Con Shinola, la era postindustrial ha llegado a Detroit
La marca, muy apreciada entre los h¨ªpsteres, nos cuenta una historia en la que, la que anta?o fuera capital del autom¨®vil, ostenta el papel central
"Las personas de menos de 50 a?os lo saben: el apogeo de Detroit ya es agua pasada. Ahora se aferran a la creaci¨®n de un nuevo Detroit". Al igual de Trish Hubbel, muchos habitantes de Detroit hablan de su ciudad en declive sin nostalgia alguna. La capital mundial de la industria automovil¨ªstica ya no se ve con buenos ojos. La quiebra que sufri¨® en 2013 (18.000 millones de d¨®lares de deuda) arroj¨® una luz muy viva a una regi¨®n desertada por sus propios habitantes. Y es que, muchos no quieren cargar con este lastre.
Pero, ?c¨®mo hacer renacer una ciudad extremadamente dependiente de una industria venida a menos? La era postindustrial ha tomado un camino sorprendente en Detroit. La alimentaci¨®n es el ejemplo m¨¢s sorprendente. Cada vez m¨¢s bares locales comienzan a expandirse y aparecen nuevos programas de financiaci¨®n para dar amplitud a este ecosistema, que ya emplea a unas 36.000 personas y del que el 42 % de los proyectos son estrictamente locales. No depender del exterior se ha convertido en una obsesi¨®n.
Y este renacimiento pasa tambi¨¦n por la industria del lujo. "Shinola es un ejemplo de lo que es posible hacer aqu¨ª", nos cuenta Jacques Panis, su presidente; "pero nosotros no somos el modelo, solo contamos con 350 empleados, imposible compararnos con los grandes empleadores".
Shinola era una crema para dar lustre a los zapatos que par¨® su producci¨®n en los a?os 1960. Cuarenta a?os despu¨¦s, Tom Kartsotis compra el nombre. Siendo uno de los creadores de la marca de relojes Fossil, su objetivo era crear una industria relojera en Estados Unidos capaz de hacer sombra a la tradici¨®n suiza. En marzo de 2011 hicieron falta solo 8 d¨ªas para vender el stock de 25.000 ejemplares de su primer modelo, a 500 d¨®lares (446 euros) la unidad. Shinola se ha convertido con gran rapidez en un s¨ªmbolo de identificaci¨®n de los h¨ªpsteres. Y Detroit ostenta un papel fundamental en la historia de su creaci¨®n, historia que Jacques Panis nos cuenta con total sinceridad.
Los trabajadores se encuentran en el quinto piso de un edificio que simboliza la edad dorada de Detroit: el Argonaut Building, que alberg¨® los laboratorios de investigaci¨®n de GM. "Fue aqu¨ª donde se concibi¨® el Corvette", nos recuerda. Muchos empleados son antiguos trabajadores de la industria automovil¨ªstica que perdieron sus trabajos y que Shinola, junto a su socio suizo Ronda, ha formado en relojer¨ªa de precisi¨®n. "Hacemos todo lo que podemos para crear empleos en Detroit y en Estados Unidos. Obtener beneficios nunca nos ha preocupado", destaca el presidente. "De hecho, Shinola a¨²n no obtiene beneficios", reconoce Jacques Panis con la misma sinceridad.
Bill Clinton y Barack Obama se han dejado fotografiar con un Shinola en el brazo. En la actualidad, la marca se ha diversificado: bicicletas, bolsos de cuero, cinturones, tocadiscos y, muy pronto, un hotel. Todo de una gama elevada. "Estamos poniendo a prueba la elasticidad de nuestra marca", resume Jacques Panis. En Detroit, muchos esperan que pueda expandirse hasta el infinito, para as¨ª poder abrir un nuevo periodo de prosperidad, alejado de la era industrial.
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