El puente que no pueden cruzar los haitianos
Emigrantes de Hait¨ª insisten en pasar de Ecuador a Colombia en su ruta a EE UU
Son haitianos, pero hablan portugu¨¦s. Estuvieron en Brasil, donde les dieron refugio tras el terremoto de 2010, pero el sue?o brasile?o se acab¨® para ellos. ¡°Son bon brasile?os, pero all¨¢ crisis pol¨ªtica, todo mal¡±, dice Patrick que como todos sus compa?eros de viaje tiene su vida reducida a una mochila. Hace unas semanas empezaron a deshacer el camino hecho, pero en lugar de volver a Hait¨ª quieren alcanzar los Estados Unidos cruzando Centroam¨¦rica. Han entrado a Ecuador desde Per¨² y de momento est¨¢n varados en el puente Rumichaca, la frontera entre Ecuador y Colombia. "No dejan pasar, no s¨¦ por qu¨¦", dice Magali, una joven haitiana que pas¨® tres a?os en S?o Paulo, pero decidi¨® marcharse por la falta de trabajo. ¡°No queremos quedar en Colombia, queremos ir adelante¡±, insiste.
La pasada semana m¨¢s de 200 haitianos llegaron hasta este punto y se encontraron con un cerrojo en la frontera. El grueso del grupo fue retenido en las dependencias de migraci¨®n colombianas y les dieron la orden de dejar el pa¨ªs en 48 horas, y luego les llevaron a Pasto para que tramiten un salvoconducto. Ahora la polic¨ªa colombiana se ha apostado en la mitad del puente Rumichaca para evitar que pongan un pie en Colombia, y tiene la orden de revisar la documentaci¨®n a todos los que intentan cruzar. Los haitianos en el mejor de los casos solo portan su permiso de trabajo brasile?o y llegados a este punto est¨¢n en un limbo porque no pueden entrar a Colombia y tampoco volver a Ecuador porque su salida de alguna manera ya se registr¨®. Permanecen entonces en los callejones peatonales del puente, sin poder ocupar ni siquiera un ba?o, aguantando el fr¨ªo de la zona que durante el d¨ªa ronda los 10 grados y en la noche baja hasta los tres grados. Estos sumar¨¢n una veintena.
Hay otro grupo de unos 50 haitianos que tambi¨¦n se aferra al puente, pero que oficialmente a¨²n no ha salido de Ecuador. Estos tienen un poco m¨¢s de libertad y algunos de ellos, sobre todo, los que tienen ni?os, vuelven a dormir en Tulc¨¢n, la ¨²ltima ciudad del lado ecuatoriano, donde por 10 d¨®lares pueden refugiarse en un hotel. Pero su estancia en esos hoteles tambi¨¦n es una aventura. Hace solo 10 d¨ªas, la Polic¨ªa ecuatoriana detuvo a 25 ciudadanos haitianos en los hoteles de Tulc¨¢n, 21 de ellos fueron trasladados a Quito y luego deportados hasta Huaquillas (Per¨²), el punto por donde entraron al pa¨ªs.
Las autoridades de migraci¨®n de Colombia y Ecuador se niegan a pronunciarse sobre el flujo creciente de haitianos y de cubanos que atraviesan sus pa¨ªses en su camino hacia Estados Unidos. Ecuador tiene una pol¨ªtica de excepci¨®n de visados vigente desde 2008, pero el a?o pasado la canciller¨ªa ya puso coto a la migraci¨®n de los isle?os: a los cubanos se les impuso un visado de turismo y a los haitianos se les pidi¨® registrarse en el sistema virtual de registro tur¨ªstico y esperar una autorizaci¨®n para viajar al pa¨ªs.
Los polic¨ªas que vigilan el puente de Rumichaca aseguran que cumplen ¨®rdenes de arriba y se muestran impasibles detr¨¢s de las vallas de seguridad instaladas en los corredores peatonales del puente. El control a los veh¨ªculos tambi¨¦n se ha reforzado. Ahora hay un solo carril por donde pasan los veh¨ªculos y todos son revisados, incluso los taxis ecuatorianos que habitualmente llevan a la gente desde Tulc¨¢n hasta el lado colombiano del puente. Las cooperativas de taxi hace un mes emitieron una circular interna con la disposici¨®n de no prestar servicio a haitianos ni cubanos para evitar problemas.
Pero nada parece detener a los haitianos, que solo buscan avanzar. Jean Onius Thilus, padre de cuatro ni?as, que dej¨® Porto Alegre (Brasil) porque solo ganaba unos 300 d¨®lares y no era suficiente, intenta pasar a Colombia desde hace una semana, y todos los d¨ªas espera a ver si la frontera se abre. La madrugada despu¨¦s de entrevistarlo para este reportaje dec¨ªa por Whatsapp:
¡ª Estamos en el hotel ahora. No dejar pasar nosotros.
¡ª ?Y qu¨¦ van a hacer ma?ana?
¡ª Vamos a tentar de nuevo.
¡ª Solamente Dios que puede hablar por nos.
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