Trump quiere examinar a los inmigrantes sobre los valores de EE UU
El candidato republicano a la Casa Blanca buscar¨¢ nuevas alianzas para combatir al ISIS
En otro intento de recentrar su campa?a, el republicano Donald Trump present¨® este lunes sus planes para derrotar al Estado Isl¨¢mico (ISIS, en su siglas en ingl¨¦s). Trump anunci¨® que someter¨¢ a quienes quieran entrar a EE UU a un examen ideol¨®gico, un "escrutinio extremo" que descartar¨¢ a quienes no compartan los valores de este pa¨ªs. Adem¨¢s, se declar¨® abierto a nuevas alianzas para combatir al grupo yihadista y abog¨® por abandonar la pol¨ªtica intervencionista de exportar la democracia. El magnate ha atribuido a su rival dem¨®crata, Hillary Clinton, y al presidente, Barack Obama, la fundaci¨®n del ISIS.
Un pilar de la estrategia de Trump contra el ISIS es el veto a la entrada de musulmanes a EE UU. La propuesta, formulada en diciembre, pretend¨ªa evitar la infiltraci¨®n de terroristas de esta religi¨®n. Desde entonces la ha enmendado parcialmente. La l¨ªnea oficial ahora es que suspender¨¢ la inmigraci¨®n de regiones asociadas al terrorismo. El plan prev¨¦ imponer un test sobre leyes y valores de EE UU para quienes aspiren a entrar en el pa¨ªs. No qued¨® claro si este "escrutinio extremo" se aplicar¨ªa a todos los inmigrantes y visitantes, vengan de donde vengan.
"Una Administraci¨®n Trump establecer¨¢ un principio claro que guiar¨¢ todas las decisiones respecto a la inmigraci¨®n: s¨®lo deber¨ªamos admitir en este pa¨ªs a quienes compartan nuestros valores y respeten a nuestra gente", dijo. "Quienes no crean en nuestra Constituci¨®n, o quien apoye la intolerancia y el odio, no ser¨¢n admitidos para inmigrar a este pa¨ªs".
"Hillary Clinton", dijo en otro momento, "quiere ser la Angela Merkel de Am¨¦rica, y sab¨¦is el desastre masivo que la inmigraci¨®n ha sido para Alemania y para el pueblo de Alemania".
Los discursos de Trump pueden encajarse en dos categor¨ªas. La mayor¨ªa, sin guion, resulta un espect¨¢culo de improvisaciones, ofensas y bufonadas; los otros, una minor¨ªa, son discursos redactados previamente que el candidato lee en la pantalla del telemprompter. Suelen ser textos menos estridentes y m¨¢s previsibles. Hace una semana, Trump expuso con este formato sus propuestas econ¨®micas en Detroit.
Biden acusa a Trump de poner en peligro la seguridad de EE UU
¡°Ning¨²n candidato de un gran partido, en la historia americana, ha tenido tan pocos conocimientos, o ha estado menos preparado que el republicano Donald Trump para ocuparse de nuestra seguridad nacional¡±, dijo el lunes el vicepresidente Joe Biden en un mitin en su ciudad natal, Scranton (Pensilvania).
El dem¨®crata Biden apareci¨® en campa?a, por primera vez, junto a la candidata de su partido, Hillary Clinton, que tambi¨¦n tiene ra¨ªces familiares en la ciudad minera de Scranton.
Biden, en un tono inusualmente duro, acus¨® a Trump de poner en peligro la seguridad nacional de EE UU algunos comentarios suyos. Se refer¨ªa a la acusaci¨®n de que el presidente Obama hab¨ªa fundado el Estado Isl¨¢mico (despu¨¦s el republicano aleg¨® que la acusaci¨®n era un sarcasmo).
¡°Trump ya est¨¢ haciendo el pa¨ªs menos seguro¡±, dijo.
El discurso de pol¨ªtica exterior, que tambi¨¦n pertenece a este formato, lo pronunci¨® en Youngstown, una ciudad golpeada por la desindustrializaci¨®n, en el Este de Ohio, uno de los Estados que Trump necesita ganar el 8 de noviembre si quiere derrotar a Clinton.
Trump revisti¨® el discurso de una ret¨®rica de la Guerra Fr¨ªa que gusta al establishment republicano. En este esquema, el islamismo radical ha sustituido al comunismo como enemigo de Estados Unidos. Pero los gui?os a un partido cada vez m¨¢s inquieto con su aspirante conviven con propuestas que rompen con la tradici¨®n de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Trump reniega del nation-building, la idea aplicada por la ¨²ltima Administraci¨®n republicana de George W. Bush en Irak o la dem¨®crata de Bill Clinton en los Balcanes, de que EE UU puede usar su fuerza militar y diplom¨¢tica para construir Estados de derecho donde antes hubo dictaduras y guerra. En esto coincide con Obama, que en las pasadas campa?as argument¨® que EE UU debe hacer nation-building en casa ¡ªreconstruir el pa¨ªs tras la crisis econ¨®mica¡ª y no en tierras lejanas. El republicano quiere adherirse a otras tradiciones de la derecha, como la de la realpolitik, identificada con figuras como Henry Kissinger. O la del aislacionismo y el ¡°Am¨¦rica primero¡±, que hoy es el eslogan de Trump y en 1941 lo fue de los filonazis y antisemitas estadounidenses que no quer¨ªan intervenir en la Segunda Guerra Mundial.
Otro aspecto que distancia a Trump de su partido es la disposici¨®n a construir nuevas alianzas fuera de las alianzas formales de EE UU. El republicano ha amagado en las ¨²ltimas semanas con incumplir la obligaci¨®n de proteger a los aliados de la OTAN y exhibe su afinidad con el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin.
"Pienso que podemos encontrar un terreno com¨²n con Rusia para luchar contra el ISIS", dijo. Obama propuso hace un a?o un esfuerzo similar a Putin, pero discrepan sobre el papel del l¨ªder sirio Bachar el Asad, protegido de Rusia. "Cualquier pa¨ªs que comparta este objetivo [derrotar al ISIS] ser¨¢ nuestro aliado. No siempre podemos elegir a nuestros amigos, pero no podemos fallar a la hora de reconocer nuestros enemigos".
Nervios en la campa?a republicana
Los nervios se apoderan de la campa?a de Donald Trump. A los sondeos que pronostican una victoria n¨ªtida de la candidata dem¨®crata Hillary Clinton en noviembre, se suman las revelaciones sobre el descontrol en su equipo, y nuevas informaciones sobre los v¨ªnculos de sus colaboradores con la Rusia de Vlad¨ªmir Putin. Trump acusa a la prensa de escribir falsedades sobre ¨¦l.
¡°No s¨®lo estoy luchando contra la Tramposa Hillary¡±, escribi¨® Trump en la red social Twitter, uno de sus medios de expresi¨®n predilectos. ¡°Estoy luchando contra unos medios deshonestos y corruptos¡¡±
Trump ve¨ªa a los medios como aliados cuando, durante las elecciones primarias a principios de a?o, le ofrec¨ªan una plataforma ¨²nica: horas y horas gratuitas de televisi¨®n que le dieron una ventaja valiosa sobre sus rivales. Ahora cree que se la han vuelto en contra.
Paul Manafort, el veterano lobbista que ejerce de jefe de campa?a de Trump, est¨¢ bajo sospecha por los pagos que recibi¨® como asesor de V¨ªktor Yanuk¨®vich, el presidente prorruso de Ucrania que se refugi¨® en Rusia despu¨¦s de la revuelta de 2014. Manafort, que ha trabajado para dictadores como el filipino Ferdinand Marcos o el congole?o Mobutu Sese Seko, figura en un libro de contabilidad como receptor un pago de 12,7 millones de d¨®lares en efectivo del partido prorruso de Yanuk¨®vich, seg¨²n ¡®The New York Times¡¯. El ¡®Times¡¯ cita una investigaci¨®n de la Oficina Nacional Anti-Corrupci¨®n de Ucrania sobre los pagos ilegales del partido.
Pero al magnate neoyorquino le ha irritado especialmente otro art¨ªculo publicado este fin de semana en el mismo ¡®Times¡¯ sobre los problemas internos de su equipo de campa?a. El art¨ªculo retrata a Trump como un pol¨ªtico que no entiende qu¨¦ significa, desde el punto de vista log¨ªstico y estrat¨¦gico, organizar una campa?a para las elecciones presidenciales. Un candidato que desoye a quienes le aconsejen que centre el mensaje y se atenga al gui¨®n. Un hombre absorbido en sus propias obsesiones y malhumorado, ¡°exhausto, frustrado y todav¨ªa desconcertado por la letra peque?a del proceso pol¨ªtico y por qu¨¦ su actitud incendiaria parece titubear¡±.
En un editorial, el conservador The Wall Street Journal' aporta detalles. "El se?or Trump prefiere mirar programas de la televisi¨®n por cable que leer un papel de briefing", escribe, en alusi¨®n a los documentos t¨¦cnicos sobre asuntos pol¨ªticos que suelen usar las campa?as. El Journal lanza un ultim¨¢tum a Trump: o endereza su campa?a, o deber¨ªa abandonar la candidatura.
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