El peri¨®dico de los humillados
Las publicaciones con rostros de personas detenidas proliferan en las gasolineras de Estados Unidos
Una mujer fue detenida por posesi¨®n de una sustancia prohibida y estar borracha en la calle. Un hombre por robar en una propiedad. Otro por violar su libertad condicional. Son tres de los 16 rostros que aparecen en la portada del semanario Cuffed News (Noticias de Esposados).
Cuesta un d¨®lar y se vende en una gasolinera de Gordonsville, un pueblo en el centro de Tennessee. Son 23 p¨¢ginas con decenas de rostros de fichas policiales, que son p¨²blicas. Incluyen el nombre y apellido de la persona, el condado del arresto y los cargos que afronta.
Logan Fox, de 23 a?os y que trabaja en el mostrador de la gasolinera, esboza una sonrisa. Ojeando el semanario ha reconocido a un conocido. ¡°Si ves a un amigo tuyo, le haces bromas¡±, dice. Hace poco, salieron dos familiares. Explica que se venden pocos ejemplares y critica que se entrometa en ¡°vidas privadas¡±. Un cliente asegura, entre risas, que nunca lo ha comprado.
Es frecuente encontrar publicaciones similares en otras gasolineras a lo largo de Estados Unidos. Viven de la humillaci¨®n p¨²blica. Es un negocio con lecturas sociol¨®gicas: se nutre del poder del morbo en un pa¨ªs que idolatra a las personas ejemplificantes, pero que considera sagradas las libertades individuales y que se entromete poco en las vidas ajenas.
En la parte baja de la portada del Cuffed News, se informa de que los fotografiados ¡°son inocentes hasta que se demuestren culpables¡±. En el interior, se explica que las personas inocentes pueden contactar al semanario para que este ¡°lo cuente al mundo¡±. Pero, posiblemente, el da?o reputacional ya est¨¦ hecho.
¡°No es nuestra intenci¨®n humillar a los fotografiados, sino proporcionar a los residentes conocimiento crucial sobre qu¨¦ ocurre en sus comunidades¡±, justifica el semanario en su segunda p¨¢gina. El peri¨®dico incluye anuncios de servicios de pago de fianzas, de tiendas de alcohol y de centros de tratamiento por adicci¨®n a drogas. En la pen¨²ltima p¨¢gina, hay una secci¨®n espec¨ªfica, bajo el ep¨ªgrafe Cre¨ªas que lo hab¨ªas visto todo, con una noticia sensacionalista sobre un asesinato local.
Otras publicaciones van m¨¢s all¨¢ y ofrecen, a cambio de un pago, sacar el nombre de una persona de su listado de fichas policiales. Algunos detenidos han llevado a este tipo de empresas a los tribunales acus¨¢ndolas de extorsi¨®n. Las compa?¨ªas alegan que simplemente distribuyen informaci¨®n p¨²blica y amparan su actuaci¨®n en la libertad de expresi¨®n, que es un mantra en EE UU.
Cambios legales
Ante la pol¨¦mica expansi¨®n de este tipo de publicaciones, varios Estados han tomado medidas en los ¨²ltimos a?os para acotarlas. Oreg¨®n aprob¨® una ley que obliga a las p¨¢ginas web a retirar gratis la imagen del rostro de una persona si ha sido dictaminado que no es culpable o si los cargos judiciales han sido despojados. Carolina del Sur fue m¨¢s tajante: prohibi¨® a principios de este a?o cualquier tipo de cobro.
Aunque la extorsi¨®n est¨¦ cada vez m¨¢s limitada por ley, la atracci¨®n de estas publicaciones se propaga fuera de la prensa escrita. Las p¨¢ginas web de televisiones locales e incluso de diarios conocidos, como el Chicago Tribune, tienen secciones con fotograf¨ªas de fichas policiales de detenidos.
El fen¨®meno linda con la esfera de la difusi¨®n p¨²blica de informaci¨®n ¨²til a la ciudadan¨ªa. Por ejemplo, el Gobierno federal tiene una base de datos en Internet, en que se puede consultar por nombre y ubicaci¨®n, sobre personas que est¨¢n obligadas a estar registradas como agresores sexuales despu¨¦s de haber cumplido una sentencia por ello. Incluso, hay aplicaciones de m¨®vil que ofrecen esos datos.
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