Mauricio Macri recurrir¨¢ la prisi¨®n domiciliaria de un represor ante la presi¨®n social
El Gobierno intenta disipar las dudas de un cambio en la pol¨ªtica de derechos humanos. Echecolatz, uno de los m¨¢s crueles genocidas, hab¨ªa logrado el beneficio de ir a su casa a los 87 a?os
El Gobierno de Mauricio Macri ha sufrido un fuerte desgaste en las ¨²ltimas semanas por las dudas sobre su pol¨ªtica de memoria y derechos humanos, un asunto muy sensible en el que Argentina ha sido en los ¨²ltimos a?os un modelo mundial. En medio de fuertes cr¨ªticas por unas declaraciones de Macri en las que dec¨ªa que no ten¨ªa "ni idea" de si hab¨ªan sido 9.000 o 30.000 los desaparecidos, un juez decret¨® la prisi¨®n domicialiaria -cumplir el resto de la condena en su casa- para Miguel Echecolatz, uno de los m¨¢s crueles genocidas argentinos, condenado a cuatro cadenas perpetuas por delitos de lesa humanidad y genocidio durante la ¨²ltima dictadura (1976-1983) y sospechoso de ordenar la muerte del ¨²nico desaparecido durante la democracia, Julio L¨®pez, cuyo rastro se perdi¨® despu¨¦s de declarar en un juicio contra el genocida.
En ese ambiente de gran tensi¨®n, el Gobierno niega que haya habido ning¨²n cambio de pol¨ªtica y ahora ha decidido dar un paso para desmentir esas cr¨ªticas: seg¨²n explica Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos de Macri, en conversaci¨®n con EL PA?S, el Ejecutivo no apelar¨¢ la decisi¨®n del juez, porque cree que jur¨ªdicamente no es correcto hacerlo al no ser parte en la fase en la que se decide la prisi¨®n domiciliaria, pero s¨ª presentar¨¢ hoy o ma?ana un recurso dentro de la causa contra Echecolatz en la que explicar¨¢ que entiende que las pericias presentadas no avalan la concesi¨®n de la prisi¨®n domiciliaria y reclama al juez que la revise. "No podemos apelar porque entendemos que el C¨®digo Penal no nos lo permite, el Gobierno anterior lo hac¨ªa en algunos casos pero sin valor jur¨ªdico, m¨¢s bien como una cuesti¨®n simb¨®lica o de presi¨®n pol¨ªtica. Nosotros vamos a hacer lo que creemos que jur¨ªdicamente es lo correcto", explica Avruj. El diario La Naci¨®n hab¨ªa adelantado que estaban estudiando alg¨²n tipo de f¨®rmula y el dirigente explica a EL PA?S la decisi¨®n que finalmente han tomado, que no es la apelaci¨®n que les reclamaban pero podr¨ªa tener un efecto de presi¨®n sobre el juez.
Avruj, cuyas oficinas est¨¢n en la ESMA, que fue el principal centro represor de la dictadura, en un barrio residencial de Buenos Aires, insiste una y otra vez en que la pol¨ªtica no ha cambiado. "Hay un dato claro: con el anterior Gobierno hab¨ªa 441 presos en prisi¨®n domiciliaria. Ahora hay 462. En los ocho meses de gesti¨®n que llevamos han aumentado solo en 21, no se puede hablar de ning¨²n cambio de tendencia. Nosotros respetamos las decisiones de los jueces".
El caso Echecolatz ha removido profundamente el ambiente pol¨ªtico en Argentina, un pa¨ªs en el que la dictadura y los juicios de lesa humanidad son un asunto clave que moviliza incluso a los m¨¢s j¨®venes, que no vivieron los a?os duros pero mantienen firme la voluntad de que los represores cumplan hasta el final sus condenas. Algunos se?alan que Macri y su equipo no han hecho un cambio radical, pero hay un nuevo ambiente que los jueces, muy sensibles al humor pol¨ªtico, detectan enseguida. Una prisi¨®n domiciliaria como la de Echecolatz, decidida por un juez aunque de momento a¨²n no cumplida, habr¨ªa sido imposible con el anterior Gobierno, se?alan en la oposici¨®n. La presi¨®n ha surtido efecto y ahora parece que ser¨¢ dif¨ªcil que Echecolatz pueda volver de la prisi¨®n a su casa.
"Hay cambios. Siguen los juicios, la Corte Suprema ha dicho que es una pol¨ªtica de Estado, pero hay expresiones del presidente tratando de minimizar y eso genera incertidumbre", se?ala a EL PA?S Adolfo P¨¦rez Esquivel, premio Nobel de la Paz en 1980 por su lucha contra la dictadura. "Es preocupante que les den arresto domiciliario a los represores. Deben ser tratados con humanidad pero Echecolatz se burl¨® del tribunal. Es una aberraci¨®n que vaya a su casa. Nunca se arrepinti¨® de nada, para Argentina es como el nazi Adolf Eichmann [secuestrado en Argentina y juzgado en Israel], ¨¦l dice que la misi¨®n de un soldado es obedecer. Ya sabemos lo que es la prisi¨®n domiciliaria, es como la libertad vigilada, luego se lo encuentran los vecinos en la calle paseando al perro, ya ha pasado con otros", se inquieta P¨¦rez Esquivel. El Nobel contesta a Macri, que dice que no va interferir en la justicia. "Los jueces argentinos no toman decisiones sin impulso gubernamental. Se mueven si les piden aflojar. Los jueces son muy permeables a la presi¨®n pol¨ªtica. El Gobierno no puede lavarse las manos".
Otra de las cuestiones que m¨¢s han inquietado es que Macri utiliz¨® la expresi¨®n "guerra sucia" para referirse a la represi¨®n. Es un t¨¦rmino vetado en Argentina porque se entiende que lleva a la idea de que hubo "dos demonios", los represores y los grupos como Montoneros o ERP que luchaban contra la dictadura, y coloca en el mismo plano a v¨ªctimas y victimarios. En Argentina se usa el t¨¦rmino "terrorismo de Estado" que no lleva a confusi¨®n. Macri habl¨® de "guerra sucia" y la pol¨¦mica salt¨® enseguida.
"Hay mucho resquemor, se han ocupado de llenar de desconfianza a la sociedad y cualquier elemento por peque?o que sea se utiliza. Pero el presidente no se apart¨® del discurso que mantenemos, dej¨® claro que al hablar de guerra sucia se estaba refiriendo al abuso de poder de la dictadura. Es cierto que ese t¨¦rmino no es el adecuado porque en Argentina no es aceptado por los organismos de derechos humanos pero hay una claridad absoluta del Gobierno en este tema y adem¨¢s hablamos con los hechos", contesta Avruj.
Gast¨®n Chillier, director ejecutivo del CELS, el organismo que sigue m¨¢s de cerca los juicios de lesa humanidad, en los que es denunciante -ma?ana llega la sentencia de uno de los m¨¢s importantes, el del centro de represi¨®n de La Perla en C¨®rdoba- coincide en que no hay un cambio radical de pol¨ªtica pero "hay un dato ineludible que es el tema de la agenda de justicia y verdad no ocupa el msmo lugar, no es un eje central del gobierno como lo era en la anterior etapa. El argumento de Macri de que quiere respetar a la justicia es enga?oso porque la justicia argentina sigue los vientos de la pol¨ªtica y si hay ambiguedad los primeros que leen esos mensajes son los operadores judiciales. Muchos van a bajar el pie del acelerador".
"Es cierto que no hay medidas fuertes como indultos o una ley de amnist¨ªa. El Gobierno ha entendido que internacionalmente Argentina ocupa un espacio ejemplar por este asunto. Lo comprob¨® cuando vino Obama y le pidi¨® visitar la ESMA o el Espacio de la Memoria, que Macri nunca hab¨ªa visitado", remata Chillier. "No hay cambios significativos pero si se intenta diluir el peso que tiene el tema en la agenda pol¨ªtica, hablan de mirar al futuro, pero a¨²n hay m¨¢s de 400 ni?os robados sin identidad, por ejemplo, hay agenda que sigue en el presente", insiste.
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