Medea regresa al mar Negro
fotos de Otto Lakoba
Medea volvi¨® a las costas del mar Negro donde, seg¨²n la mitolog¨ªa griega, estuvo situado el reino de la C¨®lquida. S¨ªmbolo del retorno de la tr¨¢gica figura a la tierra del vellocino de oro fue la representaci¨®n de la ¨®pera ¡°Medea¡±, de Luigi Cherubini, el mi¨¦rcoles 3 de agosto en Sujum, una ciudad portuaria de 2500 a?os de historia, que tiene sus or¨ªgenes en una colonia griega (Dioscurias).
Protagonistas del ¡°retorno¡± fueron la soprano Jibla Gerzmava y la compa?¨ªa del teatro musical Stanislavski y Nemirov-Danchenko de Mosc¨², dirigida por Alexandr Titel. Gerzmava, que ha actuado en los mejores escenarios del mundo, y Titel son figuras reconocidas internacionalmente. Jibla, adem¨¢s, naci¨® en Abjazia en 1970 y aqu¨ª se inici¨® en la m¨²sica. Durante quince a?os seguidos, la soprano ha organizado un festival musical exquisito (¡°Jibla Gerzmava invita¡¡±) que con un repertorio cl¨¢sico, de jazz y blues contribuye a romper el aislamiento pol¨ªtico de Abjazia. Desgajado de Georgia durante la desintegraci¨®n de la URSS, este territorio bello y exuberante entre el C¨¢ucaso y el mar fue escenario de una sangrienta guerra (1992-93), cuyas secuelas son a¨²n visibles en los edificios e infraestructuras destruidas. En 2008, Abjazia se autoproclam¨® independiente y fue reconocida como Estado por la vecina Rusia, que garantiza su seguridad econ¨®mica y militar. Formalmente, la mayor¨ªa de pa¨ªses de la ONU siguen considerando a Abjazia como parte de Georgia.
El festival ¡°Jibla Gerzmava invita¡¡± es una joya para mel¨®manos bien informados y su recaudaci¨®n se dedica a fines ben¨¦ficos. Este a?o, el evento tuvo un giro inesperado que confirm¨® los hechizos y los poderes atribuidos a la hero¨ªna de Eur¨ªpides.
En Sujum quedan todav¨ªa restos de una antigua fortaleza donde, se superponen los legado de distintas civilizaciones llegadas a este litoral, desde los romanos que iniciaron la construcci¨®n hasta los otomanos y los rusos, pasando por los bizantinos y los genoveses. En los a?os cincuenta del siglo pasado, las autoridades sovi¨¦ticas demolieron parte de las murallas de la fortaleza para construir un paseo mar¨ªtimo y, a fines de la d¨¦cada de los ochenta comenzaron las excavaciones en el interior de la destruida fortificaci¨®n. La guerra de 1992-1993 entre abjazos y georgianos trunc¨® aquella tarea. Durante m¨¢s de dos d¨¦cadas la zona a explorar se llen¨® de escombros urbanos. Hasta que la pasada primavera surgi¨® la idea de continuar el trabajo interrumpido y trasladar la cita anual con Gerzmava al recinto de la fortificaci¨®n, seg¨²n cuenta Batal Kobajia, viceministro de Cultura de Abjazia. Con ello, Abjazia afirmaba la voluntad de recuperar el patrimonio arquitect¨®nico y cultural descuidado durante la ¨¦poca en que la prioridad fue la supervivencia. La cantante acept¨® el desaf¨ªo y trajo a Sujum la ¨®pera Medea, que se estren¨® en Mosc¨² en 2015 y que fue premiada en el festival la M¨¢scara de Oro. Varios meses de intenso trabajo dejaron al descubierto el contorno de viejas ruinas, desde una l¨¢pida del siglo IV dedicada a un legionario romano convertido al cristianismo al per¨ªmetro de una bas¨ªlica de planta octogonal, unas termas romanas y tambi¨¦n los cuarteles de las tropas del imperio ruso que conquistaron el C¨¢ucaso en el siglo XIX. Sobre este suelo saturado de historia fueron armados un escenario y unas gradas desmontables con un aforo para m¨¢s de mil personas, todo ello, al aire libre. Tras un minuto de silencio por el gran escritor de Abjazia, Fazil Iskander, fallecido el pasado 31 de julio a los 87 a?os, comenz¨® la representaci¨®n, para la que cerca de trescientas personas (entre m¨²sicos, cantantes y t¨¦cnicos) se desplazaron desde Mosc¨² a Sujum. En el horizonte, detr¨¢s del escenario, pod¨ªan verse los m¨¢stiles iluminados de los buques que surcaban el mar Negro. Jas¨®n y los argonautas, con botas hasta la rodilla, pantalones abombados y camisa de lino, sujeta a la cintura, evocaban a Stalin y sus camaradas del C¨¢ucaso durante los a?os treinta. Gerzmava, de negro riguroso, intentaba en vano ejercer sus hechizos sobre Jas¨®n.
Conclu¨ªa el primer acto y la soprano invocaba a los dioses para que castigaran a Jas¨®n, cuando comenzaron a caer las primeras gotas. El calor sofocante se disolvi¨® en un aguacero primero, y en una espectacular tormenta despu¨¦s. Los espectadores hu¨ªan despavoridos: las damas de traje largo hundiendo sus tacones afilados en el fango y los caballeros convertidos en esponjas a partir de las hombreras de sus americanas. Los ¡°Mercedes¡± y coches de lujo de los espectadores representativos o adinerados se desplazaban como lanchas sobre los charcos. La Naturaleza desencadenada parec¨ªa haber vencido sobre la cultura y la voluntad. Parec¨ªa. De amigo a amigo, se trasmiti¨® el mensaje a quienes no se hab¨ªan rendido ya: El espect¨¢culo continuaba en otro lugar: el Teatro Nacional de Abjazia, un local (cerrado) a la orilla del mar Negro. Las puertas del teatro se abrieron, mientras la tormenta volv¨ªa a arreciar. En el techo del teatro, restaurado en 2013, aparecieron goteras y hubo que colocar cubos en el escenario para recoger el agua que lleg¨® a caer a chorro. Hubo problemas para trasladar bajo la lluvia los instrumentos de la orquesta, especialmente las piezas delicadas como el violonchelo. Para todos los que se hab¨ªan reunido en el teatro, entre los que se encontraba Ra¨²l J¨¢dzhimba, el presidente de Abjazia, estaba claro que la ¨®pera deb¨ªa seguir.
Pasaban de la una de la madrugada del jueves cuando dio comienzo el segundo acto y eran casi las tres cuando concluy¨® el tercero. Tras los aplausos ensordecedores, las flores, los ¡°bravos¡± y la sensaci¨®n de victoria, salimos a la calle, donde, en lugar de charcos, hab¨ªa verdaderos r¨ªos, torrentes desbocados que arrastraban ramas y troncos arrancados de los ¨¢rboles por el hurac¨¢n. Por la ma?ana, Sujum era intransitable y en el centro de la ciudad el agua alcanzaba la altura de la rodilla. La electricidad funcionaba de forma intermitente y la alcald¨ªa declar¨® estado de cat¨¢strofe natural, interrumpi¨® el transporte p¨²blico y recomend¨® a los particulares abstenerse de circular. La maldici¨®n de Medea hab¨ªa hecho efecto y los abjazos empapados de historia lo interpretaban como una clara se?al de que la hero¨ªna de la tragedia griega hab¨ªa sido abjaza, es decir hab¨ªa pertenecido a una de las tribus que, junto con otras, formaron el conglomerado humano del reino de la C¨®lquida.
fotos Otto Lakoba
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