Un experimento arroja otra vez dudas sobre la hoguera de Ayotzinapa

La hoguera de la duda ha vuelto a encenderse. Tras meses de aparente calma, la versi¨®n oficial de la matanza de Ayotzinapa se enfrenta otra vez a sus detractores. En este caso, la embestida procede de un viejo conocido, el cient¨ªfico Jos¨¦ Torero, que actu¨® como perito del Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI). Fue este profesor de la Universidad de Queensland (Australia) quien, bas¨¢ndose en c¨¢lculos sobre la cantidad de madera que deber¨ªa haberse empleado, neg¨® la posibilidad de que los 43 estudiantes hubiesen sido quemados en el basurero de Cocula (Guerrero). Su tesis, apoyada por las familias y el GIEI, abri¨® una fuerte pol¨¦mica al poner en duda el relato oficial, que sostiene que los normalistas fueron llevados y quemados ah¨ª por el c¨¢rtel de Guerreros Unidos.

La explicaci¨®n de Torero no fue bien acogida por otros cient¨ªficos. Rechazaban sus c¨¢lculos y le criticaban por sostener que no hab¨ªa hallado evidencias de un gran fuego cuando su visita al lugar se realiz¨® 10 meses despu¨¦s de los hechos y con la zona ya limpia. En abril pasado, una comisi¨®n de cient¨ªficos convocada por el Gobierno desech¨® las teor¨ªas de Torero y concluy¨®, en un informe que no se ha hecho p¨²blico, que en el vertedero se hab¨ªa registrado ¡°un evento de fuego de grandes dimensiones¡± donde ¡°al menos 17 adultos¡± fueron quemados y que exist¨ªa la posibilidad, sujeta a "una prueba a gran escala", de que todos los normalistas desaparecidos ardieran ah¨ª.

La conclusi¨®n supuso un varapalo para Torero y el GIEI. Pero ahora, el experto contraataca con un experimento (a¨²n no validado) que ha anunciado a la revista Science. En el ensayo se utilizaron cerdos. El resultado de las pruebas arroja, seg¨²n Torero, que para quemar 43 cad¨¢veres se hubieran necesitado m¨¢s de 27.000 kilos de madera y a¨²n as¨ª, habr¨ªa quedado mucha materia org¨¢nica (hasta un 10%) en el sitio. En el experimento, el perito asegura que comprob¨® que la grasa corporal, al contrario de lo que afirman otros cient¨ªficos, tampoco facilit¨® la combusti¨®n. Es m¨¢s, advirti¨® que cuantos m¨¢s cuerpos agregaba disminu¨ªa la intensidad del fuego.

El experimento a¨²n debe ser revisado en oto?o por otros cient¨ªficos. Pero su mero anuncio en Science supone un toque de atenci¨®n en M¨¦xico. El caso Iguala, con su enorme potencial destructor, sigue abierto. Casi dos a?os despu¨¦s del secuestro y asesinato de los estudiantes no hay condena judicial ni tampoco consenso. La herida abierta aquella noche del 26 al 27 de septiembre a¨²n est¨¢ lejos de cerrarse. Los padres de las v¨ªctimas rechazan la versi¨®n oficial y el GIE arroj¨® serias dudas sobre el proceder de los investigadores mexicanos. Cualquier chispa puede prender, otra vez, la hoguera de la desconfianza.