Jartia, la brigada de ¨¦lite ucrania que combate con la l¨®gica de una empresa
El regimiento que apadrina el millonario Vsevolod Kozhemyako tiene como objetivo rebajar los 3.800 euros que cuesta de media matar a un soldado ruso
Vsevolod Kozhemyako estaba esquiando en los Alpes el 24 de febrero de 2022, cuando empez¨® la invasi¨®n rusa de Ucrania. Al d¨ªa siguiente ya iba de camino a J¨¢rkov, su ciudad de adopci¨®n. ¡°Los rusos estaban cerca de sitiarla y quer¨ªa estar all¨ª ante el miedo de no volver nunca m¨¢s¡±. Kozhemyako (Poltava, Ucrania, 1972) es uno de los hombres m¨¢s ricos de Ucrania gracias a su consorcio agr¨ªcola Agrotrade. Su regreso sorprendi¨® porque otras fortunas hicieron justo lo contrario, huir del pa¨ªs. ?l opt¨® por tomar un fusil. Cre¨® Jartia, un batall¨®n paramilitar de voluntarios de su ciudad. Hoy es la 13? Brigada de la Guardia Nacional, con m¨¢s de 5.000 soldados y que ha librado algunas de las batallas m¨¢s decisivas de la guerra.
No es algo nuevo: desde la guerra de Donb¨¢s, en 2014, hab¨ªan surgido m¨²ltiples milicias ciudadanas para defender al pa¨ªs y suplir a un ej¨¦rcito d¨¦bil y en desbandada. Pero la brigada de Kozhemyako ha ido m¨¢s all¨¢, solo igualada por regimientos m¨ªticos del nacionalismo radical ucranio como Azov, su hermana, la 3? Brigada de Asalto o la unidad de fuerzas especiales Kraken. Jartia ha desarrollado, sobre todo con dinero privado, una fuerza modelo siguiendo los par¨¢metros de la OTAN y organizada como si fuera la cuenta de resultados de una empresa.
La entrevista de EL PA?S con Kozhemyako se produjo el 19 de noviembre en J¨¢rkov y sufri¨® varias interrupciones por llamadas que deb¨ªa atender. Fue el comandante de Jartia cuando eran un batall¨®n de voluntarios y se retir¨® de las operaciones de combate cuando el regimiento fue oficialmente incorporado en la Guardia Nacional del Ministerio del Interior, en verano de 2023. Ahora es asesor del comandante de la Guardia Nacional, el general Oleksandr Pivnenko, y responsable de buscar financiaci¨®n para Jartia.
Las llamadas de aquel d¨ªa se centraban en la necesidad de entregar r¨¢pidamente recursos a unas unidades que hab¨ªan conseguido tomar unas posiciones enemigas. ¡°Cuando avanzas y debes asegurar el terreno, los gastos en drones, en equipos de guerra electr¨®nica, se multiplican por tres¡±, explica este empresario, la 88? fortuna de Ucrania, seg¨²n la revista Forbes. La te¨®rica militar indica precisamente que un ej¨¦rcito que ataca necesita una superioridad de tres a uno sobre el que defiende.
¡°Diga en la entrevista que todo lo que hago es legal¡±, pide Kozhemyako con su sonrisa de tipo duro: ¡°Los bancos internacionales [que trabajan con Agrotrade] me preguntan si lo que hago es legal, y les explico que s¨ª, que hay una ley de emergencia en Ucrania que permite a los civiles combatir. Estos bancos est¨¢n preocupados por si no estoy haciendo algo que se entienda como terrorismo, o si vendo armas, de d¨®nde las saco, con qu¨¦ ley entro en el ej¨¦rcito, con qu¨¦ ley puedo matar a alguien¡ A nadie le gusta esto en Europa¡±.
Para un ciudadano de la Uni¨®n Europea es algo extra?o que un grupo de civiles pueda formar un comando paramilitar que termine siendo un regimiento regular; suena a algo de siglos previos a la formaci¨®n de los ej¨¦rcitos contempor¨¢neos profesionales. Kozhemyako vuelve a sonre¨ªr y responde: ¡°Si alguien invadiera Espa?a y tuvieran al enemigo en su territorio, la gente se implicar¨ªa en la defensa de su hogar. Si el enemigo llega a tu casa, rodea tu ciudad, quiz¨¢ la actitud cambia¡±.
Sus fieles y ¨¦l tuvieron que ponerse las pilas porque el Estado funciona m¨¢s lento que la iniciativa privada. Este es uno de los mantras de Jartia. Hay operaciones, seg¨²n explica su fundador, que no pueden esperar hasta que la maquinaria estatal te secunde. El trabajo en primera l¨ªnea permite distinguir mejor c¨®mo desarrollar la tecnolog¨ªa para combatir con m¨¢s eficiencia, incluso en costes. El coronel Maxim Golubok, uno de los comandantes de Jartia, detalla que el trabajo para mejorar la eficiencia se analiza tambi¨¦n a partir de una tabla de gastos: de media han cuantificado que liquidar a un soldado ruso cuesta unos 4.000 d¨®lares (3.800 euros). El objetivo es reducir esta cifra.
Kozhemyako confirma que el activo m¨¢s preciado es la vida de un soldado, y pone un ejemplo de c¨®mo preservarlo: la brigada llev¨® a cabo con ¨¦xito en noviembre un ¡°asalto de prueba¡± contra una posici¨®n enemiga solo con robots. Drones de observaci¨®n inmediata, drones terrestres con ametralladoras, drones a¨¦reos bomba y drones de reconocimiento que supervisaban el suministro log¨ªstico ruso a 20 kil¨®metros. ¡°El apoyo del dinero privado est¨¢ sobre todo directamente dirigido a drones, porque el Estado da muchos drones, pero hay que modificarlos, ajustarlos a la zona en la que operan¡±, dice Kozhemyako, ¡°este ¨¢mbito requiere una permanente innovaci¨®n y desarrollo que solo el sector privado nos permite¡±.
Ej¨¦rcito postsovi¨¦tico
Valeri Zaluzhni, excomandante en jefe del ej¨¦rcito e ¨ªdolo nacional ucranio, hoy embajador en Londres, resalt¨® el 20 de noviembre en una conferencia organizada por el diario Pravda que el futuro de la guerra lo determinar¨¢ la capacidad en el frente de imponerse mediante drones. ¡°Cuando los robots empezaron a aparecer en masa en el campo de batalla, hicieron imposible el movimiento de los soldados. Nosotros no podemos movernos contra los rusos, y ellos no pueden hacerlo tampoco¡±, resumi¨® Zaluzhni. ¡°Mi teor¨ªa es que cuando completemos esta evoluci¨®n tecnol¨®gica y hayamos acumulado suficiente material tecnol¨®gico, se abrir¨¢ la oportunidad de avanzar¡±.
Esta l¨®gica es la que sigue Jartia. ¡°El 90% de la gente que opera con drones, en guerra radioelectr¨®nica o en software, son civiles. Esto lo dice todo¡±, apunta Kozhemyako: ¡°El entorno de negocios est¨¢ m¨¢s desarrollado que el ej¨¦rcito. El ej¨¦rcito es todav¨ªa algo postsovi¨¦tico, estancado. La gente que ha estado en el mundo de los negocios es m¨¢s profesional en muchos ¨¢mbitos: en recursos humanos, en finanzas, en comunicaciones, en log¨ªstica¡ Un emprendedor aprende m¨¢s r¨¢pido que uno que ha estado 20 a?os en el ej¨¦rcito.¡±
Kozhemyako es descendiente del homo sovieticus, concepto c¨¦lebre gracias a la Premio Nobel de Literatura Svetlana Aleksi¨¦vich, una manera de pensar y ser que la nueva Ucrania quiere enterrar para siempre. Su madre era profesora de m¨²sica; su padre, ingeniero. Los dos son rusos, dice. Llegaron a Ucrania con sus padres, ambos militares. Esta experiencia, y tambi¨¦n el haber colaborado con unidades militares desde la guerra de Donb¨¢s, le llevan a concluir que el ¡°principal problema¡± de Ucrania es que sus fuerzas armadas no se han distanciado lo suficiente de los modelos sovi¨¦ticos.
Modelo OTAN
Las Fuerzas Armadas Ucranias est¨¢n adapt¨¢ndose a marchas forzadas a los est¨¢ndares de la OTAN, la alianza militar a la que el pa¨ªs aspira a acceder. Decenas de miles de reclutas ucranios han sido formados en pa¨ªses de la Alianza Atl¨¢ntica. Oficiales de varios regimientos han explicado a EL PA?S en los dos ¨²ltimos a?os que algunos conocimientos aprendidos no se ajustan a la realidad de la guerra en Ucrania, y que la experiencia de una d¨¦cada de combate, desde Donb¨¢s, es igual de importante para mejorar el ej¨¦rcito.
Kozhemyako se indigna al escuchar esto: ¡°Es un sinsentido. ?Nosotros podemos ense?ar a la OTAN a luchar? Yo soy un hombre de negocios y cuando estudio la estructura de un ej¨¦rcito de la OTAN veo que es m¨¢s l¨®gica y m¨¢s efectiva. Nuestro principal problema es que hay gente que cree que adaptarse a la OTAN es solo cambiar s¨ªmbolos y colores en un mapa¡±.
¡°Tienes que pensar como la OTAN, no solo pretender serlo¡±, repite Kozhemyako. Concede que hay cuestiones, como los sistemas log¨ªsticos o el uso de poder a¨¦reo, que en Ucrania son diferentes, pero explica que lo m¨¢s importante de un ej¨¦rcito de la Alianza Atl¨¢ntica es la estructura organizativa y la autonom¨ªa en combate que tienen los rangos menores: ¡°La principal cuesti¨®n en la OTAN no son las armas, son los algoritmos para tomar decisiones en niveles inferiores. Los comandantes de rangos intermedios y bajos pueden decidir entre izquierda o derecha. Esto solo es posible con mandos bien formados y que sepan, seg¨²n c¨¢lculos, qu¨¦ decisiones pueden tomar. No es jazz, pero tienen varias opciones. En el ej¨¦rcito sovi¨¦tico solo tienes que ir recto, ni izquierda ni derecha, da igual el resultado. Solo importa la orden¡±.
Crear una marca
Kozhemyako es tambi¨¦n responsable del reclutamiento en Jartia, uno de los asuntos m¨¢s complejos en las Fuerzas Armadas y en la Guardia Nacional de Ucrania. La funci¨®n de su equipo de marketing es dise?ar campa?as de publicidad sobre los incentivos que ofrecen para que haya civiles que firmen un contrato con Jartia y no con otros regimientos. ¡°Hemos creado una marca e intentamos producir una fidelidad con la marca. Mostramos lo positivo de ello¡±, dice este empresario y excombatiente voluntario. ¡°Explicamos que tarde o temprano la gente tendr¨¢ que ir al ej¨¦rcito y que es mejor ir a Jartia¡±.
El problema es que actualmente son muy pocos los hombres que quieren incorporarse a filas. Y no solo eso: este 2024 se han producido decenas de miles de deserciones en el ej¨¦rcito, sobre todo de personas agotadas que llevan desde el inicio de la guerra combatiendo. La falta de tropas es, junto a la escasez de armamento, el gran reto de la defensa ucrania, como subray¨® este noviembre el presidente, Volod¨ªmir Zelenski
Kozhemyako admite que la falta de hombres y las deserciones tambi¨¦n afectan a su brigada, pero prefiere no entrar en detalles. ¡°Las personas no han nacido para combatir. A algunos les gusta, pero la mayor¨ªa no ha nacido para ello¡±, reflexiona el padrino de la brigada Jartia. ¡°Tienes que formar a la gente, motivarla. Algunas personas son mejores en un ¨¢rea o en otra. La gente tiene miedo. Tenemos gente que rechaza hacer lo que pedimos, pero no los culpamos; no estamos hechos para combatir, sino para vivir¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.