El pasado ad¨²ltero de Trump complica su ataque a los Clinton
La amenaza del republicano de explotar las infidelidades de Bill Clinton puede ir en su contra
Para alguien que como Donald Trump corteja tan abiertamente el voto evang¨¦lico, uno de los m¨¢s conservadores de Estados Unidos, no estar¨ªa de m¨¢s que de vez en cuando repasara algunos pasajes de la Biblia. Como aquel que dice que ¡°quien est¨¦ libre de pecado, tire la primera piedra¡±. Sobre todo en momentos en que amenaza otra vez con sacar a relucir viejos esc¨¢ndalos sexuales del marido de su rival electoral, Hillary Clinton, en un intento de retomar su propia carrera a la Casa Blanca y de vengarse por el uso que la dem¨®crata est¨¢ haciendo de Alicia Machado, una ex Miss Universo que lo acusa de misoginia y de haberla humillado p¨²blicamente d¨¦cadas atr¨¢s.
¡°Hillary Clinton estuvo casada con el hombre que m¨¢s ha abusado de las mujeres en la historia de la pol¨ªtica¡±, dijo Trump esta semana a The New York Times. Y acus¨® a la dem¨®crata de complicidad: ¡°Hillary fue una facilitadora y luego atac¨® a las mujeres a las que Clinton maltrat¨®. Creo que es un problema grave para ellos y es algo de lo que estoy considerando hablar m¨¢s en el futuro¡±.
Trump lleva coqueteando con esta amenaza desde hace tiempo, aunque hasta ahora no la ha hecho realidad. El s¨¢bado amag¨® con ello, pero al final se limit¨® a insinuar que la propia Clinton podr¨ªa haber enga?ado a su marido. ¡°La ¨²nica lealtad de Hillary Clinton es con sus contribuyentes financieros y hacia ella misma. No creo que sea leal ni a Bill. ?Y por qu¨¦ deber¨ªa serlo, amigos, por qu¨¦?¡±, dijo durante un mitin.
Que no haya ido m¨¢s lejos a¨²n se debe quiz¨¢s a que, pese a todo, es consciente de que el tiro podr¨ªa salirle por la culata, como le han advertido desde m¨²ltiples lados. No solo llevan los Clinton parapet¨¢ndose para un ataque as¨ª desde hace a?os; Trump tambi¨¦n tiene muy poco de lo que presumir en cuanto a fidelidad marital y trato a las mujeres se refiere: ya va por su tercer matrimonio, mientras que los Clinton, pese a todo, llevan cuatro d¨¦cadas casados. El magnate republicano lleva adem¨¢s a?os defendi¨¦ndose de acusaciones de supuestos casos de acoso sexual, incluso de una oscura acusaci¨®n ¡ªluego denegada¡ª de violaci¨®n de su primera esposa, Ivana.
Culpar a la mujer de los errores de su marido, un juego arriesgado
Adem¨¢s, el intento de culpabilizar a una mujer por las infidelidades de su marido ¡ªotro cl¨¢sico? machista¡ª puede tener el efecto contrario al buscado entre ese voto femenino al que parece intentar atraer ahora con esta estratagema. M¨¢s all¨¢ de que quien aspira a la Casa Blanca no es Bill sino Hillary Clinton, y ella no es la que ha tenido, pese a las insinuaciones de Trump, relaciones extramatrimoniales que se conozcan.
A todo ello se une que el equipo del que se rodea Trump est¨¢ conformado en parte por hombres con varios matrimonios ¡ªe infidelidades¡ª a sus espaldas, como el expresidente de la C¨¢mara de Representantes y excandidato presidencial Newt Gingrich, o el antiguo alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani. La fuerte influencia en su entorno de ejecutivos denunciados por acoso sexual, como el expresidente de la cadena Fox Roger Ailes, tampoco ayuda a lustrar el curr¨ªculum del candidato republicano.
Justo antes del primer debate del lunes, Trump amag¨® con invitar al primer cara a cara con Clinton a Gennifer Flowers, una cabaretera que en 1992, cuando Bill Clinton lanzaba su campa?a presidencial, asegur¨® que mantuvo una relaci¨®n extramatrimonial con el antiguo gobernador de Arkansas.
Esc¨¢ndalos entrelazados
El mismo a?o en que Bill Clinton conoci¨® a Flowers, 1977 ¡ªdos a?os despu¨¦s de casarse con Hillary¡ª, Trump contra¨ªa matrimonio con su primera esposa, Ivana, una modelo de origen checo con la que tuvo los tres hijos que hoy en d¨ªa son muy activos en su campa?a: Eric, Donald Jr. e Ivanka.
En 1994, Paula Jones, una antigua funcionaria del gobierno en Arkansas, demand¨® al ya presidente Clinton, al que acus¨® de haberla acosado sexualmente tres a?os antes. Ese 1991, Trump protagonizaba el ¡°divorcio del siglo¡± con Ivana, a causa de la aventura que manten¨ªa con Marla Maples, una aspirante a actriz 17 a?os m¨¢s joven que el magnate, que siempre ha gustado rodearse de mujeres j¨®venes y guapas (su tercera y actual esposa tambi¨¦n es modelo y de origen europeo, como la primera).
El caso Jones sac¨® a la luz el m¨¢s da?ino pol¨ªticamente para Clinton: el de Monica Lewinsky, la joven becaria con la que mantuvo unas relaciones sexuales que casi le cuestan la presidencia. El republicano que lider¨® el fracasado proceso de impeachment de Clinton por el caso Lewinsky en 1998, Newt Gingrich, es hoy uno de los m¨¢s estrechos aliados de Trump. Seg¨²n se supo durante su muy p¨²blico divorcio en 1999 de Marianne, su segunda esposa (a la primera le pidi¨® el divorcio cuando ella se recuperaba de un c¨¢ncer en el hospital), a?os antes de convertirse en una de las voces moralizadoras contra Clinton, Gingrich manten¨ªa una aventura con su hoy tercera esposa, Callista.
1999 fue tambi¨¦n sentimentalmente importante para Trump: se divorci¨® de su segunda esposa, Marla, tras un matrimonio de seis a?os y una hija, Tiffany. Para entonces, el magnate ya hab¨ªa conocido a la que es hoy su tercera esposa, Melania, una modelo 24 a?os menor que ¨¦l con la que se cas¨® en 2005. A su boda acudieron invitados los Clinton, a los que ahora amenaza con destapar un pasado tan p¨²blico como el suyo.
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