El ¡®Vaticano protestante¡¯ de Estados Unidos gana diversidad
Nashville, sede de la mayor editorial de biblias del mundo, es una burbuja progresista en Tennessee
En los alrededores de la mayor editorial de biblias del mundo hay algunas iglesias, pero sobre todo locales de comida r¨¢pida, moteles y comercios humildes. En esta carretera en los suburbios de Nashville (Tennessee) sobresale un poste con un anuncio enorme que reza: 2028 FIN, el t¨ªtulo de una pel¨ªcula apocal¨ªptica que pronostica el retorno de Jesucristo a la tierra en 12 a?os. La moderna sede de Thomas Nelson, el mayor fabricante de la versi¨®n inglesa de la Biblia, pasa desapercibida. Y es una desconocida para los transe¨²ntes: ¡°No ten¨ªa ni idea¡±, dice Mike, un obrero de la construcci¨®n treinta?ero en la puerta de un establecimiento de hamburguesas.
Nashville se autodefine como la hebilla del llamado Cintur¨®n B¨ªblico, el ¨¢rea en el sureste de Estados Unidos que concentra al mayor n¨²mero de fieles del pa¨ªs y que es un feudo del Partido Republicano. Uno de los apodos de la ciudad es el del Vaticano protestante por sus numerosas iglesias e instituciones cristianas. En casi cada esquina del centro hay una iglesia. Tambi¨¦n un edificio en construcci¨®n, en un reflejo del boom econ¨®mico que vive la capital de Tennessee impulsado por la industria sanitaria.
Pero en la ¨²ltima d¨¦cada, Nashville se ha alejado de esas etiquetas: ha ganado diversidad pol¨ªtica y religiosa. El a?o pasado, eligi¨® a una de las alcaldesas m¨¢s progresistas del pa¨ªs. El martes, el pleno municipal vot¨® una iniciativa para reducir el castigo por posesi¨®n de marihuana. El 12% de la poblaci¨®n es extranjera, cuando en el a?o 2000 era el 2%. La ciudad alberga la mayor comunidad kurda de EE UU. En los alrededores del fabricante de biblias ¡ªuna portavoz de Harper Collins, la matriz de la editorial, declin¨® ense?ar la sede ni comentar para este art¨ªculo¡ª se ven dos mujeres con velo isl¨¢mico.
Tambi¨¦n cambia el sur de EE UU. El Cintur¨®n B¨ªblico se mantiene como la zona m¨¢s cristiana del pa¨ªs, con Tennessee a la cabeza (un 73% de los adultos se declaran muy religiosos, solo superados por dos Estados), fruto de un legado hist¨®rico en que los valores tradicionales, el menor desarrollo econ¨®mico y la esclavitud blindaron la relevancia del protestantismo. Pero la regi¨®n no escapa de la tendencia al alza del n¨²mero de personas que se declaran no religiosas.
Menos fieles
En 2014, ese segmento supuso el 19% de los adultos sure?os frente al 13% de 2007, seg¨²n los ¨²ltimos datos del centro demosc¨®pico Pew. En el conjunto de EE UU, pas¨® del 16,1% al 22,8%. La principal causa es la menor creencia de los j¨®venes.
El creciente ate¨ªsmo tiene lecturas electorales. ¡°Cuando hay un cambio en los n¨²meros va a cambiar al bloque de votantes¡±, dice Sing Oldham, vicepresidente de la Convenci¨®n Baptista Sure?a, la mayor organizaci¨®n protestante del pa¨ªs y un estandarte del poder del cristianismo sure?o. La organizaci¨®n, fundada en 1845 y que en 1995 se disculp¨® por haber apoyado el esclavismo y la segregaci¨®n de los negros, sufre en los ¨²ltimos a?os una p¨¦rdida continua de socios.
Igual que en otras partes del sur, las grandes ciudades, como Nashville, viran hacia el Partido Dem¨®crata al atraer a m¨¢s j¨®venes, minor¨ªas y multinacionales. Pero son, por ahora, burbujas. Nadie cuestiona que en las elecciones presidenciales de noviembre el sur como conjunto, y Tennessee, seguir¨¢n siendo un dominio republicano.
Tennessee, como feudo religioso, es un term¨®metro para Donald Trump. Se da por seguro que el candidato republicano ganar¨¢ aqu¨ª, pero la duda es si atraer¨¢ a todos los cristianos conservadores al ser el m¨¢s secular de los ¨²ltimos aspirantes republicanos a la Casa Blanca. ¡°La gente votar¨¢ seg¨²n sus valores¡±, dice Oldham, de 61 a?os, que evita revelar su preferencia.
Sostiene que los baptistas, cuyo rasgo distintivo es el bautizo como adultos en el agua, son un colectivo heterog¨¦neo que tambi¨¦n incluye a partidarios de Hillary Clinton. La candidata dem¨®crata apenas habla de religi¨®n, pero se presenta como una cristiana creyente y trata de proyectar una imagen conciliadora frente a la agresiva de Trump. A ambos les beneficia que sus candidatos a vicepresidente, el dem¨®crata Tim Kaine y el republicano Mike Pence, son m¨¢s religiosos que ellos.
Durante el proceso de primarias, Trump atrajo a votantes evang¨¦licos, la categor¨ªa a la que pertenecen los baptistas por su interpretaci¨®n literal de la Biblia. El magnate de hoteles y casinos, dos veces divorciado, defiende la libertad religiosa, que muchos cristianos, como Oldham, esgrimen que se ha erosionado durante el Gobierno de Barack Obama. Pero Trump se aleja del dogma republicano al evitar rechazar tajantemente el derecho al aborto o el matrimonio igualitario. Clinton los defiende.
Geoff Little, de 42 a?os y que trabaja en la Universidad Vanderbilt, acude cada domingo a la Iglesia Presbiteriana, una de las muchas en el centro de Nashville. Es muy cr¨ªtico con Trump, al que acusa de racista, pero asegura que el candidato es popular entre los cristianos. ¡°Ofrece algo que le gusta a mucha gente religiosa y eso es autoritarismo: la idea de que hay una cosa poderosa y luego el resto¡±, dice dentro de la iglesia.
En los ¨²ltimos a?os, Little se ha alejado del cristianismo por considerarlo demasiado dogm¨¢tico y atiende el servicio dominical m¨¢s por motivos sociales que religiosos. Entre la gente menor a ¨¦l, se?ala, cada vez hay menos interesados en Dios. ¡°En 20 a?os, vas a ver cerradas la mayor¨ªa de estas iglesias¡±, vaticina.
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