Largas colas en el centro de Buenos Aires para recibir manzanas gratis
Productores frut¨ªcolas regalan dos frutas por persona para denunciar la crisis del sector
En una fila interminable, enroscada sobre s¨ª misma varias veces, miles de personas aguardaron hoy durante largos minutos en el centro de Buenos Aires para recibir dos piezas de fruta. La serpiente humana avanzaba con lentitud hacia las cajas de frutas y manzanas regaladas por los productores de la provincia de R¨ªo Negro (sur) en protesta por la crisis que atraviesa el sector en los ¨²ltimos a?os. Incluso cuando las toneladas de fruta se terminaron, muchos se negaban a irse de all¨ª con las manos vac¨ªas, confiados en que llegar¨ªan m¨¢s camiones. Lo que pretend¨ªa ser una protesta simb¨®lica, con la entrega de una pera y una manzana a todo el que se acercase, se convirti¨® en el reflejo de la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica que atraviesan numerosas familias en el pa¨ªs.
"A ellos les pagan muy poco y a nosotros nos cobran demasiado", dice Mar¨ªa desde la cola. Sostiene a su beb¨¦ en brazos, mientras muestra uno de los folletos repartidos por los productores frut¨ªcolas, que critican el aumento del 851% entre lo que recibe el productor y el precio final que paga el consumidor. "Aument¨® todo, no se puede comprar ni en el Mercado Central", agrega esta ama de casa, en referencia al mercado mayorista situado en la periferia sur de Buenos Aires, mucho m¨¢s barato que los comercios del centro.
Un poco m¨¢s atr¨¢s, Elisabeth explica que vio el reparto de fruta en la tele y sali¨® corriendo hacia plaza de Mayo, con su cu?ada y su sobrino. Tardaron una hora en llegar en colectivo desde Quilmes, unos 20 kil¨®metros al sur de Buenos Aires, pero no llegaron a tiempo: la mercanc¨ªa se agot¨® en dos horas. "Ma?ana vendremos antes. Es una verg¨¹enza lo que cobran en el supermercado, 30 pesos (2 d¨®lares). No se puede comprar m¨¢s, no alcanza la plata para nada", se lamenta.?
Las quejas se repiten del otro lado. En los ¨²ltimos a?os del kirchnerismo, los productores de R¨ªo Negro arrojaron toneladas de fruta en la carretera como se?al de protesta. Esta vez han optado por viajar los 1.200 kil¨®metros que separan esta regi¨®n patag¨®nica de la capital del pa¨ªs y hacer visible su malestar frente a la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino. Entre hoy y ma?ana se prev¨¦ que repartan gratuitamente unos 10.000 kilogramos de peras y manzanas, con el apoyo de la Confederaci¨®n Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Los manifestantes afirman que el costo de producci¨®n por kilo de fruta destinado a la exportaci¨®n ronda los 4,5 pesos (0,30 c¨¦ntimos de d¨®lar) y reciben un m¨¢ximo de 3 pesos (0,20 c¨¦ntimos de d¨®lar) por parte de las comercializadoras. La crisis no es nueva, pero se agrav¨® hace unos cinco a?os, cuando el peso comenz¨® a sufrir un atraso cambiario respecto al d¨®lar bajo la presidencia de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner y los trabajadores agr¨ªcolas argentinos perdieron competitividad frente a otros mercados. Cerca del 80% de la producci¨®n de peras y manzanas rionegrina se exporta y solo un 20% se destina al consumo interno, detalla Rub¨¦n Mignani, secretario de la Federaci¨®n de Productores de Fruta de R¨ªo Negro y Neuqu¨¦n.
A¨²n as¨ª, lo que llega se paga a un precio elevado. "Es muy injusto. El consumidor est¨¢ pagando muy caro un producto por el que nosotros recibimos muy poco, que no llega al costo de producci¨®n. Es una larga cadena que enriquece a mucha gente, excepto al productor", critica. Hoy entregaron un escrito al presidente argentino, Mauricio Macri, para exigir una ley de transparencia en la cadena de comercializaci¨®n y medidas que favorezcan la revitalizaci¨®n del sector.
"No vemos un cambio"
Como el resto del campo, muchos de los manifestantes presentes en Plaza de Mayo vieron con buenos ojos el cambio de Gobierno y aplauden dos de sus medidas iniciales, la eliminaci¨®n de los impuestos a las exportaciones -que eran del 5% para las frutas- y la devaluaci¨®n del peso. A¨²n as¨ª, denuncian que la inflaci¨®n -superior al 40% interanual- ha echado por tierra los beneficios que esperaban obtener.
"No vemos un cambio, todo sigue igual", asegura Osvaldo Tornelli. "Los exportadores ganan m¨¢s, pero nosotros no", contin¨²a. Tornelli dej¨® la escuela a los 8 a?os, cuando comenz¨® a trabajar en el campo con su padre. Ahora, con 63, gana unos 8.000 pesos al mes (unos 530 d¨®lares), asegura que el negocio "va cada vez peor" y duda que sus hijos mantengan las tierras.??
De los m¨¢s de 8.000 productores frut¨ªcolas registrados en esa regi¨®n patag¨®nica hace 10 a?os ahora quedan poco m¨¢s de 2.000, seg¨²n Jos¨¦ Alberto Garc¨ªa, presidente de la C¨¢mara de Productores de General Roca. Garc¨ªa se dio cuenta del creciente inter¨¦s mundial por la agricultura ecol¨®gica y desde hace diez a?os cultiva frutales sin agroqu¨ªmicos, que van a parar mayoritariamente a las mesas europeas. Aunque el precio que recibe es mayor al de sus colegas, unos 4 pesos (0,26 c¨¦ntimos de d¨®lar) asegura que en su caso tambi¨¦n est¨¢ por debajo del costo de producci¨®n. "La media de edad de los que nos dedicamos a esto es de 60 a?os", informa Garc¨ªa.
En Argentina, uno de los grandes pa¨ªses productores de alimentos del mundo, los consumidores deben pagar por ellos un precio muy elevado, entre los m¨¢s altos del continente. Sin embargo, tampoco el primer eslab¨®n de la cadena se ve beneficiado. Los que ganan son todos los intermediarios.
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