Por qu¨¦ Pe?a Nieto no pudo encarar a Trump
Quien vive en una caja autoritaria de cristal es incapaz de confrontar a un demagogo que lleva a?os puli¨¦ndose en la televisi¨®n
Todav¨ªa envueltos en la indignaci¨®n por la humillante visita de Donald Trump a M¨¦xico, los mexicanos y el mundo entero nos preguntamos por qu¨¦ el presidente Enrique Pe?a Nieto no fue capaz de encarar al se?or Trump en la conferencia de prensa que ambos ofrecieron. Cuando Trump le cedi¨® la palabra, Pe?a Nieto no pudo articular lo obvio: dejarle en claro, ante los ojos y o¨ªdos del mundo, que M¨¦xico se opone rotundamente a la construcci¨®n del muro que el candidato Republicano quiere erigir en la frontera M¨¦xico-Estados Unidos y a la vez exigirle una disculpa p¨²blica por haber llamado a los mexicanos asesinos y violadores sin tener evidencia alguna.
?Por qu¨¦ el presidente se perdi¨® en una respuesta el¨ªptica, miedosa y acartonada? Aunque en un futuro los bi¨®grafos hurgar¨¢n en la psicolog¨ªa del presidente, hay una respuesta m¨¢s inmediata: Pe?a Nieto no pudo encarar a un demagogo xen¨®fobo como Trump porque tiene muchos esqueletos en su armario. Se?alo tres.
?Por qu¨¦ el presidente se perdi¨® en una respuesta el¨ªptica, miedosa y acartonada?
Un esqueleto que silenci¨® al presidente es la corrupci¨®n y el conflicto de inter¨¦s. Hace dos semanas el equipo period¨ªstico de Aristegui Noticias mostr¨® pruebas irrefutables del plagio de cerca del 30% de la tesis de licenciatura que avala a Pe?a Nieto como abogado. El presidente y sus colaboradores han tildado la investigaci¨®n de ¡°fr¨ªvola¡±, el tema del plagio de ser ¡°poco importante¡± y se han escudado en el argumento tramposo de ¡°errores de estilo¡± o de pifias propias de en una ¨¦poca en la que no hab¨ªa computadoras y se escrib¨ªa a mano y en m¨¢quina.
Banalizar el mayor acto de corrupci¨®n intelectual en la vida acad¨¦mica, le resta cualquier posibilidad de cr¨ªtica al presidente mexicano. Y m¨¢s ante los graves conflictos de inter¨¦s en los que ha incurrido Pe?a Nieto por otorgarle contratos p¨²blicos a empresas que han beneficiada de manera privada a su familia. Si Pe?a Nieto encaraba a Trump, corr¨ªa el riesgo de que su invitado le recordara su historia personal de corrupci¨®n.
Otro esqueleto que enmudeci¨® al presidente es la grave crisis de derechos humanos por la que atraviesa M¨¦xico. Una crisis que su Gobierno niega de manera reiterada y que lo tiene confrontado con los principales organismos internacionales. Escudado en la ret¨®rica antiintervencionista propia de los reg¨ªmenes autoritarios, el Gobierno de Pe?a Nieto se ha confrontado con el Relator Especial sobre Tortura de las Naciones Unidas, quien en un informe concluy¨® que la tortura en M¨¦xico es un fen¨®meno sist¨¦mico y generalizado.
Meses despu¨¦s, el Gobierno se confrontar¨ªa con el Grupo Independiente de Expertos Internacionales (GIEI), quienes en un reporte devastador mostraron que la investigaci¨®n judicial de la desaparici¨®n de los 43 estudiantes de Ayotzinapa estaba viciada. Por estas razones Pe?a Nieto le insist¨ªa una y otra vez a Trump que su Gobierno es respetuoso del proceso pol¨ªtico interno de los Estados Unidos. Si Pe?a Nieto encaraba a Trump, corr¨ªa el riesgo de que en un arrebato demag¨®gico ¨C porque a Trump no le interesan los derechos humanos ¨C su invitado le recordara que en M¨¦xico los derechos humanos se violan de manera sistem¨¢tica.
Un tercer esqueleto que le impidi¨® al presidente encarar a Trump fueron las pr¨¢cticas antidemocr¨¢ticas que han regido su relaci¨®n con los medios de comunicaci¨®n. Pe?a Nieto le tiene pavor y siempre reh¨²ye a la cr¨ªtica. No da conferencias de prensa ni entrevistas y todos sus actos p¨²blicos son coreografiados con audiencias preseleccionadas. Pero m¨¢s all¨¢ del miedo, el presidente tiene un profundo desprecio hacia la prensa cr¨ªtica. De manera velada y a trav¨¦s de terceros ha desatado una persecuci¨®n en contra de voces cr¨ªticas, particularmente en contra de la periodista Carmen Aristegui y su equipo.
Un presidente que vive en una caja autoritaria de cristal es incapaz de confrontar a un demagogo que lleva a?os puli¨¦ndose en la televisi¨®n. Pe?a Nieto simplemente no tiene los reflejos para responder; le es dif¨ªcil articular palabras propias de manera espont¨¢nea y entender un intercambio de ideas que conlleve un m¨ªnimo de complejidad intelectual ¨C como qued¨® evidenciado hace unos meses en Ottawa, donde Barack Obama le cuestion¨® su uso laxo del concepto ¡°populismo¡± y acto seguido dict¨® una c¨¢tedra de ret¨®rica pol¨ªtica ante un Pe?a Nieto pasmado. El presidente mexicano es consciente de sus propias limitaciones. Y por eso ni siquiera se arriesg¨® a encarar a Trump, quien lo hubiera con facilidad ridiculizado en una batalla ret¨®rica.
Por m¨¢s que el presidente mexicano se esmere d¨ªa a d¨ªa en mantener encerrados a los esqueletos que duermen en su armario, tarde o temprano la historia le ten¨ªa que pasar factura. Ante la mirada azorada del mundo, sus propios fantasmas lo empeque?ecieron en un momento que requer¨ªa de grandeza. Pero ser¨ªa iluso pedirle a quien en sus actos y sus dichos pisotea todos los d¨ªas a la democracia que encarara a un actor pol¨ªtico que se ha convertido en una de las mayores amenazas para el mundo democr¨¢tico.
Como lo han dicho destacados compatriotas, el 31 de agosto quedar¨¢ marcado en la historia de M¨¦xico como un d¨ªa de una gran humillaci¨®n nacional. Pero habr¨¢ que aprender la lecci¨®n: si queremos representantes pol¨ªticos que cuenten con la estatura moral para defendernos ante las calumnias de un Trump, necesitamos sacar a los m¨²ltiples esqueletos que yacen en el grand¨ªsimo armario de la impunidad de nuestros gobernantes. ?Nunca m¨¢s, M¨¦xico!
Guillermo Trejo es profesor de ciencia pol¨ªtica de la Universidad de Notre Dame.
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