Cuentos Pol¨ªticos
Entre Cardenales y ¡°Cavernales¡±
Como bien se?alaba Umberto Eco, ¡°las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solos en el bar despu¨¦s de un vaso de vino, sin da?ar a la comunidad. Ellos eran silenciados r¨¢pidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasi¨®n de los idiotas". No puedo estar m¨¢s de acuerdo con el inolvidable maestro: ma?ana mismo, cuando aparezcan estas l¨ªneas en las redes sociales, sucumbir¨¦ aplastado por una voluminosa catarata de insultos y adjetivos altisonantes acus¨¢ndome, ¨¦sta vez, de ser un novelista gay porque estoy conforme y aplaudo los matrimonios entre homosexuales. Si critico por una y mil razones, cada una de ella m¨¢s justificada que la otra, al ¡°Loco de Macuspana¡±, entonces soy atacado sin piedad alguna como un columnista vendido al sistema, un pri¨ªsta camuflado que cobra millones de pesos a cambio de atacar a AMLO. Si critico al PRI, entonces el PAN me refaccion¨® con dinero para agredir al gobierno en turno. Si aplaudo un matrimonio civil?entre personas del mismo sexo, entonces soy un homosexual que no se ha atrevido a salir del closet y desde lo oscurito defiendo una ¡°asquerosa¡± relaci¨®n orientada a acabar con la sociedad y la familia y, lo mejor, quienes lanzan sus embestidas desde las redes ocultan su identidad, en un alarde de cobard¨ªa, parapet¨¢ndose en un despreciable anonimato. Esas son las comunicaciones indigeribles de nuestros tiempos, peleamos contra fantasmas pusil¨¢nimes, por cierto.
Es imposible que queden excluidas personas por sus preferencias sexuales, relaciones humanas que obviamente debe contemplar y proteger la ley
En este breve espacio me dispongo a defender el amor gay, una relaci¨®n criticada y atacada ferozmente por la inmensa mayor¨ªa de los cardenales, (cavernales, en realidad), arzobispos, obispos y p¨¢rrocos, adem¨¢s de una buena parte de la sociedad machista mexicana. Es evidente que recibir¨¦ una voluminosa catarata de insultos a trav¨¦s de las redes sociales por atreverme a alegar a favor de personas que tienen preferencias sexuales diferentes a las m¨ªas. Si en algo coincido con Jos¨¦ Vasconcelos es cuando sostuvo que ¡°la mujer es el m¨¢ximo tesoro de la creaci¨®n¡±, lo cual no significa que el amor no sea un hermoso sentimiento, un privilegio que tambi¨¦n deban disfrutar hombres y mujeres del mismo sexo. ?Por qu¨¦ oponerse al amor homosexual, cuando el amor y el arte son dos de las ¨²ltimas posibilidades de reconciliaci¨®n con el g¨¦nero humano? ?Cu¨¢nto alivio representa en la existencia el hecho de saberse y sentirse amado!
Conozco varios casos de individuos gay o lesbianas que jam¨¢s osaron confesar sus tendencias en p¨²blico, y al esconderse y reprimir sus emociones, destruyeron su existencia desperdici¨¢ndola miserablemente por prejuicios sociales y cuestiones de discriminaci¨®n en pleno siglo XXI. ?Qu¨¦ tal el hecho de ser agredidos f¨ªsica y verbalmente al ser llamados ¡°maricas¡±, o excluidos del seno de la familia o cesados de sus empleos o sacados a empujones de lugares p¨²blicos o hasta condenados a muerte, como acontece en varias latitudes, desde que la homosexualidad tiene como consecuencia la privaci¨®n de la vida por parte de la autoridad? ?Qu¨¦ tal los casos de homofobia letal cuando los gays son linchados por sus orientaciones sexuales?
Los integrantes del Episcopado Mexicano que exhiben sotanas negras de seda y cruces corporales con las que ser¨ªa posible construir m¨²ltiples escuelas y que han iniciado un combate feroz en contra de la legalizaci¨®n de los matrimonios gay, dichos siniestros personajes que se atreven a vender espacios en el cielo a cambio de dinero, deber¨ªan aparecer vestidos con pieles y garrotes a la usanza del pleistoceno desde que ignoran la realidad sexual en el siglo XXI, realidad que se remonta por milenios en la historia y olvidan una de las sentencias m¨¢s afortunadas de Jes¨²s, el profeta, cuando orden¨® para toda la eternidad: ¡°Amaos los unos a los otros¡¡± El propio Jes¨²s, ?no larg¨® a los fariseos del templo llam¨¢ndolos raza de v¨ªboras¡?
Abramos espacios en nuestra sociedad. Es imposible que queden excluidas personas por sus preferencias sexuales, relaciones humanas que obviamente debe contemplar y proteger la ley. Al menos los gay pagan impuestos, ?y los ¡°cavernales¡±? ?A qui¨¦n le hace da?o el amor? ?Porqu¨¦ los ¡°ensotanados¡± protegen a los curas pederastas? ?Eh¡?
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