El alto el fuego en Siria viene marcado por el fracaso de las anteriores negociaciones

El escepticismo de la poblaci¨®n ante la prolongaci¨®n del conflicto se ha visto reforzado en las ¨²ltimas horas con el recrudecimiento de los ataques por ambos bandos para apurar y fijar los avances de sus posiciones antes del inicio de la tregua. La oposici¨®n a¨²n no se ha pronunciado expl¨ªcitamente sobre el alto el fuego y ni ha confirmado si acatar¨¢ el acuerdo alcanzado el s¨¢bado en Ginebra entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Sergu¨¦i Lavrov. Se espera que sus principales representantes, agrupados en el Alto Comit¨¦ para las Negociaciones (HNC, en sus siglas en ingl¨¦s) acaben d¨¢ndole su respaldo, aunque con cautelas,?seg¨²n desvel¨® un comandante rebelde a Reuters, ante la falta de mecanismos para obligar al r¨¦gimen a mantener el fin de los enfrentamientos.

El pacto de Washington y Mosc¨² se ha producido tras un vuelco en la batalla de Alepo a favor de las tropas leales al presidente Bachar el Asad. Damasco expres¨® su ¡°aprobaci¨®n¡± a la tregua de forma indirecta, a trav¨¦s de la agencia estatal de noticias Sana. Ha sido secundado por Ir¨¢n y la guerrilla chi¨ª libanesa de Hezbol¨¢, sus principales aliados junto con Mosc¨². Entre los pa¨ªses que sostienen a los insurgentes, Turqu¨ªa ya ha dado la tambi¨¦n la bienvenida al cese de hostilidades, mientras Arabia Saud¨ª y las monarqu¨ªas del Golfo guardan silencio.

Kerry y Lavrov aseguraron al anunciar el plan de pacificaci¨®n y salida negociada al conflicto, que han establecido sistemas de verificaci¨®n del alto el fuego para que no se repita el fiasco de la tregua del pasado febrero. Desde casi los primeros meses de la guerra en Siria se han reproducido las iniciativas para poner fin a la carnicer¨ªa. La Liga ?rabe, primero, y Naciones Unidas, despu¨¦s lo han intentado sin ¨¦xito. El primer mediador de la ONU, el ex secretario general Kofi Annan, trat¨® de hacer respetar un primer alto el fuego en 2012, pero no logr¨® que callaran las armas.

Las grandes potencias, con EE UU y Rusia a la cabeza, tomaron poco despu¨¦s en su mano los esfuerzos negociadores para una transici¨®n pol¨ªtica en el pa¨ªs ¨¢rabe. La primera ronda de Ginebra fracas¨®. En la segunda, ya en enero de 2014, el segundo mediador de Naciones Unidas, Lajdar Brahimi, logr¨® sentar en la mesa de negociaciones por primera vez a Gobierno y oposici¨®n. El diplom¨¢tico argelino acab¨® tirando la toalla poco despu¨¦s. Fue relevado por el actual enviado, Staffan de Mistura.

Cuando parec¨ªa que la derrota del r¨¦gimen de El Asad era cuesti¨®n de meses, la intervenci¨®n rusa dio un giro radical al conflicto en septiembre del a?o pasado. Durante el oto?o se repitieron los encuentros del llamado Grupo de Amigos de Siria ¡ªlas dos potencias, los aliados y vecinos, y varios pa¨ªses europeos, a los que se acab¨® incorporando Espa?a¡ª para sentar las bases de una soluci¨®n negociada a una guerra que nadie parec¨ªa poder ganar. La hoja de ruta que acordaron ¡ªempezaba con alto el fuego y conclu¨ªa con la celebraci¨®n de elecciones libres¨C fue ratificada por el Consejo de Seguridad con fuerza de resoluci¨®n un¨¢nime.

La tercera ronda de Ginebra comenz¨® a finales del pasado enero, pero los combates dieron de nuevo al traste con el di¨¢logo de paz. Rusia y EE UU impusieron un alto el fuego un mes despu¨¦s y De Mistura volvi¨® a convocar las conversaciones entre las delegaciones del r¨¦gimen y de los rebeldes en marzo y abril. De poco sirvi¨®, para entonces ya hab¨ªa comenzado la batalla de Alepo. La aviaci¨®n rusa bombardeaba a los insurgentes mientras el Pent¨¢gono rearmaba a las milicias de la oposici¨®n. La poblaci¨®n civil siria tiene razones para haber perdido la esperanza.