Clara Rojas: ¡°Decirle no a la paz es una falta de grandeza¡±
La congresista, que estuvo seis a?os secuestrada por las FARC, lamenta la polarizaci¨®n en torno al acuerdo con la guerrilla
Clara Rojas (Bogot¨¢, 1964) sabe qu¨¦ es sufrir la guerra. En el a?o 2002 fue secuestrada por las FARC junto con la entonces candidata presidencial ?ngrid Betancourt, de quien era jefe de debate. Mientras estuvo en cautiverio, Rojas qued¨® embarazada y tuvo un hijo. Su historia ocup¨® las primeras p¨¢ginas de los diarios del mundo y Emmanuel, el peque?o que naci¨® en la selva, fue la esperanza en medio de un pa¨ªs en conflicto, que parec¨ªa no tener fin.
Ahora, que ocupa una silla en el Congreso de Colombia, respaldada por el Partido Liberal, Clara Rojas se ha empe?ado en defender el acuerdo de paz con las FARC. Dice que no es perfecto, pero que haberlo logrado permite que el pa¨ªs empiece a andar un camino de perd¨®n y reconciliaci¨®n.
Pregunta ?Qu¨¦ destaca de lo que se logr¨® concretar con las FARC?
Respuesta. Lo m¨¢s importante es tener en cuenta que esto es un acuerdo integral, todo es importante. Quiz¨¢ cuando uno ve en perspectiva los compromisos que adquiere el gobierno se preocupa y piensa en que ojal¨¢ todo se d¨¦ y funcione. Es necesario seguir monitoreando el proceso porque no se trata de firmar un papel y pensar que de inmediato habr¨¢ paz. Este es el primer paso para toda una ruta que hay que seguir.
P. ?Qu¨¦ espera de Colombia sin las FARC armadas?
R. Ya la estamos sintiendo. Antes del 2013, cuando empezaron los ceses al fuego, hab¨ªa un promedio de 415 muertos en raz¨®n del conflicto y este a?o la cifra llega a cuatro. Se siente un pa¨ªs diferente y se nota en las noticias, que son el term¨®metro del pa¨ªs. Antes uno abr¨ªa el diario y se sent¨ªa salpicado por historias terribles, ahora se siente diferente.
P. ?Tiene alg¨²n reparo frente a lo que se acord¨®?
R. Hay puntos grises. En el tema de justicia se podr¨ªa replantear hasta d¨®nde el tribunal especial reabrir¨¢ procesos que se hab¨ªan cerrado en otras cortes. No tiene sentido estar en un espiral de justicia que nunca se cierra.
P. ?Cu¨¢l es su posici¨®n frente a la participaci¨®n en pol¨ªtica de las FARC?
R. En el Partido Liberal siempre hubo consenso en el sentido de que hab¨ªa que permitirles la participaci¨®n pol¨ªtica para que el proceso fuera atractivo para ellos. Antes de pensar en un cargo, muchos deber¨¢n responder por temas de lesa humanidad, pero definitivamente es mejor verlos haciendo pol¨ªtica que generando ataques, secuestrando, desplazando.
P. ?Cu¨¢l cree que es el reto de las FARC en su tr¨¢nsito hacia la vida civil?
R. El desaf¨ªo es ganarse la confianza del pueblo, pero tambi¨¦n poder transformarse. Deben dejar el camuflado por el vestido de calle y abandonar las armas, que para ellos es sin¨®nimo de seguridad. Las FARC no han aprendido a ser personas sin estar armados, a no imponerse ante otros por la fuerza. En el aspecto pol¨ªtico est¨¢n acostumbrados a congregar a su gente a punta de ¨®rdenes, violando derechos, intimidando. Nada de eso podr¨¢n hacer ahora.
P. ?C¨®mo se imaginaba el fin de las FARC como grupo armado?
R. Se est¨¢ dando de esta manera y no est¨¢ mal. Es un avance enorme, es mejor que la rendici¨®n porque esta lleva un componente de humillaci¨®n que hace dif¨ªcil reincorporarse a la sociedad y genera resentimiento. El acuerdo que se logr¨® muestra que resultaron las cosas mejor de lo que se ambicion¨®.
P. ?Cu¨¢l es su recuerdo de la guerra?
R. El de una familia fracturada. Es un recuerdo duro porque sin duda con ocasi¨®n de la guerra muchas familias se fracturaron porque desaparecieron a alg¨²n miembro o porque estuvieron secuestrados. Hubo una ruptura que fue dif¨ªcil volver a tejer.
P. Hace algunos meses usted se uni¨® a ?ngrid Betancourt para enviar un mensaje de reconciliaci¨®n, ?qu¨¦ significa para usted el perd¨®n?
R. El perd¨®n es fundamental y lo digo por mi propia experiencia. Uno no puede cargar con tanto resentimiento y si toda su vida presente la hace en t¨¦rminos de lo que ya pas¨®, quiere decir que algo est¨¢ muy mal. En mi caso, estuve seis a?os en la selva en las condiciones m¨¢s paup¨¦rrimas, pero de qu¨¦ me sirve pensar en eso. El compromiso es mirar hacia delante, tanto los que sufrimos en carne propia la guerra como los que la han visto de lejos.
P. ?C¨®mo siente las campa?as a favor y en contra del plebiscito por la paz?
R. Me da dolor de patria porque han convertido el s¨ª, el no y la paz en un tema pol¨ªtico, en lugar de pensarse como un camino para salir adelante como naci¨®n. Los que rechazan el acuerdo hablan de injusticia, pero el acuerdo no debe ser calificado en esos t¨¦rminos. No es perfecto, tiene sus lunares, pero se hizo. Ning¨²n colombiano pensaba que fuera posible un acuerdo con las FARC. Por todos los intentos fallidos del pasado, en Colombia no era posible pensar que las FARC ten¨ªan un fin y lo tienen. Estamos vi¨¦ndolo.
P. ?Cu¨¢l deber¨ªa ser la raz¨®n principal para votar a favor?
R. Tenemos que tener una perspectiva de futuro. Uno no puede pensar que las v¨ªctimas solo existen por televisi¨®n. Ha muerto mucha gente, ha habido mucho dolor, ?c¨®mo no ser solidarios? Decirle no a la paz es una falta de grandeza. Es hora de que nadie m¨¢s ofrende su vida por la guerra.
P. ?Qu¨¦ son hoy las FARC para usted?
R. Ya no son nada, ya no son un grupo armado. Est¨¢n por reinventarse, esperemos a ver qu¨¦ pasa, pero es un alivio ver que en este momento no son nada.
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