negocios porque se neg¨® a pagarles. Se?al¨® que, pese a su ret¨®rica patriotera en favor del made in USA, fabrica sus productos en China, M¨¦xico, India y Turqu¨ªa.
¡°Ahora Donald Trump dice, y es una cita: ¡®Yo s¨¦ m¨¢s del ISIS que los generales¡¡¯¡±, dijo Clinton. Y a?adi¨®: ¡°No, Donald, no sabes¡±.
¡°?Tiene el temperamento para ser comandante en jefe?¡±, se pregunt¨®. ¡°Pierde los papeles a la m¨ªnima provocaci¨®n¡ Imaginadlo en el Despacho Oval enfrent¨¢ndose a una crisis de verdad¡±. Citando unas palabras de John F. Kennedy tras la crisis de los misiles de 1962, record¨® que lo que preocupaba a Kennedy en aquel momento era que provocasen una guerra ¡°no unos grandes hombres con autocontrol y cautela, sino unos hombres peque?os, a los que mueve el miedo y la vanidad¡±.
Con sus mensajes irrespetuosos y sus promesas de construir muros y vetar la entrada a fieles de una religi¨®n, Trump es alguien que ignora la esencia de EE UU, seg¨²n Clinton. ¡°Todo se resume en lo que Donald Trump no entiende: que Am¨¦rica es grande porque Am¨¦rica es buena¡±.
¡°?USA, USA!¡±, coreaban los delegados dem¨®cratas al final de la convenci¨®n: la respuesta patri¨®tica al gamberrismo pol¨ªtico de Donald Trump.
Los dem¨®cratas cierran filas con una s¨ªntesis de progresismo y patriotismo
La convenci¨®n dem¨®crata arranc¨® el lunes entre divisiones entre los seguidores del senador socialista Bernie Sanders, rival de Hillary Clinton en las primarias, y la mayor¨ªa favorable a Clinton. Termina con una exhibici¨®n de unidad en torno a la candidata, y una s¨ªntesis ideol¨®gica que retoma viejas tradiciones del Partido Dem¨®crata. En pol¨ªtica exterior Clinton ocupa el espacio central que ha dejado vac¨ªo el Partido Republicano de Donald Trump, con una mezcla de intervencionismo multilateral y excepcionalismo americano. Combina esta doctrina con pol¨ªticas econ¨®micas progresistas. En Filadelfia Clinton reivindic¨® al Partido Dem¨®crata como el partido de la clase obrera, ahora cortejada por Trump. "Creo que nuestra econom¨ªa no est¨¢ funcionando como deber¨ªa porque nuestra democracia no est¨¢ funcionando como deber¨ªa", dijo. Ret¨®rica sanderista para el partido clintoniano.
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