Qui¨¦n manda (ahora) en el ISIS
La muerte de Al Adnani refleja la dificultad de la c¨²pula yihadista para ordenar a sus hombres sin perder m¨¢s dirigentes y, por tanto, traba su futuro en la antigua Mesopotamia
Seis de siete. El repaso a uno de los primeros organigramas publicado de la c¨²pula del Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s), el que elabor¨® en 2014 Richard Barret, antiguo miembro de los servicios de inteligencia brit¨¢nicos, deja pocas dudas: seis de los siete veteranos yihadistas identificados que formaban parte del Consejo de la Shura est¨¢n muertos. El ¨²ltimo fue Abu Mohamed al Adnani, alcanzado esta semana por un ataque a¨¦reo al este de la ciudad siria de Alepo. ?l era el dirigente en auge del grupo terrorista; el cerebro y voz de la propaganda y mentor de los ataques en Europa. "Era tambi¨¦n muy posiblemente el reemplazo de[l l¨ªder del ISIS] Abubaker al Bagdadi", se?ala Barret en un intercambio de correos. La desaparici¨®n de Al Adnani, de 39 a?os, no solo deja al grupo sin uno de sus veteranos de la yihad sino que da muestra de la vulnerabilidad de su c¨²pula y cuestiona la capacidad que tiene para ejercer el mando sobre sus hombres. ?Qui¨¦n asomar¨ªa la cabeza ahora?
Antes de Al Adnani murieron, entre otros, Omar al Shishani, Abu Ali al Anbari, Abu Ayman al Iraqi, Abu Muslim al Turkmani y Abu Amr al Absi. El s¨¦ptimo del esquema dibujado por Barret, Abu Arkan al Amiri, es un total desconocido del que pr¨¢cticamente no se sabe m¨¢s que forma o ha formado parte del Consejo de la Shura (consejo consultivo a las ¨®rdenes del califa). Y no son las ¨²nicas bajas. "La campa?a norteamericana ha acabado con una docena de l¨ªderes", apunta Barret, analista hoy del think tank estadounidense The Soufan Group, "adem¨¢s de otro centenar de veteranos comandantes". Y ha sembrado, seg¨²n apunta el brit¨¢nico, la semilla del temor entre los que quedan ante la pregunta: ?qui¨¦n ser¨¢ el siguiente?
Varios analistas consultados los ¨²ltimos meses coinciden en al menos dos cosas: primero, que los dirigentes del grupo tienen reemplazos -la generaci¨®n de los m¨¢s j¨®venes- y su muerte no supone por tanto el fin de la organizaci¨®n o impronta ideol¨®gica. Y segundo, la p¨¦rdida de hombres al mando hiere no obstante de gravedad al ISIS, dificulta la transmisi¨®n de las ¨®rdenes y fractura su liderazgo, mientras los cazas sobrevuelan sus cabezas. O como explic¨® en una charla reciente el analista norteamericano Max Abrahms a partir de una de sus tesis: "Los grupos dirigidos por l¨ªderes d¨¦biles son m¨¢s propensos a cometer errores t¨¢cticos".
El sirio Al Adnani tiene dif¨ªcil sustituto. Se uni¨® a la insurgencia contra la invasi¨®n de EE UU en Irak de la mano del jordano Abu Musab al Zarqaui, antes incluso de que este jurara lealtad a Al Qaeda -era l¨ªder de Jamat al Tawhid wal Jihad-. Desde esos primeros a?os en campos de entrenamiento en Irak a su muerte en la provincia siria de Alepo, Al Adnani se convirti¨® en un referente militar e ideol¨®gico para los reclutas de Mesopotamia. Tal era su proyecci¨®n que la propaganda del grupo le ha llegado a identificar como perteneciente a la tribu de los Quraysh, en l¨ªnea de descendencia directa con el profeta Mahoma -condici¨®n para ser elegido califa-, algo que solo se hab¨ªa arrogado hasta el momento el propio Al Bagdadi.
La influencia de Al Adnani en Siria era notable por su calidad de emir nombrado por el califa Ibrahim (Al Bagdadi). Pero tambi¨¦n lo fue la del georgiano Al Shishani (El checheno, por su experiencia en la guerra en la rep¨²blica rusa), el responsable de algunas de las grandes victorias militares del grupo en Siria y, por tanto, poco reemplazable en la contienda. Si la informaci¨®n sobre Al Adnani val¨ªa cinco millones de d¨®lares para EE UU era sobre todo por ser el ide¨®logo de los atentados yihadistas en el extranjero con el sello ISIS. "Reclut¨® operativos que ahora est¨¢n en Occidente y otras regiones", dice Barret, "pero ahora esa gente puede no estar tan motivada para atentar en nombre del sucesor de Al Adnani, incluso si conocen su identidad".
La decisi¨®n sobre la sucesi¨®n del veterano yihadista sirio corresponde al Consejo de la Shura, pero ya suenan varios nombres. Entre ellos destacan el del cl¨¦rigo bahrein¨ª Turki al Binali, autoridad religiosa dentro del ISIS, bi¨®grafo del propio Al Adnani y disc¨ªpulo de Abu Mohamed al Maqdisi, referente de Al Qaeda. Al Binali, de 32 a?os, buen orador, era ya una de las voces autorizadas del grupo a principios de 2014. En abril de ese a?o public¨® un ensayo en el que defend¨ªa que no era necesario tener el control completo de un territorio para proclamar el califato, algo que el propio Al Adnani har¨ªa dos meses despu¨¦s.
Cinco millones de d¨®lares m¨¢s ofrece Washington por otro de los posibles sucesores, Abu Mohamed al Shimali, clave en el comit¨¦ de Inmigraci¨®n y Log¨ªstica del ISIS. Seg¨²n la descripci¨®n que hace EE UU, Al Shimali ser¨ªa el encargado de abrir paso a los reclutas llegados de Europa, el norte de ?frica y la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga a la ciudad turca de Gaziantep para, desde ah¨ª, alcanzar la localidad siria de Yarablus. Este corredor est¨¢ en la actualidad pr¨¢cticamente taponado por el Ej¨¦rcito turco. Los dos, Al Binali como propagandista y Al Shimali al frente de las operaciones en el exterior, podr¨ªan asumir funciones de Al Adnani, arropados por la nueva generaci¨®n de yihadistas curtidos y entrenados en la guerra siria.
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